Una química llevó la academia a las góndolas: “Quería usar lo que decían los papers y no lo encontraba en los productos" - RED/ACCIÓN

Una química llevó la academia a las góndolas: “Quería usar lo que decían los papers y no lo encontraba en los productos"

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Florencia Jinchuk es la CEO de The Chemist Look, una marca que nació con la idea de agregar valor al mundo de la cosmética. Tras estudiar química en Estados Unidos, descubrió que muchos maquillajes tenían los mismos compuestos químicos y decidió lanzar su propia marca que unía sus conocimientos académicos con las necesidades de sus clientes. Hoy trabaja en Argentina, Uruguay, Chile y Brasil.

Una química llevó la academia a las góndolas: “Quería usar lo que decían los papers y no lo encontraba en los productos"

Florencia Jinchuk en la Experiencia Endeavor Buenos Aires 2024. Foto: gentileza Endeavor.

En una clase de química en la secundaria, la uruguaya Florencia Jinchuk se encontró con primera vez con la teoría del gato de Schrödinger, que postula que un gato dentro de una caja puede estar vivo o muerto cuando no se lo observa, pero se define cuando se abre la caja. A partir de entonces comenzó a pensar la idea de estudiar química. Con el tiempo se mudó a Estados Unidos para perseguir su carrera.

Durante el primer verano de su carrera comenzó una pasantía en el sector de petróleo y por un compañero de trabajo del sector de aplicaciones cosméticas descubrió el mundo que unía la belleza con la química cosmética. Al terminar las clases, por la noche, acudía a las farmacias para leer las fórmulas de los productos de las góndolas. 

Allí se encontró con un problema. “Lo que yo estudiaba en la facultad no llegaba a las góndolas. ¿Por qué había una distancia tan grande entre la academia y el producto final? Quería usar lo que decían los papers y no lo encontraba en los productos”, contó Jinchuk en su charla de la Experiencia Endeavor Buenos Aires 2024.

Con esta mentalidad y de vuelta en Uruguay comenzó su blog The Chemist Look, a través del cual le respondía a la consultas de cosmética desde un punto de vista de la ciencia. Un día una chica que se estaba por casar le comentó que tenía un brote y no sabía cómo solucionarlo. Entonces Jinchuk decidió comenzar con su primer producto con un lote de 50 unidades, que envió personalmente. 

Desde Uruguay se extendieron a otros países de América Latina y hoy trabajan también en Argentina, Chile y Brasil, en donde comercializan 20 productos. Todos son clínica y dermatológicamente testeados, sin hacerlo en animales, veganos, sin alcohol y  libre de fragancias.

¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentaste como emprendedora?

—Hubo muchos. Uno de esos momentos para nosotros fue cuando la importación estaba cerrada en Argentina, fueron meses sin stock y sin plata. Después, mover la producción a otro país en el medio de COVID y todo por Zoom.

¿Cómo desarrollaste la resiliencia para llevar tu proyecto al éxito actual? 

—Hay una cosa de actitud de decir 'los problemas no son problemas, son parte de algo'. Podés tomar los problemas como un drama, pero yo siempre los vi como parte del juego, como un acertijo por resolver. No se puede tener una empresa y que no te pase nada. En el caso de Argentina, porque queremos seguir saliendo acá, busco parar de quejarme y jugar según las reglas. 

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