La presión económica y social, sumado a que muchas ciudades no han registrado ningún caso de Covid-19 en su territorio, lleva a que cada vez más municipios empiecen a flexibilizar la cuarentena.
Así, evaluando día a día la situación local y regional, se enfrentan al dilema de cómo retomar las actividades sin poner en riesgo todo el esfuerzo hecho hasta ahora. Los ejes de trabajo giran alrededor de qué hacer con los cuentapropistas, el comercio, el transporte y la actividad social.
“De a poco estamos entrando en un período en el que tendremos que convivir cuidándonos, tomando medidas extraordinarias hasta que aparezca una vacuna”, reconocen los funcionarios municipales.
Para acompañarlos a tomar decisiones estratégicas en esta cuarentena administrada, desde la Red de Innovación Local (RIL) desarrollaron dos guías: “¿Cómo retomar la actividad en las ciudades?”, con un punteo de información que se sugiere recabar, y “Analizando la cadena de valor de una actividad económica para tomar decisiones en el marco del Covid-19”.
A esta altura, cualquier mínima apertura de la actividad es un respiro para la economía municipal y privada.
“No hay que perder de vista que la recaudación por tasas bajó, al igual que la coparticipación, entre 45 y 50%. En ese sentido, tenemos comprometida en un 50% a la masa salarial. A abril llegamos, pero para mayo estamos complicados”, detalla Franco Morra, intendente de General Deheza, Córdoba.
Desde RIL reconocen que es un tema que en sus foros preocupa a todos los municipios por igual (pueden leer más sobre cómo trabajan los municipios en esta red, en esta nota).
Además, están los cuentapropistas —peluqueros, manicuras, jardineros, plomeros, etcétera— a los que hace más de 45 días que no les entra dinero. “Esas personas no están acostumbradas a recibir asistencia o no quieren pedir y la están pasando muy mal”, explica Clarisa Fabris, subsecretaria de Desarrollo Económico y Productivo de Trenque Lauquen.
“Por eso, buscamos estrategias para que les llegue la ayuda. Contamos con voluntarios que asisten a adultos mayores, y a través de ellos tratamos de que acepten alimentos. Y, a veces recibimos los llamados desde el área de Producción y no desde Desarrollo Humano, porque por esa vía les resulta menos traumático recibir alimentos”, cuenta
Este municipio bonaerense tiene 50.000 habitantes y tuvo dos casos de coronavirus apenas comenzó la cuarentena: un matrimonio que volvió de España. Y ha flexibilizado muy poco su aislamiento.
Comerciantes: del delivery a la obligación de cambiarse el calzado
A diferencia de Trenque Lauquen, el municipio mendocino de Luján de Cuyo, con 200.000 habitantes y ningún caso de coronavirus, es uno de los que más ha ablandado la cuarentena.
A partir de abril, a los negocios que ya estaban exceptuados de la cuarentena, sumaron ferreterías, corralones, negocios relacionados a la agroindustria y locales con financiamiento propio -es decir, que los clientes van a pagar las cuotas al local- , que necesitan generar ingresos para pagar los sueldos.
Para reabrir la venta al público, los comerciantes deben cumplir un protocolo que exige atender usando tapaboca, guantes y mascarillas (si el servicio requiere acercarse a las personas). También tener un calzado para entrar al negocio y uno para salir y que cada dos horas máximo se laven las manos.
A su vez, en la puerta de ingreso del comercio debe haber un trapo con lavandina para que los clientes puedan pisar y ofrecer, apenas se ingresa, alcohol en gel o diluido.
Siempre en Luján de Cuyo, en los bancos y comercios, donde pueden generarse colas, tienen que sumar sillas en la verdad, separadas unas de otras. Además, un empleado municipal identificado con chaleco ofrece alcohol para ofrecer a los clientes. También habilitaron más servicios vía delivery: librería, pinturería, veterinaria, viveros y ropa, entre otros.
Sin embargo, no todas las medidas que tomaron dieron buenos resultados. Cuenta Esteban Allasino, jefe de Gabinete de Luján de Cuyo, que para concientizar pusieron centros de desinfección, túneles peatonales desde los que rociaban a las personas cuando pasaban con una solución hecha en base a peróxido de hidrógeno al 0,5%. “Se desató una polémica sobre si servía o no, y terminamos retirándolos y reemplazandolos por alcohol en gel”.
En ese sentido, Fabris, que participa de los foros de RIL, reconoce que la interrelación con otros municipios les ha sido muy útil para no repetir errores.
“En su momento evaluamos implementar arcos de fumigación para vehículos y control del olfato. Y los desestimamos porque desde otros distritos nos alertaron sobre los gastos de logística y personas que generan, sin muchos resultados”, ejemplifica Fabris.
Un dato para nada menor si tenemos en cuenta que el impacto económico negativo de la cuarentena es tal, que hasta municipios como Tres de Febrero, en el Gran Buenos Aires, complicados desde lo epidemiológico, buscan la manera de flexibilizar la cuarentena y aliviar la situación crítica de sus 400 mil habitantes.
“Hasta la semana pasada teníamos 46 casos confirmados, 23 internados, 7 ambulatorios, 12 altas y 4 fallecidos por coronavirus”, reconoce Diego Valenzuela, su intendente. Por eso no puede pensar en abrir negocios al público, pero en la última semana autorizó la entrega a domicilio para algunos comercios como los de informática y librerías. Al tiempo que habilitó una aplicación para acercar a los vecinos los negocios que trabajan con delivery. Además, reactivó la obra pública.
El municipio también desarrolló una plataforma de venta a futuro que se llama 3F Solidario. Así pretende ayudar a los negocios que permanecen cerrados. “La idea es que puedan comprar vouchers hoy, con un descuento, y retirar los productos o servicios cuando termine la cuarentena”, explica Valenzuela.
Mientras que Trenque Lauquen, sin permiso del gobierno provincial aún para abrir al público los comercios minoristas, permitió desde la semana pasada la venta online con delivery para viveros, casas de ropa, comida y zapatos. Al tiempo que empezó a exigir el uso de barbijos y redujo la franja horaria en la que los vecinos pueden circular.
Fabris argumenta: “En una ciudad como la nuestra, de manera ordenada y cumpliendo un protocolo se podría dar una apertura. Porque no necesitamos transporte público, tenemos espacios públicos amplios y dando turnos distanciados podríamos, de a poco, reactivar la economía”.
A pesar de ser una zona agropecuaria, la economía de Trenque Lauquen está muy relacionada al comercio, la industria y la prestación de servicios. "Tenemos registrados 2600 comercios e industrias y cada uno tienen un promedio de 3 empleados. Es decir, el impacto es enorme hasta para el comercio que nunca cerró, que factura el 20% de lo que venía facturando, a excepción de los supermercados”, explica la funcionaria.
Cuentapropistas: dan turnos y garantizan mucha distancia
En este sector, Luján de Cuyo también tomó la delantera. Desde hace un par de semanas, allí se retomaron los trabajos en las casi 20 obras públicas y las más de 2500 obras privadas, con la condición de que no haya más de cinco personas trabajando. Y, por supuesto, debiendo portar todos guantes, barbijos y gafas o máscara.
También permitieron que empezaran a hacerse trabajos de jardinería y de urgencia o mantenimientos en las casas, como puede ser la limpieza de cañerías, canaletas o verificación de calefactores.
Lo mismo ocurrió con servicios médicos como odontología y pediatría, que ya pueden hacer control y seguimiento de tratamientos. Mientras que en los próximos días incorporarán a psicólogos y consultorios médicos privados. “Pero sin generar esperas y dando turnos distanciados para que los pacientes no se crucen en ascensores o puertas.”, destacó Esteban Allasino, jefe de Gabinete de Luján de Cuyo.
Un recorrido similar está haciendo la ciudad cordobesa de General Deheza. Allí, la semana pasada volvieron a trabajar los profesionales liberales: psicólogos, contadores, abogados.
Mientras que en las obras de la construcción privadas, sin habitantes en el edificio o casa, pueden trabajar hasta cinco personas, a razón de uno por cada 50 metros cuadrados.
En Deheza residen unos 15.000 habitantes y tampoco tuvieron casos de Covid-19. “Esto último nos permite estar en la región blanca, que hoy conforman 331 municipios cordobeses, de 426 que en total tiene la provincia. Y poder implementar medidas de flexibilización”, explica Morra.
Pocos ingresos de otros municipios y límites para las salidas sociales
Los municipios que empiezan a flexibilizar la cuarentena privilegian la reactivación económica por sobre la salida recreativa de sus habitantes, que en su gran mayoría viven en casas.
Es más, algunos han restringido los horarios de circulación y el ingreso de transporte de carga a las ciudades, con tal de dar un respiro a comerciantes y cuentapropistas.
En Luján de Cuyo, por ejemplo, adecuaron todo para que los choferes no bajen del camión a hacer trámite alguno. Y General Deheza, que en esta época del año recibe más de 1500 camiones por día entre los que van al parque industrial y a la aceitera General Deheza, abrieron proveedurías para que los camioneros puedan bañarse y comer algo, sin necesidad de entrar a la ciudad.
Los cordobeses que viven en zonas blancas, como General Deheza, y tienen tramitado el permiso de circulación correspondiente, “pueden moverse por las zona blanca, día por medio, según su DNI termine en número par o impar”, dice Morra.
Como en todos los distritos que flexibilizan la circulación social, en Deheza hacen hincapié en la responsabilidad que tienen todos. Y alertan que si se descuidan y tienen un caso, pasan a zona roja y se cierra de nuevo todo.
El municipio también trabaja con profesionales de la salud mental en un protocolo que permita las actividades recreativas. “Lo presentaremos en breve al comité de crisis provincial para que lo autorice. Está pensado para niños, niñas y adolescentes, primero. Para adultos mayores, en segundo término. Y luego, para adultos en general”, concluye Morra.