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Son varias las variantes del COVID-19 que conocimos desde marzo del año pasado. Las variantes son mutaciones que pueden fortalecer o debilitar ciertas características del virus. Según la Organización Mundial de la Salud las podemos dividir en dos grupos:
- Variantes de preocupación: Alpha (detectada por primera vez en el Reino Unido), Beta (Sudáfrica), Gamma (Brasil) y recientemente se sumó la Delta (India).
- Variantes de interés: Epsilon (EEUU), Zeta (Brasil), Eta (Varios países), Theta (Filipinas), Iota (Estados Unidos), Kappa (India) y Lambda (Perú).
¿Cuánto más contagiosa y letal es la variante Delta?
La infectóloga Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, explicó que “esta variante tiene la particularidad de tener dos mutaciones importantes que aumentan significativamente su transmisibilidad". Y agregó: "Esta variante se ha trasladado por diversos países y ha ocasionado un rebrote en países del hemisferio norte, hasta comprometer en el momento actual a 96 países”.
“La principal preocupación en torno a la variante Delta es su elevada contagiosidad. Es una variante que presentaría una contagiosidad de por lo menos un 60 % más que la variante Alfa, que es la reconocida inicialmente en el Reino Unido. Se ha estimado que el índice de reproducción viral, el famoso R0, que estaba calculado para el virus original o salvaje de 2 a 3, estaría elevado de 5 a 8. Esto quiere decir que una persona contagiada puede contagiar de 5 hasta 8 personas”, detalló Guzzi.
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Delta en Argentina
En la Argentina, hasta hoy solo se detectaron muy pocos casos de COVID-19 con esta variante. ¿Cómo podemos hacer para detener el progreso de la mutación Delta? Mantener los cuidados que ya todos conocemos y aplicarse las vacunas cuando esté disponible según lo indiquen oficialmente en el lugar donde vivas.
¿Son efectivas las vacunas frente a esta mutación?
“Con respecto a las vacunas y a la variante Delta, lo que se viene viendo en todo el mundo es una reducción de la eficacia de las vacunas disponibles frente a esta variante. Es decir, lo que se reduce es la capacidad que tienen las defensas que tienen estas vacunas para evitar la infección. Es decir, para evitar que una persona obtenga el virus de SARS-COV-2. Sin embargo, lo que se está viendo claramente es que las vacunas son útiles para evitar las formas graves, para prevenir las hospitalizaciones y para reducir la mortalidad”, aseguró Guzzi.
Los ministros de salud de todo el país decidieron acortar los intervalos de aplicación entre la primera y segunda dosis para todas las personas mayores de 40 años y desde los 18 años que tengan comorbilidades. De 3 meses se pasará a entre 1 y 2 meses, según el tipo de vacuna. Lo decidieron a partir del aumento del ingreso de vacunas y para lograr la mayor inmunidad posible de las personas frente a las nuevas variantes como la Delta.
¿Qué nos falta saber?
Según nos explicó la infectóloga Guzzi, de esta variante todavía nos falta saber realmente con precisión cuál es su presentación clínica, cuál es la severidad clínica con la que se presenta, si bien hay algunos indicios de que podría ser más severo, esto en realidad está en estudio.
Además, la infectóloga aclaró: “Si bien ha ocasionado rebrotes en países que venían con un porcentaje elevado de su población vacunada, la realidad es que no se está viendo que esto vaya acompañado de un aumento en las hospitalizaciones y en los fallecimientos, por lo tanto a pesar del escape inmunológico de esta variante, lo que observamos es que las vacunas conservan actividad y que son útiles para contener la progresión de esta variante”.
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