En la Argentina, como en otros países de la región, el sistema de donación de sangre se apoya en los familiares de las personas en tratamiento o internadas, que consiguen sus propios dadores. Para hacer frente a la demanda, se debería multiplicar por seis el número de donaciones. La solución, dicen en el Grupo Cooperativo Iberoamericano de Medicina Transfusional que recientemente organizó una gran jornada de donación en toda América Latina, es ir hacia un paradigma de donación 100 % voluntario, sostenido por una política pública fuerte y la participación de promotores comunitarios de la donación.