Una guía para que tu casa se convierta en un espacio de aprendizaje para niños y niñas- RED/ACCIÓN

Una guía para que tu casa se convierta en un espacio de aprendizaje para niños y niñas

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

En cuatro imágenes, te damos ideas para aprovechar la cocina como un laboratorio y las tareas de la casa como una excusa para aprender y compartir experiencias, entre otras propuestas ingeniosas.

Una guía para que tu casa se convierta en un espacio de aprendizaje para niños y niñas

Ilustraciones: Denise Belluzzo


Docentes que hacen radio para llegar a sus estudiantes u organizan encuentros virtuales diarios o semanales. Docentes que no daban su celular a las familias para que puedan consultarlos, hoy optan por conectarse con ellas desde un número alternativo que solo usan para ese fin. Familias que no saben cómo ayudar a sus hijas e hijos con las actividades que reciben en innumerables archivos para imprimir.

Hablé con especialistas y docentes sobre estos temas. María Cortelezzi, consultora en evaluación y ex directora nacional de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación, me compartió este video de Francesco Tonucci (pensador, psicopedagogo y dibujante italiano). Se los mostré a docentes y con sus aportes diseñamos estas placas.


#1. Compartir tareas de la casa con niños y niñas. Lavar, tender o planchar ropa, barrer y limpiar pisos. Hacer estas actividades por primera vez despertará emociones, que luego podrán compartir y comentar con sus compañeros y maestros en los espacios virtuales. Pero puede haber estudiantes que a estas tareas las hacían todos los días. También esas son experiencias para rescatar.


#2. Descubrir los secretos de la casa. Los adultos pueden ayudarlos a investigar y explicarles cómo funciona: el sistema eléctrico -por dónde pasa la electricidad, desde el cable de la calle hasta el enchufe-, el sistema de gas o el de agua. Dibujar los planos de esos sistemas y ponerle los nombres.


#3. Hacer cosas juntos sin la presión del deber. Con los más pequeños, coser un botón ejercita la motricidad fina. También se puede confeccionar una muñeca con tela o medias, rellenarla y vestirla. O fabricar juguetes, títeres de dedo o marionetas.


#4. Leerles un libro. Alguno que esté en casa, elegir un tiempo -30 minutos, por caso- y un lugar, que se repita todos los días. Preparar antes esa lectura.


#5. Cocina = laboratorio de ciencia. Experimentar con la transformación de los productos que cambian sus características y sus sabores por cocción o agregándole condimentos. Probar distintas maneras de cocinar un mismo alimento. Y, de nuevo, rescatar las experiencias de los estudiantes que ya cocinaban.


Docente. Puede invitar a escribir las recetas y armar con la clase un recetario de la cuarentena, que puede ser digital -en Power Point o Google Drive, por ejemplo-. O puede compartir en un grupo de WhatsApp fotos de las recetas escritas en papel y de los niños y niñas cocinando.


#6. Que tengan un diario. Sirve para que niñas/os puedan dar rienda suelta a sus emociones.


A los adultos. Tonucci recomienda que den la posibilidad de que el diario sea secreto. De hecho, subraya, el artículo 16 de la Convención sobre los Derechos del Niño habla del derecho que tienen a tener una vida privada.


? Cuando se reencuentren en la escuela. Si el niño/a quiere, puede leer lo que escribió en los días de cuarentena.

#7. Reconstruir la historia personal del estudiante. Con fotos que haya en casa y con ayuda de un adulto. Puede hacerse de manera digital o en papel.


? Mi experiencia. Hace algunos años, a pedido del colegio, tuvimos que hacer un breve “libro de la vida” para mi hijo. Usamos cartulina, fotos que teníamos impresas e ilustraciones de revistas que nos permitían contar algo de él. Ocho años después lo atesora entre sus cosas más preciadas.


#8. Leer un periódico o revista. Elegir un artículo que sea interesante, leerlo juntos y buscar más información sobre ese tema. 


Este contenido fue publicado originalmente en la newsletter Reaprender. Podés suscribirte en este link.