En la Feria de Libro que se hizo en la ciudad de Buenos Aires y terminó el lunes, se realizó una jornada sobre la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. Ante una sala llena de adolescentes, docentes, médicos, madres y padres, se analizaron los avances en la implementación de la ley tras 12 años de haber sido aprobada.
El panel “Desafíos en la ESI: cuánto avanzamos, cuánto nos falta” sostuvo un diálogo de dos horas entre expositores y el público. Se dio una conversación sobre las principales preocupaciones que angustian hoy a hijos, hijas, padres, madres y docentes.
Y se llegó a la conclusión de que justamente la ESI tiene contenidos con los que trabajar para construir respuestas. Por eso, en esta nota te contamos cuáles son las tragedias que el acceso a una educación sexual temprana pueden evitar.
1. Niñas de hasta 10 años con hijos que no planearon
En relación al embarazo, los datos que se usan para relevar su impacto es el de hijos de niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años. Y según la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del ministerio de Salud y Desarrollo Social, “en Argentina, en 2017 hubo 94.000 nacidos vivos de madres de entre 10 y 19 años. Y de este total, 2.500 de niñas de entre 10 y 14 años”, detalló Juan Carlos Escobar, coordinador del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia del ministerio.
A esto hay que agregarle que mientras la tasa de natalidad promedio en la Argentina bajó de manera constante en los últimos 20 años (de 20,5 cada mil habitantes en 1995 a 17,3 en 2015, según el Banco Mundial), “las estadísticas del Ministerio de Salud y Desarrollo Social muestran que la natalidad en mujeres menores de 19 años se mantuvo en 14% (casi 100 mil nacimientos por año) en los últimos 15 años”, según el informe realizado por FOPEA y que publicamos en RED/ACCIÓN.
Además, de las 94.000 niñas y adolescentes con hijos, el 70% de ellas no planificó el embarazo y el 70% no utilizaba ningún método anticonceptivo o se cuidaba erróneamente, según las estadísticas del Sistema Informático Perinatal (SIP), un centro de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que brinda asesoría técnica a los países de América Latina y el Caribe en el área de la salud sexual y reproductiva.
“Así queda demostrada la brecha entre querer y tener la información para implementar lo que se quiere. Es decir, tener acceso a información y a un método anticonceptivo seguro. Porque sabemos de las barreras concretas que hay en el sistema de salud para acceder al cuidado de la salud sexual y reproductiva”, sostuvo Escobar.
En ese sentido, agregó: “Otras investigaciones con las que trabajamos en el Ministerio revelan que la mayoría de los embarazos en niñas menores de 14 años son producto de abuso sexual. Esto habilitaría a garantizar la interrupción legal del embarazo, práctica que tampoco se cumple en todo el país”.
La Encuesta de Salud Sexual y Procreación Responsable, del Ministerio de Salud aporta otro dato importante: entre la población de 14 a 19 años que se manifiesta sexualmente activa, el promedio de edad de iniciación sexual es 15,5 en mujeres y 14,9 en varones.
2. Enfermarse por no querer usar o no poder comprar preservativos
“El 80% de los chicos y las chicas que se iniciaron sexualmente en 2013, según datos de la ‘Encuesta de salud sexual y procreación responsable’, usaron un método anticonceptivo al inicio de la relación sexual, y en el 90% de los casos era preservativo. De todas maneras, el reporte indica que luego discontinúan el uso”, detalló Escobar.
Durante la charla, los expositores coincidieron en que todavía hay muchos mitos en relación al uso del preservativo y es ahí donde aparece un claro ejercicio de abuso de poder por parte de los varones al no querer usarlo en las relaciones.
“De todas maneras tanto en prácticas heterosexuales como entre personas del mismo género es una constante el uso irregular de preservativos lo que se traduce en el alto índice de nuevos casos de HIV y Sífilis”, agregó Escobar.
Es más, la información de la Secretaría de Salud de la Nación es contundente al respecto: el 98% de las personas que contrajo VIH en el 2017 se infectó mediante relaciones sexuales sin protección de un preservativo. Y 2 de cada 10 diagnósticos se dio en menores de 25 años.
Tampoco el último informe epidemiológico anual de la Secretaría de Salud deja dudas sobre la importancia del uso del preservativo: "Todos los indicadores muestran una tendencia ascendente de las infecciones de transmisión sexual (ITS), tanto en población general como en embarazadas y congénitos", anunció.
En el contexto de crisis económica actual, un aspecto no menor es el precio de los preservativos. "Nadie debería infectarse de HIV por no poder comprar preservativo", dijo Leandro Cahn, director ejecutivo de la Fundación Huésped, en el informe Al Pueblo Argentino, ¡Salud!, realizado por FOPEA. Es que “el preservativo es el único método que, usado correctamente en todas las relaciones sexuales (anales, vaginales, orales), previene las infecciones como VIH, sífilis o gonorrea, entre otras", tal como especifica la Dirección de Sida, Enfermedades de Transmisión Sexual, Hepatitis y Tuberculosis.
En ese sentido hay que saber que en la Argentina, los preservativos se entregan sin costo en hospitales, centros de salud y otras instituciones que entregan los insumos del programa nacional para prevenir las enfermedades de transmisión sexual. De hecho, la Secretaría de Salud lanzó un mapa virtual para consultar dónde se pueden retirar los preservativos gratis.
“Que las tasas de contagio de HIV no desciendan demuestra que el acceso gratuito a los preservativos no es suficiente. Es necesario comunicar y difundir la importancia de usar preservativo y para eso ESI en el secundario es un pilar fundamental”, remarcó Escobar.
3. Empoderar a las niñas y adolescentes
Diversas investigaciones cualitativas con las que trabaja el Ministerio de Salud y Desarrollo Social dan cuenta de que un alto porcentaje de las chicas dice haberse iniciado sexualmente por pedido o insistencia de su pareja.
De allí la importancia de la construcción que cada adolescente haya hecho de su personalidad, cuánto sepa sobre sus derechos y sobre su cuerpo a la hora de hacer respetar sus tiempos y necesidades.
En ese sentido, “la ESI es la mejor forma de que niñas, niños y adolescentes conozcan sus derechos. Lejos de lo que los grupos antiderechos plantean, la ESI ofrece información segura, precisa y confiable, adecuada a cada edad, desde un enfoque de derechos humanos e igualdad de género”, sostienen desde FUSA.
Los participantes de la charla subrayaron que la idea es que se trabaje la ESI en los distintos niveles (inicial, primaria y secundaria) y en las distintas asignaturas, tal como la Ley 26.150 detalla en su artículo 1º: todos los estudiantes "tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”.
Vale aclarar que en el nivel inicial lo que niñas y niños aprenden es a que existen distintos tipos de familias, que todas tienen los mismos derechos y que todas merecen el mismo respeto. También el vocabulario correcto para nombrar los órganos genitales y se aprende el concepto de intimidad. Es decir, la diferencia entre una caricia y un abuso. Y a decir que no frente a eso y a pedir ayuda.
En la primaria aprenden sobre los estereotipos corporales de belleza, los procesos de crecimiento, desarrollo y pubertad y a que no hay una sola forma de ser mujer o varón.
Mientras que en la secundaria a los y las adolescentes les dan contenidos sobre cómo evitar los embarazos no intencionales, cómo prevenir las infecciones de transmisión sexual y a reconocer el acoso y la violencia sexual, el abuso, el maltrato, la trata y la explotación sexual.
4. "El varón construye su identidad en oposición a las mujeres"
Por un lado, según el estudio “Ella se mueve segura” del Banco de Desarrollo de América Latina y datos del Observatorio Ni una menos, de MuMaLá, todas las mujeres encuestadas en Argentina declararon haber sido víctimas de acoso callejero por lo menos una vez.
Por otro lado, “en 2017, fallecieron 3.200 chicos y chicas de entre 10 y 19 años en nuestro país, según la DEIS, y 59% de esas muertes fueron por causas externas (accidentes, homicidios y suicidios). Y de los adolescentes muertos por estas causas, es decir por causas violentas, 80% son varones”, detalla Escobar.
Para trabajar ambos problemas “es necesario que la ESI ayude a pensar nuevas reconfiguraciones de la masculinidad”, sostiene el funcionario. Y explica: “Somos criados bajo un orden social de género donde los varones históricamente tuvimos mayores privilegios que las mujeres y donde se pone en juego una simetría de poder de unos sobre otras. Con mandatos de ser fuertes, aguerridos, valientes, no llorar, tener varios mujeres, tener un buen rendimiento sexual”.
Estos mandatos, continua Escobar, “son los que habilitan, hacen que los varones aprendan que el cuerpo de las mujeres está para disfrute y goce de él, independientemente de lo que ella pueda querer. Así también el varón construye su identidad en oposición a las mujeres y hacia otras masculinidades o identidades disidentes que no se ajusten a ese modelo hegemónico. Y esta construcción también se traduce por ejemplo en las formas violentas de socialización y en la cantidad de muertes por causas violentas”.
En los últimos años tanto el feminismo como el movimiento de las mujeres ha ido cuestionando este modelo de masculinidad. Un ejemplo de esto puede ser lo que viene sucediendo en relación a los escraches en las escuelas donde un grupo de chicas deja expuesto a un varón que ha realizado un acto abusivo.
“Más allá de este modo punitivista de resolución de los conflictos puede resultar en un aprendizaje sobre lo que no hay que hacer, sobre la impunidad”, resalta Escobar. Y agrega: “Pero los escraches también dejan al descubierto la ausencia de los adultos en el acompañamiento para la resolución de estos conflictos. Los adultos dejaron en manos de los chicos la resolución del problema, cuando deberían haberlos guiado desde los contenidos de la ESI”.
En esa línea, el especialista sostuvo que es necesario ofrecer otras propuestas de masculinidad, respetuosas del otro, que no se anclen en asimetrías y “eso se puede dar únicamente a través de una construcción conjunta”.
5. Aprender que "todos somos diversos"
Desde el Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia destacan que diversos estudios realizados tanto en nuestro país como en otros países dan cuenta de que la orientación sexual y la identidad de género es una de las principales causas de discriminación y hostigamiento en las escuelas. Y donde muchas veces ese hostigamiento no proviene de alumnos y compañeros, sino de adultos y docentes.
En Argentina, la organización 100% Diversidad y Derecho hizo una encuesta en la que el 100% de los chicos que se auto perciben por fuera del binomio varón/mujer, escuchó comentarios despectivos en la escuela. El 70% provenía de los alumnos y un 30% de los docentes.
Por eso, sostuvieron los participantes de la charla, "es necesario que hoy la escuela enseñe los distintos cuerpos, el cuidado del propio cuerpo y el de los demás y cómo tener una relación placentera con el propio cuerpo y el de los demás”.
En ese sentido, la ESI es clave para el aprendizaje de que “todos somos diversos y de que por lo tanto nuestra sexualidad o nuestras prácticas sexuales son diversas. Y que un punto de respeto hacia esa diversidad es clave para la convivencia”, profundizó Escobar.
Adolescentes que dicen #QuieroESI
En Argentina hay unos 7 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años.
Luego del panel realizado en la Feria del Libro, se presentó la campaña #QuieroESI con la que distintos organismos públicos y privados con la participación de adolescentes buscan derribar mitos e información falsa que grupos y personas difunden sobre la ESI, un tema sobre el que los periodistas de Chequeado trabajaron especialmente a fines del año pasado.
Desde FUSA explicaron que esta información no veraz generar temor y confusión entre alumnos, alumnas, familias y docentes. Por eso, tras las exposiciones de los panelistas se sumaron a la charla Agustina Vacanni, Lara Nahir y Santiago Rodríguez, protagonistas de los spots que presentaron junto a Tadeo Ríos Dávila.
En los 4 videos, los y las adolescentes comparten información clara y sencilla sobre los contenidos que brinda la ESI, las diferencias de lo que se enseña en el nivel inicial, en el primario y el secundario, cuáles son los mitos y datos falsos que circulan.
Pero esta no es la única experiencia en la que los jóvenes trabajan contenidos sobre ESI. Estudiantes de la escuela secundaria Nº 14 de La Plata elaboraron el manual ¿Dónde está mi ESI? de educación sexual de las y los chicos para las y los chicos.
Si bien 12 años parece mucho tiempo, para Escobar no es tanto: "Los cambios que hay que generar son muy profundos. Las instituciones y la sociedad necesitan tiempo para incorporar marcos normativos y nosotros debemos trabajar para ayudar a lograrlos”.