Por la pandemia del nuevo coronavirus, el mundo vive una situación inédita que obliga a buscar una respuesta tan rápida como inédita: desarrollar una vacuna en tiempo récord.
Esa carrera a toda velocidad, marcó otro antecedente histórico: nunca hubo un caso similar donde haya tantos grupos o inversiones privadas o estatales trabajando en todo el mundo para encontrar una solución a una enfermedad global.
La vacuna argentina. Mientras el aislamiento social toma distintas formas según la región de la Argentina y la mayoría del país (con excepción del AMBA) se aleja de la cuarentena estricta, dos universidades públicas se han puesto a desarrollar una vacuna contra el COVID-19. Son la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que ya tienen equipos concentrados en esos desarrollos en fases preliminares.
El reconocimiento de la OMS. La Organización Mundial de la Salud, de hecho, incorporó al listado de vacunas candidatas en evaluación preclínica, por el momento, al proyecto de la UNSAM, encabezado por la investigadora Juliana Cassattaro.
Plazo para empezar con las pruebas en personas. Este grupo de trabajo, el de la UNSAM, se fijó un tiempo máximo de hasta un año para determinar la fórmula que utilizarán para comenzar con las pruebas. Sin embargo los investigadores e investigadoras evitan precisiones sobre los plazos debido a la dinámica de la pandemia.
La cepa argentina. Aunque el virus no está manifestando mutaciones significativas, la idea es desarrollar una vacuna en base a las cepas, que son poblaciones de microorganismos de una sola especie, que circulan en la Argentina.
El apoyo estatal. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, habló con RED/ACCION y destacó el trabajo de científicos y científicas en tan corto tiempo.
“Hay más de 100 proyectos en el mundo que se encuentran en desarrollo. Algunos de ellos ya en fase de experimentación en humanos. Esto lleva mucho trabajo y se habla con mucho optimismo que a fin de año puede haber alguna vacuna con un resultado prometedor. Luego debe ser fabricada y distribuida a todos los países", aseguró Salvarezza. Y agregó: "En ese contexto internacional, donde los desarrollos más importantes están en EEUU, China, Alemania y Gran Bretaña, tener en la Argentina dos proyectos es muy importante. Ambos grupos están utilizando la misma estrategia de proteínas recombinantes, que es la más segura. Con esto, la Argentina no sólo está apostando a tener una alternativa, sino que su sistema científico consolida la construcción de capacidades”, aseguró Salvarezza.
La vacuna de la UNSAM. La lleva adelante un grupo de investigadores del Instituto de Biotecnologías de la Universidad Nacional de San Martín.
Las características. “El tipo de vacuna que desarrollamos utiliza una tecnología que se denomina "expresión recombinante de proteínas". Se lo contó a RED/ACCION la investigadora del CONICET Lucía Chemes, jefa del grupo del Laboratorio de Estructura, Función y Plasticidad de Proteínas en el Instituto de Biotecnologías.
“Esto quiere decir que la fórmula vacunal no está compuesta por el virus entero, o el virus inactivado, sino solamente por una o más proteínas pertenecientes al virus, que son las más capaces de despertar la respuesta inmune”.
Chemes agregó que “el equipo ya posee experiencia en la expresión de una de estas proteínas, llamada Spike, a partir de la participación de uno de sus miembros, el doctor Diego Álvarez, en el desarrollo del test serológico liderado por la doctora Andrea Gamarnik en el Instituto Leloir".
"Nuestro equipo, que ahora está desarrollando capacidades para expresar otras proteínas del virus, tiene amplia experiencia en el uso de diferentes adyuvantes (sustancias que se utilizan en las vacunas para potenciar la respuesta del organismo), que son moléculas que ayudan a potenciar la respuesta inmune. Estos ayudantes, serán combinados con las proteínas para buscar la fórmula de mayor efectividad”, detalló Chemes.
La investigadora no duda en catalogar a esta tecnología como muy segura, al señalar que “su efectividad consiste en no contener al virus entero. Y se ensayarán diferentes vías de administración, entre ellos una vacuna oral, que es de más fácil administración, y con grupos participantes que ya tienen experiencia previa”.
El equipo está compuesto por especialistas en inmunología, virología y estructura de proteínas y encabezado por la doctora Juliana Cassataro junto a otros once científicos y científicas.
La vacuna de la Universidad Nacional del Litoral. Un equipo integrado por científicos de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral y del Conicet, trabaja en cooperación con las empresas Cellargen Biotech y Biotecnofe, en el otro proyecto de vacuna para el COVID-19.
Las características. El investigador Claudio Prieto encabeza el equipo de trabajo que desarrolla un candidato vacunal en base a partículas similares al virus, con proteínas recombinantes para ensayar en animales si los candidatos vacunales propuestos inducen la producción de anticuerpos neutralizantes, o sea que prevenga la infección por SARS-Cov-2. Para luego iniciar una nueva etapa que comprende los ensayos en humanos.
La Universidad Nacional del Litoral informó que el proyecto se basa en partículas que imitan la conformación del virus y permiten vacunar a las personas o los animales con vacunas bioseguras, basadas principalmente en cultivos de células recombinantes. Las vacunas bioseguras utilizan procedimientos para su producción en los que no se emplean virus, lo que minimiza el riesgo de infección.
En esta opción se realiza mediante ingeniería genética, y se modifica el genoma de las células productoras de la vacuna, para que solamente expresen un gen codificante de una proteína clave del virus, que al ser utilizada como vacuna, sean capaces de generar anticuerpos en animales o en humanos.
Además de la respuesta rápida, se buscará producir una partícula en la cual se expresen los antígenos necesarios del virus en interacción con la células, de forma tal de poder inducir en el animal o el humano vacunado anticuerpos neutralizantes de esa interacción.
La semilla que impulsó los dos proyectos. El ministro confirmó que entre 900 proyectos, presentados en la convocatoria extraordinaria COVID-19, fueron seleccionados 64, entre ellos los dos proyectos de vacunas financiadas por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación I+D+I con hasta 100 mil dólares. Los proyectos debían tener como objetivo de estudio el diagnóstico, el control, la prevención, el tratamiento o el monitoreo de la enfermedad.
La premisa de la elección fue obtener los mejores resultados en el más corto tiempo. No solo se evaluó la propuesta desde el punto de vista técnico, sino también la factibilidad dentro de una ventana de tiempo determinada. Los proyectos serán monitoreados en tiempo real porque la situación es muy dinámica.
Hay que pensar que varios grupos científicos tenían ya proyectos en marcha, no exactamente para el coronavirus pero con capacidades para afrontar este desafío. Es decir, con la mitad del camino recorrido en otro tipo de virus, pero con las mismas plataformas adaptables a distintos tipos de agentes virales”.
A nivel mundial, cuándo estará la primera vacuna. La situación por el COVID-19 es están dinámica e inédita que los pronósticos o estimaciones se modifican casi a diario. La Organización Mundial de la Salud se mostró optimista en que habrá millones de dosis de vacunas contra la enfermedad para finales de 2020. En ese sentido, el organismo destacó que unas 300 vacunas están actualmente en ensayos y tres están cerca de comenzar la fase final de las pruebas en humanos: el desarrollo de la Universidad de Oxford (Reino Unido), la vacuna de la compañía estadounidense Moderna y otra más que impulsa la República Popular de China.
No obstante, además de evaluar los efectos adversos y si la inmunidad adquirida es efectiva contra el nuevo coronavirus, el gran desafío será una producción a escala, con un costo accesible y que llegue a cada rincón el planeta.