Niños y niñas que quedan al cuidado de hermanos/as apenas mayores. Adolescentes atravesando situaciones de ciberbullying, violencias y abusos. Estudiantes con familias que han perdido trabajos. Estas son algunas de las cuestiones que hoy, en medio de la pandemia, requieren miradas de docentes formados en Educación Sexual Integral (ESI). Sin embargo, especialistas alertan sobre la “formación involuntariamente insuficiente” de profesores/as.
Por eso, conversamos con Celeste Mac Dougall, que es especialista en Educación Sexual Integral (ESI), formadora de docentes en ESI en el Instituto Joaquín V. González y en la Escuela de Maestros de CABA, y forma parte de la Red de Docentes por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. A finales del año pasado, ella alertó en Facebook: “El presupuesto para el 2021 prevé capacitar a solo 20.000 docentes”. Es decir, aproximadamente al 1,3% del total de docentes: alrededor de 1 millón y medio.
—¿Qué capacitación en ESI crees que les falta a los y las docentes?
—Para empezar, falta que se incorpore la asignatura Educación Sexual Integral en la formación docente. El único distrito que la tiene incorporada, en algunos institutos de formación, es CABA. Debería darse una reforma en todos los institutos para incluirla. De lo contrario, depende de la voluntad de los institutos para trabajar ESI de alguna manera, o de les docentes que por otro lado demuestran gran interés en capacitarse en el tema. Todos los cursos que abrimos se saturan rápidamente, siendo que son fuera del horario laboral y algunos no suman puntaje. En CABA solo hay dos postítulos gratuitos: el de la Escuela de Maestros y el del Joaquín V. González. A la hora de inscribirse, todos los años hay colas para anotarse. En el Joaquín V. González hubo 1000 inscriptos para 100 vacantes. Hace falta presupuesto y que los formadores no estén precarizados. La docencia es un trabajo, no un voluntariado.
—¿A nivel nacional no hay ninguna capacitación que maestras, maestros y profesores puedan hacer más allá de la formación docente con la que se reciben?
—El Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) hace años que desarrolla cursos gratuitos para docentes de todo el país, pero no otorga puntaje. Eso tampoco es justo. Les docentes que se capacitan en el INFOD después dependen de la voluntad de cada jurisdicción para que les otorgue o no puntaje. Ahora, hace 15 años que tenemos Ley de ESI, que contempla la formación docente. Por eso sostengo que es una decisión de política pública nacional y provincial su incorporación como asignatura en todos los institutos de formación.
—¿Qué le dirías a un docente que no ha recibido capacitación?
— Que hay que organizarse. Y exigir al Estado que la otorgue. Como trabajadores de la educación tenemos que pelear por lo que dice la Ley de ESI (N. de R.: En su artículo 8, inciso f, sostiene: “La inclusión de los contenidos y didáctica de la educación sexual integral en los programas de formación de educadores”). Hay que tener en cuenta que aún hay provincias que no se han adherido a la ley. De todos modos, desde la Red de Docentes por el Derecho al Aborto, en el 2020 hicimos una encuesta y la mayoría marcó que la principal limitación para trabajar ESI en las escuelas no venía de las familias, ni los estudiantes, si no los directivos de las escuelas. Pero, hay que tener muy en cuenta que los directivos responden a supervisiones escolares. Es decir, jamás hacen algo en soledad. Si actúan así es porque hay un responsable del ministerio que les frena. Lo que muestra, de nuevo, que faltan políticas públicas claras.
—¿Se encuentran con nuevas problemáticas entre los y las estudiantes en el retorno a la presencialidad?
— Puedo hablar desde mi experiencia solamente. Me he encontrado con chicas y chicos muy angustiados, que me cuentan que han tenido ansiedad. También cuentan que se han encontrado ellos y ellas mismas, en esta situación de aislamiento. Algunos han iniciado un proceso de cambio de género. Y hay quienes han descubierto placeres y gustos desconocidos: un alumno que ahora se dedica a las plantas, por ejemplo. Creo que en su gran mayoría a les pibes no les importa prevenir la muerte, les importa la vida.
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Esta entrevista fue publicada originalmente en Reaprender, la newsletter sobre educación que edita Stella Bin. Podés suscribirte en este link.
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