¡Buenos días! En esta edición queremos contarte sobre una iniciativa hermosa: la de una línea de colectivos que decidió incluir en sus unidades una forma de mejorar su comunicación con las personas con autismo. Porque, de esta movida, aprendemos que en cualquier sitio en el que nos encontremos podemos levantar la cabeza y hacer algo por el prójimo.
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Muchas veces pensamos que nuestras obligaciones cotidianas, nuestros trabajos o nuestra agenda, nos dejan poco tiempo, son un obstáculo en el deseo de abocarnos a ayudar al prójimo. Pero hoy queremos compartirte un ejemplo maravilloso de cómo el lugar de trabajo se convierte en un trampolín solidario, un espacio desde el cual se mira al prójimo y se le tiende una mano.
Alejandro Garro (52) trabaja desde 1989 en la línea 85 de colectivos, que recorre la Zona Sur del Gran Buenos Aires, atraviesa la Capital Federal y llega a Ciudadela Norte. También es socio de Arsenal. Entre 2015 y 2018 lideró el Departamento Solidario del club de Sarandí. Y, en cada una de las actividades que hacían (por ejemplo, ayudando a una escuela rural o dando charlas colaborando con grupos de padres de niños con autismo) involucraba a la empresa de colectivos en la que trabajaba.
En el 2018 creó el Departamento Solidario de la línea 85, desde el cual comenzó con distintas iniciativas, muy diversas entre sí, pero con el denominador común de mirar al otro. Por ejemplo, comenzaron a pedir a los proveedores que les hacían regalos de fin de año que les entregaran, en lugar de vinos o bombones, juguetes que pudieran regalar por Navidad en lo que llaman “El Día de Papá Noel”. O a pedirles golosinas para repartir en el día del niño. La empresa fue un nexo entre otras empresas y de usuarios con deseos de ayudar y las necesidades de la comunidad, como merenderos. El grupo, liderado por Alejandro, se denomina “La banda de Saes”.
Muchas de estas actividades quedaron paradas en la pandemia. Entonces, el deseo de ayudar encontró otro lugar. Así nació la campaña “Concientizar: un viaje a la reflexión”: dentro del colectivo pusieron flyers para concientizar sobre donación de órganos, violencia de género y donación de sangre. “Usé los colectivos para transmitir información importante”, sintetiza Garro.
Así cuenta lo que ocurrió luego: “En los eventos que hacíamos en la empresa, me di cuenta de que las personas con autismo quedaban fascinadas por los flyers de los colectivos. Entonces comencé a buscar información sobre pictogramas”. La búsqueda llevó a Alejandro a conocer ARASAAC, un grupo español que depende del Gobierno de Aragón, en España que crea señalización especial. Alejandro los contactó para incluir estos pictogramas, con información funcional sobre anuncios, subidas y bajadas del colectivo, formas de pago, normas en el vehículo, etc. Pero, como debían adaptarlos a la señalética y los pictogramas de Argentina, contactaron a la ONG argentina Salidas Inclusivas, que busca compartir y divulgar espacios inclusivos para personas dentro del espectro autista, y brindar herramientas para ellos. Una red de organizaciones trabajando para que más personas con autismo comprendan la información. En marzo del año pasado, comenzaron a circular colectivos con los pictogramas.
Pero esto fue solo el comienzo. Este espíritu, y esta idea, generaron un efecto contagio.
“Se generó una linda revolución”, analiza Alejandro sobre lo que ocurrió luego. Porque el archivo con los pictogramas está a disposición, en forma gratuita, de cualquier otra empresa que quiera usarlos Y otras líneas de colectivos decidieron sumar los pictogramas a sus unidades. Primero, la línea 98, una línea nacional que en diciembre incluyó los pictogramas.
Luego, la 570, del municipio de Avellaneda, que a mediados de enero no solo puso la señalización en todas sus unidades, sino que lo comunicó el Gobierno municipal. Desde el Ejecutivo expresaron su deseo de poner pictogramas en las paradas, y los trabajadores de la línea 85 y Salidas Inclusivas compartieron el proyecto. Algo parecido pasa en febrero con la línea 520, de Lanús, y el correspondiente municipio.
También se sumó a fines del año pasado una terminal carrocera, Todo Bus, que entrega más de 500 colectivos 0 km por año. “Esperamos que, al recibir un colectivo señalizado, las líneas nos llamen, pregunten y logremos contagiar para que cada empresa decida tener más colectivos así”.
Y, de nuevo, la red de organizaciones: la empresa de calcos De Marinis, proveedora de la línea 85, entregó 3.000 calcos que Alejandro usaron para repartir entre la línea 570 y la 520.
Según cuentan desde la línea 85, los pictogramas están en camino a certificar Normas IRAM y la Dirección de Accesibilidad del Transporte, dependiente del Ministerio de Transporte de Nación, trabaja en una Norma a nivel Nacional para su implementación.
“Somos solo un Grupo de laburantes del Bondi y una ONG, con ganas de una Sociedad más Amigable, que pegamos Pictogramas”, dicen ellos de sí mismos. Hermosa red. Que, ojalá, continúe con su crecimiento.
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Los pictogramas. Esas imágenes que tanto ayudan a personas con autismo son parte de los denominados Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC). Se trata de formas de expresión diferentes al lenguaje oral, cuyo objetivo es aumentar y/o compensar algunas dificultades de comunicación que pueden tener personas dentro del espectro.
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3 preguntas a Alejandro Garro, creador del Departamento Solidario de la línea 85. [Por David Flier]
—Desde marzo hasta ahora, ¿qué devolución tuvieron de usuarios con autismo?
—Desde marzo 2022, cuando colocamos los pictogramas en los colectivos, recibimos respuestas muy lindas de personas con autismo y otras personas mayores con dificultades para leer. Nos han dejado mensajes en IG, o han dado dibujos a los choferes. Han venido a visitar la empresa muchos nenes de grupos de autistas en Quilmes y Berazategui. Cada dos meses hacemos “un día de trabajo con la banda”, una jornada para comedores y grupos de autistas. Cuando vienen nos dejan regalitos y dicen la importancia que tienen los pictogramas. En muchos posteos nos etiquetan para agradecir. La respuesta es muy buena, gracias a Dios.
— Muchas personas sienten que, por su trabajo, no tienen tiempo de abocarse a tareas solidarias. Vos incluiste la solidaridad en tu trabajo. ¿Creés que esto se puede copiar en otros rubros?
—No tengo dudas de que todos pueden hacer solidaridad desde su lugar de trabajo. Todos tenemos un rato para mirar el celular o comunicarnos con alguien. Yo simplemente presenté un proyecto al directorio de la empresa para crear un Departamento Solidario. Nosotros lo que hacemos es en el desayuno o en algún espacio de charlas, comentamos propuestas y buscamos vincular todo. En nuestro caso, como somos una línea de colectivos, contactamos proveedores y y usuarios que quieran ayudar y les pedimos cosas específicas, por ejemplo, juguetes para niños, que luego damos en Navidad. O donaciones de alimentos para comedores. Vinculamos empresas y personas, somos como un puente. Es totalmente viable vincular tu trabajo con la solidaridad. Solo te lo tenés que plantear.
—¿Cuántas personas integran la Banda de Saes?
—No sabemos cuántas personas la integran. Yo publico qué actividades vamos a hacer, manejo las redes, hago las propuestas. Pero siempre se suman muchas personas que trabajan en la empresa. Podríamos decir que es infinita la cantidad de gente que integra la banda. Para cada evento se suman quienes quieran ayudar en lo que puedan, desde armar un pelotero o cuidar nenes en un evento. Pero también tenemos personas y empresas que nos ayudan donando. No puedo decir cuánta cantidad de gente, pero son muchos los integrantes de “la banda”.
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Dejemos por un momento esta maravillosa iniciativa para contarte de otra. Una que se multiplica. Hace unos meses describimos en esta nota el trabajo de Prócer, una empresa creada por Manuel Díaz Ferreiro y sus amigos, quienes se preocuparon por hacer la lectura más inclusiva para personas con discapacidad. En esta compañía desarrollan soluciones tecnológicas para personas con discapacidad visual y dificultades en el acceso a la lectura. El objetivo es, básicamente, hacer más sencillo para estas personas desenvolverse en la escuela, la universidad o el trabajo.
Con esto en mente presentaron el año pasado Prócer 3, un dispositivo que permite la lectura audible de texto impreso de forma mucho más eficiente que los lectores del celular. Por ejemplo, permite “leer” (es decir, dar descripciones) de fotografías e imágenes.
La linda noticia es que gracias a un convenio entre Prócer y la Agencia Nacional de Discapacidad, se lanzó una convocatoria para que personas entre 12 y 18 años puedan acceder al dispositivo de manera gratuita.
La convocatoria estará vigente a partir del 10 de febrero hasta el 30 de marzo de 2023. Requiere tener: certificado de alumno regular y certificado único de discapacidad (CUD) vigente.
“Creemos que la educación es la mejor herramienta que tenemos para cambiar nuestro futuro, por eso estamos orgullosos de poder colaborar desde nuestro lugar para que más personas puedan estudiar de manera independiente y tener una mejor calidad de vida”, dice Manuel. ¡Bravo!
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David