—¿Cuáles son las principales causas de la desnutrición, que ustedes han detectado?
—Son múltiples los factores que ocasionan que en un hogar pobre haya un niño desnutrido. Pero el primordial, es la indiferencia de quienes no están desnutridos ni viven en la pobreza. Podemos llamarla inacción, desinterés o la creencia de que eso no tiene nada que ver con mi vida y le pasa a otros y no a mí. Los argentinos necesitamos trabajar más en equipo en este sentido. Debemos sentar las bases para acabar con la desnutrición infantil, reconociendo las inmensas fortalezas que tenemos como personas, organizaciones, empresas, gobiernos locales, provinciales. En esto estamos trabajando en Santiago del Estero. Y los resultados son muy esperanzadores. Solo necesitamos de más personas que quieran ser parte de la causa.
—Desde la Fundación Dignamente trabajan a la desnutrición desde varios aspectos para tratar de erradicarla. Uno de ellos, la educación...
—Es que creemos que no se trata de hacer cosas para el otro, sino con el otro. En ese sentido, la educación es una herramienta trascendental para que la persona sepa que puede salir adelante, crecer, superarse. Por ejemplo, a una persona con hambre es necesario que la asistamos con un plato de comida en el corto plazo. Pero también, paralelamente a este plato entregado, tenemos que sentarnos con ella a conocer su historia, su pasado, el por qué de su situación de abandono, para desde ahí ayudarlo, dándole herramientas para crecer y modificar esa situación.
—En concreto, ¿qué les enseñan a las familias para mitigar la desnutrición? Y cuáles son los principales obstáculos con los que se encuentran en ese proceso de enseñanza.
—Tenemos 4 programas enfocados a recuperar a los niños desnutridos y a transformar la realidad de los hogares a partir de la educación de las madres y de su entorno familiar. El primer programa es de Prevención y brinda educación a las madres con niños menores de 2 años sobre la importancia del desarrollo del niño en los primeros 1000 días de vida. El segundo programa es de Tratamiento y ofrece a través de nuestros Centros de Nutrición Infantil que niños con desnutrición acudan con sus mamás para ser atendido por médicos, nutricionistas y educadores. El tercer programa es de Recuperación: en pocos días inauguraremos Casa Dignamente, un lugar de residencia temporaria para aquellas familias que no pueden afrontar el tratamiento en sus hogares, dada la alta vulnerabilidad social que presentan. En esta casa podrán alojarse para que las indicaciones médicas se cumplan en tiempo y forma. El cuarto programa es de Emprendimientos, donde las familias generan ingresos genuinos a partir de la producción textil y hortícola. Por ejemplo, trabajamos con el programa Prohuerta, del INTA, para que las familias aprendan a producir alimentos saludables y puedan tener sus propias parcelas de producción con altos rendimientos. Los cuatro programas vinculados entre sí, más el acompañamiento de la comunidad, nos está permitiendo erradicar la desnutrición de las localidades y parajes donde estamos.
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Esta entrevista fue publicada originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.
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