Luis Galeazzi es Director Ejecutivo de Argencon, entidad que nuclea a las empresas de la economía del conocimiento y promueve el debate sobre la educación del futuro y la formación en habilidades tecnológicas necesarias para los nuevos trabajos.
—¿Qué es la economía del conocimiento (EdC)?
—Es ese sector de la economía compuesto por actividades productivas que se distinguen por el uso intensivo de tecnología e innovación en sus procesos, que requieren capital humano altamente calificado y que generan valor a partir del aporte de conocimiento humano como la informática, la inteligencia artificial, la biotecnología, la industria satelital, las producciones audiovisuales, los servicios profesionales, entre otras disciplinas detalladas en la Ley de Economía del Conocimiento. Estas industrias son importantes tanto por su valor directo como por su impacto transversal sobre otras, ya que la productividad de casi todas las actividades económicas de la era digital está en directa relación con la incorporación de las innovaciones que desarrollan las empresas del conocimiento.
—¿Por qué es importante su desarrollo?
—Porque es el principal motor de desarrollo económico. Hoy, los países que progresan son los que crean industrias que se sustentan en el talento y capacidad creativa de sus habitantes. Además, son el canal más directo por el cual la inversión en educación pública que hacemos como sociedad produce empleo de calidad. No hay otra actividad que sume tal cantidad de efectos positivos: vincula e integra aspectos educativos, científicos, tecnológicos, culturales, laborales, económicos, financieros, fiscales y de relaciones con el mundo. Además, la EdC reúne cualidades que la hacen especialmente atractiva: bajo requerimiento de capital para su crecimiento, masiva ocupación de empleo calificado, diverso y federal, superávit fiscal tanto para la Nación como para las Provincias, mercados en rápida y sostenida expansión que le permiten un desarrollo sustentable y un ingreso pleno de divisas por las exportaciones, ya que no se requieren insumos importados significativos.
—¿Qué obstáculos y fortalezas ves en nuestro país para su desarrollo?
—En cuanto al aspecto educativo, un obstáculo es la escasez de profesionales altamente calificados que afecta a varias industrias. El campo de la tecnología informática es un sector de pleno empleo. No obstante, la demanda de talento supera el ritmo de producción que hoy tiene nuestro sistema educativo, lo que ralentiza y limita el desarrollo de oportunidades. Otra capacidad insuficiente es el dominio de idiomas. Aún con limitaciones, contamos con una importante red de creación de profesionales. El sistema educativo argentino cuenta con más de 200 universidades, institutos técnicos terciarios y escuelas técnicas en todo el país. Tenemos una población de más de 2 millones de estudiantes universitarios y Buenos Aires recibe más de 80 mil estudiantes de otros países de la región, atraídos por nuestra oferta educativa. También tenemos un activo ecosistema de industrias locales en los diversos verticales del conocimiento y un sistema científico-tecnológico consolidado. En disciplinas como biología, ingeniería nuclear y satelital, neurociencias, ciencias de la salud, ciencias del suelo y biogenética tenemos empresas de talla mundial que nos posicionan como líderes a nivel regional.
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Esta entrevista fue publicada originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.
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