¡Buenas tardes! Las llamas en Corrientes nos movilizan como comunidad. Y aunque a veces sentimos impotencia, la generosidad de nuestro pueblo nos marca el rumbo.
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Ante una tragedia de grandes magnitudes nos horrorizamos, preocupamos, angustiamos y, al mismo tiempo, pensamos qué podemos hacer, cómo podemos responder. Esto es un reflejo de la condición humana en su faz más conmovedora.
Pero es cierto que ante tragedias tan grandes nos resulta complicado ayudar en medio de nuestras tareas, nuestra vida familiar y laboral. A veces uno imagina que hacer un envío de comida u otros recursos, en una megatragedia, siempre parece poco. Uno, cien o mil paquetes de arroz parecen pocos en una inundación que tapó media ciudad.
En medio de esta eterna búsqueda de cómo ayudar, aparecen los incendios en Corrientes, una catástrofe nunca vista. Por suerte, aún sin víctimas humanas, pero sí con la flora devastada y con animales quemados. El país lo mira, aunque a la distancia, a veces uno no sabe qué hacer.
En este contexto, muchos clubes de fútbol, empezando por River y Boca, abrieron sus puertas para recolectar y enviar recursos como agua, comida o equipos para bomberos y brigadistas. O utensilios para tratar quemaduras o para atención veterinaria. Pero sigue la pregunta: ¿qué podemos hacer ante la grandeza del horror?
En medio de un montón de paquetes que están listos para ser enviados desde River, aparece esta imagen, con esa simpleza y profundidad propia de las obras de arte que saben sintetizar un universo de sensaciones. Alguien, posiblemente muy joven, con su familia, hace un envío en un paquete para Corrientes, pero, además, dibuja la provincia litoraleña. La mira, la siente cerca. Y escribe: “Fuerza, correntinos, los abrazamos con nuestros corazones”. Esa frase, dicha por un chico o chica, es emocionante. Y con un agregado maravilloso: abrazar con el corazón. Una frase poética.
También, agrega el nombre y el barrio. Tenemos esta identidad. Y queremos decir "acá estamos". Somos parte de una gran comunidad.
Esta obra de arte de la cultura solidaria, en un paquete que viaja, es producto de una atmósfera, de valores que tienen que ver con el otro, con el prójimo, la comunidad. Este adolescente miraba junto a su familia la tragedia y pensaba cómo dar una respuesta. Este mensaje simple no solo ayuda a los hermanos correntinos a que no se sientan solos. También es una lección maravillosa, una respuesta a nuestras ansiedades de cómo ayudar ante una tragedia tan grande.
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Ya vimos —ya nos mostró el ejemplo de esa admirable familia que dejó el paquete en River— que abrazar desde el corazón es la respuesta fundamental ante una catástrofe. Pero claro, al poner manos a la obra hay que actuar tanto con el corazón como con la cabeza. Ante tragedias tan grandes, la información sobreabunda y es fácil marearse y no saber dónde y cómo colaborar. Específicamente, ante situaciones así es importante tener en cuenta cómo clasificamos nuestras donaciones y hacerlo de tal manera que se facilite su transporte para llegar a los puntos de destino.
Para ello, pueden servirte estas placas informativas que preparamos en el Instagram de RED/ACCIÓN. Ahí vas a encontrar criterios para elegir una organización con la cual colaborar, sobre cómo preparar las y qué características deben tener. Es algo simple, pero tener la información a mano ayuda.
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La semana pasada hablábamos de que en el contexto del cambio climático (que se refleja, claro, en estos incendios en Corrientes) es fundamental que produzcamos fábricas de bosques, que plantemos árboles nativos (si no leíste la edición del lunes 21/02, ahí vas a poder encontrar razones importantes para hacerlo).
En esa línea, vale destacar una iniciativa en la provincia afectada: el proyecto Ñemity, que en guaraní significa “volver a plantar”.
“Como todo el mundo, estaba angustiada por la situación de los incendios. Veía que la gente compartía imágenes del desastre pero sentí la necesidad de hacer algo más. Sabemos que la situación es desoladora, pero no es suficiente darle a un botón en redes sociales”, dijo al diario El Litoral Nuchi, la emprendedora que lleva adelante el proyecto. ¿En qué consiste? En acopiar plantines de árboles nativos para recuperar los montes arrasados por el fuego.
Algunas de las especies buscadas son lapacho, palo borracho, timbó, ibirá pitá, pata de buey, ñangapirí, guayabo, aguay, ceibo y jacarandá: es decir, las que tienen nombre en guaraní.
Podés colaborar conocer el proyecto en Instagram.
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Cuatro preguntas Belén Arcucci [Por David Flier]. Belén es politóloga y coordinadora del programa Derechos de las Personas con Discapacidad de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). Junto con Asociación Azul, ACIJ lleva adelante el concurso Sin Barreras: hasta el 21 de marzo se convoca a presentar distintas piezas artísticas que ayuden a visibilizar la importancia de trabajar por la autonomía de las personas con discapacidad.
—¿Por qué el arte para visibilizar el derecho de las personas con discapacidad para una vida independiente? ¿Cómo surgió la idea?
—El arte siempre fue utilizado como una herramienta de visibilización y denuncia, que sirve para señalar y poner luz sobre aspectos de la realidad que son habitualmente naturalizados o normalizados. También es una canal de expresión muy versátil, que permite que cada voz pueda manifestarse a su manera y en la forma que le sea más accesible. Estos dos elementos hacen que sea una gran herramienta para desarticular prejuicios y para mostrar versiones alternativas de las cosas a las que normalmente miramos desde una perspectiva hegemónica. Y en este caso particular, en donde las barreras que enfrentan las personas con discapacidad tienen que ver con paradigmas profundamente arraigados en el conjunto de la sociedad, las diferentes expresiones culturales y artísticas son herramientas muy potentes. Especialmente cuando son las propias personas con discapacidad quienes las usan y rompen con los estigmas que pesan sobre ellas. Por todo esto surgió la idea, buscando formas nuevas y creativas para promover los derechos y producir un cambio cultural.
—¿Qué esperan que despierten las obras ganadoras en la sociedad? ¿Cómo imaginan su difusión?
—Yendo un paso atrás en tu pregunta, más allá de los resultados y obras ganadoras, en las consultas y comentarios que estamos recibiendo vemos que el propio proceso está despertando cosas muy valiosas, como las ganas de informarse y producir obras en torno a la temática, y también mucho entusiasmo entre personas con o sin discapacidad que ya tienen obras elaboradas y encuentran en el concurso un espacio que las recepta y les da valor. Y una vez que se definan las obras ganadoras, esperamos despertar en primer lugar interés en el tema y mayor conciencia sobre las barreras que enfrentan las personas con discapacidad, y a partir de allí un cambio en la mirada y en las concepciones sobre la discapacidad que se traduzca en acciones. Cuando se definan las obras ganadoras, serán exhibidas en una galería virtual y a través de los canales digitales establecidos por ACIJ y Azul, pero no descartamos más adelante otras formas como un evento presencial si la situación sanitaria lo permite.
—¿Qué es lo más difícil para generar consciencia sobre el tema de vida independiente?
—Lo más difícil es que las barreras más fuertes que enfrentan las personas con discapacidad para vivir de forma independiente, es decir, para ejercer su derecho a decidir y elegir lo que quieren para su vida y participar plenamente en la comunidad con los apoyos necesarios, no son sólo físicas ni provienen únicamente de los déficits de las políticas públicas, sino que tienen que ver con paradigmas culturales que son difíciles de transformar. Visiones que parten de considerar la discapacidad desde el modelo médico rehabilitador, y ven a las personas como personas enfermas y receptoras pasivas de cuidados. Derribar estos enfoques tradicionales, que muchas veces desde las mejores intenciones dejaron un legado de paternalismo, dependencia y estigmatización, es un camino arduo. Entonces la dificultad es que hay que generar cambios en niveles diversos: en las políticas, pero también en las prácticas y en las culturas.
—¿Qué lectura hacen de las obras recibidas hasta ahora?
—Dado que extendimos el plazo hasta el 21 de marzo todavía no podemos hacer una lectura global del contenido de las obras, pero sí vemos que más de la mitad de las personas que se inscribieron se consideran personas con discapacidad, y se están presentando muchísimas piezas muy diversas en la categoría “en primera persona”, que busca reivindicar sus propias voces. Esto nos demuestra que hay mucho talento y mucho interés en contar las propias experiencias para que sirvan como motor de cambio.
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Hoy, 28 de febrero, es el Día Mundial de las Enfermedades Poco Frecuentes. Cada tanto escuchamos o leemos de personas que padecen una de estas enfermedades que afectan a una de cada muchísimas personas. Y si bien son casos que por su especificidad se repiten poco, la suma de ellos podría sorprenderte: en Argentina afectan a más de 3,5 millones de personas.
Como cada una de estas enfermedades (son unas 8.000 reconocidas) es bastante singular, estas personas tardan muchos años en dar con un diagnóstico certero. Es importante aprovechar el día para visibilizarlas y ayudar a que muchas más personas puedan ser diagnosticadas rápidamente.
Puede serte de utilidad esta nota de RED/ACCIÓN, donde se explica más el tema. Y también el contacto de la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (FADEPOF).
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mando un gran abrazo.
Juan
