Una pulsera permite detectar hasta 22 tipos de drogas en bebidas: "Nuestra intención es que tenga un impacto social" - RED/ACCIÓN

Una pulsera permite detectar hasta 22 tipos de drogas en bebidas: "Nuestra intención es que tenga un impacto social"

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

La pulsera Centinela, desarrollada por Aglaya Creativos en España, identifica sustancias en menos de cinco segundos. "El problema requiere un abordaje integral y una orientación hacia relaciones más sanas", afirma Ángel Gastón, uno de sus creadores, en diálogo con RED/ACCIÓN.

Una pulsera permite detectar hasta 22 tipos de drogas en bebidas: "Nuestra intención es que tenga un impacto social"

Foto: Aglaya Creativos en Instagram.

La pulsera Centinela, desarrollada por la empresa española Aglaya Creativos, puede detectar hasta 22 tipos de drogas en menos de cinco segundos. De esta manera, se convirtió en una herramienta para combatir el spiking, que consiste en introducir drogas en las bebidas sin el conocimiento de las víctimas. El dispositivo salió al mercado en junio pasado y ganó popularidad en las Fiestas de San Fermín en Navarra (España).

La idea del dispositivo surgió a raíz de la experiencia personal de su creador, Abel Lafuente (responsable de Aglaya Creativos), quien fue víctima de un caso de spiking. Motivado por su propia experiencia, ideó la pulsera junto a Scarlett Guadamuz (Aglaya Creativos) y los empresarios Ángel Gastón y Ángel Erro. "Nuestra intención era que tuviera un impacto social, un cambio de mentalidad, ya que estamos hablando de la vulneración de la libertad de las personas, principalmente mujeres y jóvenes", cuenta Ángel Gaston en diálogo con RED/ACCIÓN.

El objetivo es que tenga un efecto disuasorio, por lo que están en desarrollo de un segundo modelo de pulseras que pueden verse en la oscuridad. "Lo que intentamos es, en una primera fase, evitar que suceda la acción y, en segunda, si te han echado algo en la bebida, que seas capaz de no quedarte solo y avisar al de seguridad, al encargado o a tus amigos", dijo Lafuente a El País.

Existen dos versiones de la pulsera: una estándar y otra premium. La estándar, que cuesta 3.7 euros, detecta las drogas más comunes utilizadas en la sumisión química basadas en mmina, como la ketamina y la burundanga. La versión premium, con un precio de 5 euros, identifica los mismos estupefacientes pero incluye una prueba para GHB o éxtasis líquido. Además, ofrece un código QR para servicios de geolocalización.

Para activar la pruea, se quita el plástico protector y se pone una gota de la bebida sobre el panel de la cinta. Si luego de tres a cinco segundos se tiñe de naranja significa que es positivo de aminas o de azul para GHB. Ambas pulseras cuentan con información para interpretar de manera correcta los resultados.

Orgen y expansión de la pulsera

Hace dos años el equipo comenzó proyecto llamando a laboratorios de todo el mundo hasta encontrar el laboratorio británico DrugsLab 118, que tenía la tecnología necesaria para diseñar la pulsera. “En Miami nos trataron de convencer de que hiciéramos tarjetas con detectores de droga en la bebida, algo que ya existe, pero no era lo que buscábamos", comenta Gastón a La Vanguardia. "Era muy importante que tuvieran un efecto disuasorio y esas tarjetas, que se guardan en la cartera, no lo tienen. Asimismo, queríamos pulseras resistentes a la humedad y con capacidad para detectar todas las drogas que se utilizan para la sumisión química y el spiking", dice.

Desde que el producto salió a la venta, sus principales compradores fueron padres y madres preocupados por la seguridad de sus hijas, y sobre todo, mujeres. Aunque todavía se desconoce con precisión la cantidad de unidades vendidas, Aglaya ha recibido buen feedback. "Después de haber escuchado muchos testimonios del uso de la pulsera, me parece que esto requiere un abordaje mucho más integral a nivel de valores relacionales. En especial en relación a la protección y la orientación hacia relaciones sanas", comenta.

El equipo recibió pedidos de entrevistas y de expansión a otros países, especialmente de Latinoamérica. "Nos piden información de asociaciones de ocio de México, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Perú y Bolivia, y hasta recibimos pedidos de 500 mil unidades", cuenta Gastón. Asimismo, si bien el diseño de la pulsera está inspirado en las fiestas españolas, es personalizable para otros tipo de eventos o fiestas populares y sus creadores quieren que aspiran a que llegue a otros lugares.

Finalmente, cada una de las pulseras está hecha por personas con discapacidad o en situación de exclusión social en España. "Nos gustaría trasladar esta línea a posibles lugares de expansión. Podemos lanzar una línea de negocio pero siempre con un impacto social y la creación de puestos de trabajo inclusivos", afirma Gastón.

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