Pueblos originarios combinaron saberes ancestrales con la ayuda del Estado para lograr la restauración ambiental más grande de México
En un esfuerzo colectivo de restauración forestal, en los suelos blancos calcáreos y rocosos de la Mixteca Alta oaxaqueña, los pobladores plantaron 20 millones de árboles que hicieron resurgir el agua y la generación de empleos en la zona.