Christina Goudreau Collison es profesora de Química desde hace 20 años en el Instituto de Tecnología de Rochester (RIT) en Nueva York (Estados Unidos). En sus clases siempre tuvo entre 1 y 10 alumnos sordos; notó que tenían peor rendimiento que los alumnos que escuchaban y participaban menos en investigaciones independientes.
El probelma era que, pese a que tenían intérpretes de lengua de señas estadounidense (ASL, por sus siglás en inglés), no existían términos científicos en este idioma gestual, por lo que había que deletrearlos y esto hacía el proceso más lento. Al darse cuenta de esto, junto a Jennifer Swartzenberg, profesora titular de Química que domina ASL y exalumna de Collison, comenzaron a trabajar en la manera en que podrían cambiar la forma de enseñar.
Con un equipo de alumnos sordos, analizaron los principales problemas que existían y vieron posibles soluciones. En primer lugar, eliminaron los nombres de las reacciones, es decir, los procesos químicos donde unas sustancias transforman a otras, y las categorizaron en su estado de transición, o sea los estados intermedios en esas reacciones. De acuerdo con Nature, en lugar de memorizar 300, los estudiantes e intérpretes aprendían solo 10 estados de transición (de cuya combinación surgen las reacciones. "No descarto mencionar a las reacciones por su nombre, pero no evalúo a los estudiantes en función de eso", aclaró Collison.
Luego identificó términos de química orgánica y buscó convertirlos en signos. Según Colby News, se basaron en signos establecidos en disciplinas como la física, buscaron ideas en YouTube y entablaron debates hasta que estuvieron de acuerdo en cada signo.
A partir de entonces, generaron un léxico en lengua de señas específico para química orgánica junto con videos para capacitar a estudiantes e intérpretes. El resultado fue la creación de un léxico de más de 300 signos pertenecientes a la química orgánica. Además, agregaron todo a ASLCORE, un sitio de vocabulario de ASL curado por el Instituto Técnico Nacional para Sordos (NTID).
Un estudio publicado en 2019 estudió el progreso y desempeño de los alumnos al estudiar con estos signos. Este observó que los estudiantes sordos obtuvieron calificaciones por encima de la media en los exámenes.
En 2022, recibieron el Premio a la Inclusión y Diversidad de la Royal Society of Chemistry, una sociedad científica de Reino Unido, que celebra a quienes se esfuerzan por mejorar el acceso a las ciencias químicas. Swartzenberg contó en un comunicado de prensa: "Este trabajo es crucial para los científicos sordos porque no se puede aprender ciencia deletreando con los dedos. Disponer de signos que transmitan el significado de las palabras, que antes se deletreaban con los dedos, añade valor a la experiencia educativa de la persona sorda. Cambia su mundo porque ahora el contenido se puede describir en su idioma nativo y tiene un significado real”.
A futuro, Collison planea crear un léxico similar tanto para química general como para bioquímica, según Colby News. También está estudiando el papel de los signos en la retención de la memoria a largo plazo.
Claro, no es el único caso de un nuevo diccionario para hacer la ciencia más accesible. De hecho, hay un ejemplo en estas latitudes. En Argentina, el Planetario de Buenos Aires y la Confederación Argentina de Sordos (CAS) presentaron junto a Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) nuevo términos astronómicos en Lengua de Señas Argentina (LSA). En este link podés encontrar la lista completa.
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