Este contenido contó con la participación de lectores y lectoras de RED/ACCIÓN
Hace varios años que tanto las y los adolescentes que participan en distintas organizaciones como funcionarios y organismos nacionales e internacionales alertan sobre el poco uso del preservativo, una situación que se traduce en un aumento de casos de HIV y sífilis. También exponen informes sobre las 94.000 niñas y adolescentes que cada años son madres, y de las cuales la mayoría reconoce que no planificó el embarazo. Y todo esto en un contexto en el que el promedio de edad de iniciación sexual en las mujeres es de 15,5 años y en varones de 14,9.
Hace unos meses escribimos sobre estas problemáticas. Ahora en RED/ACCIÓN nos preguntamos cómo se informan sobre sexualidad y métodos anticonceptivos los adolescentes. Hicimos una encuesta* entre nuestro lectores y también en Twitter.
Algunos resultados fueron llamativos: todos los adolescentes dijeron que se informaba sobre sexualidad con sus amigos. Y un 79% contó que también lo hacía a través de Google, redes sociales, radio y hasta Netflix. Mientras que una minoría hablaba con sus padres (36%), con profesores de la escuela (21%) y con profesionales de la salud (21%).
Si bien nuestra encuesta no es necesariamente representativa de lo que ocurre con los adolescentes de nuestro país, sí nos permitió empezar a hablar con especialistas y funcionarios. Y nos encontramos con que no sólo a ninguno de ellos le llamó la atención los resultados, sino que tenían un diagnóstico muy parecido. De hecho, contaron que desde sus lugares, la gestión pública o en las organizaciones civiles, están trabajando para generar conocimiento entre los y las adolescentes y también contenidos digitales con información certera. Aunque alertan que la escuela es la que debería garantizar el derecho de los chicos a recibir Educación Sexual Integral (ESI), como lo estipula la Ley 26.150.
La importancia de que la escuela los informe y acompañe
Los chicos, ávidos de informarse, hablan entre ellos y consiguen información en las redes. En eso coincide, Gabriel Castelli, secretario de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. Sin embargo, remarca que en muchos casos es el colegio el que termina siendo el referente indicado para ayudarlos a formarse para un ejercicio libre y responsable de su sexualidad. “De ahí la importancia de asegurarnos de que el colegio sea una buena fuente de información, que los acompañe y forme”, destacó.
Porque muchas veces “cuando dicen que tuvieron educación sexual en la escuela en realidad solo vieron cuatro cosas que no tienen relación con lo que propone ESI. Entonces, los chicos buscan por otro lado”, explicó Sandra Vázquez, directora ejecutiva de FUSA, organización civil que trabaja para que adolescentes y jóvenes puedan acceder a un servicio integral de salud de calidad y que se garantice el ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos.
Desde la organización civil Surcos, su fundadora, la ginecóloga Alejandra Sánchez Cabezas, explicó que en investigaciones cualitativas y cuantitativas que habían hecho arrojaban resultados similares a nuestra consulta. Y que también coinciden con los relatos que reunieron en el programa “Acompañamiento de maternidades adolescentes” que la fundación implementó en el barrio Nicole, en el partido bonaerense de La Matanza.
“Lamentablemente la existencia de una ley no garantiza necesariamente su aplicación de manera uniforme en cada jurisdicción. De hecho, ESI no fue incluido en los programas educativos de muchas escuelas, lo que explica la falta de educación sexual de gran parte de nuestros adolescentes, que entre otra serie de razones se manifiesta en las altas tasas de embarazos no deseados”, afirma Castelli.
En ese sentido, desde la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia vienen implementando desde 2018 el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia, más conocido como ENIA y que explicamos en detalle en este artículo. Lo hacen tomando como principal actor de formación a la escuela, siguiendo con los centros de salud y otras instituciones barriales que permitan el acceso a la información de chicos que no estén escolarizados.
ENIA fue pensado sabiendo la edad cada vez más temprana en la que los adolescentes se inician sexualmente y observando los temas sobre los que ellos hablan cuando hay un interlocutor válido: la soledad, la violencia, el bullying, el suicidio, los métodos anticonceptivos. También sabiendo que no siempre hay una familia que puede dar respuesta a estas necesidades. Porque no está el padre o la madre, o porque estos no tienen los conocimientos necesarios para abordar las problemáticas que atraviesan a los adolescentes. O para acompañarlos a conversar con un profesional de la salud.
Espacios y contenidos que les acercan información
Desde el Ministerio de Salud y Desarrollo Social también lanzaron la línea 0800 Salud Sexual y el sitio "Hablemos de todo". Allí los chicos acceden a información sobre sexualidad, métodos anticonceptivos, bullying, violencia de género y prevención del suicidio, entre otros temas.
En el chat que tiene Hablemos de Todo, la mayoría de las consultas son sobre métodos anticonceptivos: dónde conseguirlos y si pueden ir solos. “Son muy agradecidos los chicos y muchas veces nos dicen que no sabían con quién hablarlo, que con su mamá no pueden”, cuenta una de las profesionales que recibe consultas. Mientras que en el 0800 las preguntas más frecuentes son sobre aborto.
El 54,5% de los adolescentes que respondieron nuestra encuesta también expresaron que se informan sobre métodos anticonceptivos a través de Google, Netflix y redes sociales. Mientras que un 70% habla con amigos, 45,5% con médicos, 39% con profesores de la escuela y 33% con los padres.
Buscando informar a todos los que bucean en el entorno digital en busca de información, desde el área de comunicaciones de FUSA Camila Bazán explica que la organización trata de llegar a través de las redes sociales con contenidos supervisados por profesionales pero con un lenguaje accesible para adolescentes y jóvenes.
“Adaptamos contenidos duros sobre salud integral, salud sexual y reproductiva, derechos y ESI a un lenguaje claro, de fácil acceso y no muy extenso teniendo en cuenta los hábitos de consumo de internet que tienen lxs adolescentes y jóvenes. Muchas veces validamos los contenidos con grupos de jóvenes”, asegura Bazán.
También desde esta organización capacitan a adolescentes para que sean replicadores de información. “Ofrecemos un curso dos veces por año destinado a chicxs de entre 16 y 25 años. Buscamos formar promotorxs en salud integral, sexual y reproductiva e incidencia política. Llevamos formados más de 150 promotores de salud y cada curso agota los cupos disponibles. Son gratuitos y dictados por profesionales y especialistas de la salud y de otras áreas con mucha experiencia”, detalló Camila.
Lo que los padres creen saber
Los especialistas coinciden en que los padres consideran que ellos hablan con sus hijos sobre temas relacionados con la sexualidad o con métodos anticonceptivos mucho más que lo que los adolescentes reconocen.
De las madres y padres que contestaron la encuesta que realizamos en RED/ACCIÓN, el 79% considera que sus hijos se informan sobre sexualidad con ellos, el 71% dice que lo hacen con amigos, el 64% con profesores de la escuela, el 28% con Google y medios de comunicación, y el 14% con profesionales de la salud.
Sandra Vázquez, que es ginecóloga infanto juvenil, sostiene que los padres sostienen mucho mitos y solo la experiencia de ellos para aportar.
¿Un ejemplo? “Cuando atiendo a chicas que se van a iniciar sexualemnte, muchas viene con sus mamás y cuando yo les muestro las distintas opciones de cuidados anticonceptivos, las madres reconocen que desconocían varias de las opciones. Y son madres profesionales, universitarias”, ilustra la médica.
En el caso de los varones de entre 15 y 19 años “no hay quienes se vayan a atender, en CABA”, subraya Vázquez, que también trabaja en el Hospital Argerich. Y agrega: “Cuando el padre o la madre vio maduro al hijo como para empezar a hablarle, ese chico los da vuelta porque ya buscó la información por otro lado”.
Por eso, Castelli refuerza: “La escuela tiene una función esencial en la formación de los chicos, ya que no siempre hay una familia que puede dar respuesta a estas necesidades".
Porque no está el padre y/o la madre o porque estos no tienen los conocimientos necesarios para abordar las problemáticas que atraviesan a los adolescentes.
La información en la escuela
En Argentina hay unos 7 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años. Catalina Distefano tiene 19 años y egresó el año pasado de la escuela técnica Fernando Fader, de la Ciudad de Buenos Aires.
“La forma más fácil de acceder a información es internet y cada vez confiamos más en esos contenidos porque cada vez hay más y mejores”, dice Catalina y se apura a aclarar que lo que dice es desde su contexto de persona de clase media de la Ciudad de Buenos Aires.
“En primaria no tuve ESI. En la secundaria tuve una o dos jornadas anuales donde solo vimos el uso del preservativo en parejas heterosexuales. Nunca fue transversal a las materias como indica la ley”, aseveró.
En respuesta a eso, contó Catalina, “desde 2014 o 2015 comenzamos a hacer jornadas desde el centro de estudiantes del colegio. También trabajamos junto con el Departamento de Orientación Escolar. Al comienzo fue difícil, pero hoy los talleres han avanzado un montón. De hecho, este año fui a dar un taller sobre cómo repensar las relaciones y los vínculos de manera saludable”.
Recuerda que cuando empezaron leían la ley una y otra vez para saber qué pedir. También aprovechaban las visitas a la Feria del Libro para buscar y comprar libros sobre talleres de ESI. Así empezaron a adquirir conocimientos.
A Catalina el tema le sigue interesando y se sigue formando para hablar con adolescentes. El año pasada fue al Hospital Álvarez para capacitarse y tomó un curso de promotora de salud sexual y reproductiva.
Hace unos días participó de un encuentro de jóvenes en Jujuy. “Allí los chicos nos decía que, en cuanto a métodos anticonceptivos, no siempre llegan los preservativos en condiciones y que no acceden a pastillas ni inyecciones. Y muchos pibes de pueblos pequeños nos contaban que allí es más difícil hablar”, dice Catalina.
Al respecto, Gabriel Castelli reconoce que “desde el año pasado, que fue tan fuerte el debate en torno al proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, bajó mucho la resistencia a trabajar ESI.”
“Somos muchos jóvenes los que reclamamos que sea el Estado el que capacite en ESI. Entendemos que a nosotros hoy nos toca luchar para que se respete este derecho, pero que en algún momento el Estado lo tomará como propio. Entonces, estaremos pidiendo por otros derechos”, dice antes de terminar la charla telefónica Catalina.
* De los 93 miembros y lectores que completaron la encuesta en nuestro sito, el 36% dijo ser adolescentes; el 45% contó que tiene hijos o hijas adolescentes; y el 19% sostuvo estar en contacto con adolescentes.