El Observatorio Argentinos por la Educación usó el Mundial como excusa para analizar la educación secundaria de la Argentina. Determinó que entre los 32 países que juegan en Rusia, el país ocupa el puesto 13 en cuanto al acceso a la escolarización. Pero observa que si fuera un equipo, siete de sus 11 jugadores no podrían resolver los problemas matemáticos más sencillos.
El Mundial de fútbol puede servir y ser una buena excusa para poner a la educación en la agenda pública. Eso se propuso el Observatorio Argentinos por la Educación al analizar datos sobre la escolarización en el nivel secundario y los niveles de aprendizaje que alcanzan los alumnos.
El resultado es esclarecedor y muy gráfico. Si se tomara la tasa de escolarización, es decir el nivel de acceso al secundario que tienen los jóvenes, Argentina estaría en el puesto 13 entre los 32 países que participan del Mundial de Rusia y en la posición 30 si se incluyera a todo el mundo, según datos de la Unesco.
Sin embargo, al explorar el desempeño que los alumnos tuvieron en las pruebas PISA de matemáticas, la conclusión resulta preocupante: si el país fuera un equipo de fútbol, 7 de cada 11 jugadores tendrían dificultades para resolver los problemas más sencillos. A esa relación llegaron al observar que fue “bajo” el desempeño del 67% de los estudiantes de 15 años que fueron evaluados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En resumen, Argentina cuenta con un secundario muy inclusivo pero con bajos niveles de aprendizaje. “Para que las oportunidades de la escolarización generen posibilidades equitativas de vida, es necesario que la experiencia escolar otorgue los instrumentos que el mundo exige para participar del intercambio social, político, económico y cultural. De no ser así, nuestras escuelas alimentan en los alumnos esperanzas que terminarán necesariamente en frustración”, asegura Guillermina Tiramonti, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y profesora de la Universidad Nacional de La Plata.