Hace décadas que los científicos intentan recrear los déjà vues en el laboratorio para estudiarlos y, finalmente, dar sentido al misterio y entender por qué y cómo ocurren. Pero es difícil identificar los estímulos que evocan el sentimiento y, por eso, aún no existe un acuerdo universal para explicar el mecanismo.
La percepción de que algo que experimentamos ya ocurrió en el pasado recibió el nombre déjà vu por la expresión francesa que significa "ya visto". Precisamente, los primeros registros del uso del término datan de 1876: lo usó el filósofo francés Émile Boirac en una carta a un editor y, más tarde, en su libro La psicología del futuro publicado en 1918, reseña Live Science.
"Es importante tener en cuenta que el déjà vu es una experiencia común y no se considera un signo de ninguna condición médica o psicológica subyacente. Si bien nuestra comprensión ha avanzado a lo largo de los años, sigue siendo un fenómeno complejo e intrigante que continúa siendo objeto de investigación científica. Se necesita más investigación para desentrañar los mecanismos precisos involucrados en el déjà vu", dijo al medio especializado la médica neuropsiquiatra Ooha Susmita.
¿Qué causa un dejà vu?
De momento, hay dos grandes teorías sobre qué causa un déjà vu. La primera indica que surge cuando una situación actual se parece mucho a una experiencia anterior, pero que ha sido olvidada, señaló Susmita. "La nueva situación puede compartir similitudes con un evento pasado, lo que lleva a una sensación de familiaridad sin un recuerdo que la acompañe de los detalles específicos", agregó.
En efecto, la sensación resultaría del intento de nuestro cerebro de dar sentido a estas similitudes percibidas, incluso si no podemos recordar conscientemente la experiencia original.
La segunda hipótesis consiste en que el déjà vu es el resultado de una “brecha perceptiva” o “percepción dividida”, según el libro Psicología del aprendizaje y la motivación (2010). Es decir, el cerebro procesa las mismas señales sensoriales dos veces de forma consecutiva en un momento particular. “En el proceso inicial, la señal es breve y muchas veces pasa desapercibida en la mente consciente. Durante el segundo proceso, que sigue casi inmediatamente, se establecen sentimientos de familiaridad (déjà vu) debido a esa primera señal, que no se puede recordar”, explica Live Science.
En línea con esta segunda explicación, un estudio publicado en 2016 realizado en la Universidad de St. Andrews, de Escocia, sugirió que la sensación de familiaridad es causada por el cerebro al corregir estos errores de memoria que genera la “brecha perceptiva”. Los investigadores utilizaron resonancias para verificar qué partes del cerebro están activas cuando se desencadena un déjà vu en el laboratorio y notaron que no era la región responsable de la recuperación de la memoria (el hipocampo), sino la corteza prefrontal medial, que está involucrada en la resolución de conflictos entre lo que recordamos haber experimentado y lo que realmente hemos experimentado.
Como resume Psychology Today, “experimentar un déjà vu puede sorprender a algunas personas. La espeluznante experiencia puede hacer que otros se sientan incómodos o incluso temerosos de que algo esté mal. En general, la experiencia no es motivo de preocupación, es solo una cuestión de memoria o percepción. De hecho, es una señal de que las regiones del cerebro que verifican los hechos están funcionando bien para evitar que recordemos mal los eventos”.