El pueblo bonaerense de Reta estuvo casi un año sin médico. Fue hasta abril del año pasado, cuando el doctor Alejandro Goldbaum se hizo cargo del centro de salud que asiste a los habitantes del lugar.
En esta nota te contamos cómo trabaja Goldbaum en este pueblo, por qué hay regiones de la Argentina con pocos médicos o directamente sin ellos. Y la falta de estadísticas actualizadas a nivel nacional, que permitan detectar poblaciones que están en la misma situación en la que estaba Reta y su gente hace un año.
“Acá lo que sobra es tiempo para hablar con el paciente”, dice Alejandro Goldbaum, médico titular del centro de salud de Reta, un apacible pueblo playero de la provincia de Buenos Aires, ubicado a 80 kilómetros de Tres Arroyos.
Frente a la única plaza de Reta se levanta el centro de salud local. Al entrar, nos encontramos con una amplia sala de espera. Como habíamos quedado, allí nos estaba esperando Alejandro Goldbaum. Mientras nos saludamos le digo que esperaba encontrarme con un médico vestido con ambo y un estetoscopio alrededor del cuello. Me cuenta que siempre usa uniforme, pero dadas las circunstancias de la fecha, 31 de diciembre, estaba más de “entrecasa”.
Antes de invitarnos a pasar a un consultorio para iniciar la entrevista, saluda a una persona y habla con la enfermera sobre la consulta de un paciente. Alejandro no parece un médico que se mudó a Reta hace solo unos meses. Tiene la fisonomía y la tranquilidad de los habitantes del pueblo, y hasta una forma pausada y cansina de hablar.
Su historia como médico de Reta comenzó el verano pasado cuando el hartazgo por el agobiante ritmo del conurbano bonaerense y un íntimo deseo de cambiar de vida se juntaron en un instante azaroso.
En esos días estivales de 2018, el doctor Goldbaum, experto en diagnóstico por imágenes, pasaba junto a su esposa por el frente del centro de salud de Reta y sin saberlo expresó una frase que sería el inicio de un cambio radical en la vida familiar: “Que lindo sería trabaja acá”.
Inmediatamente envió un mail a la secretaría de Salud de Tres Arroyos, para preguntar sobre la posibilidad de trabajar en Reta. La respuesta sólo demoró 24 horas. Luego siguió una sucesión de hechos que fueron imparables.
Es que su consulta llegó a la secretaría de Salud de Tres Arroyos como caída del cielo. Entre varios desencuentros y renuncias, Reta se había quedado sin médico desde hacía casi un año y la comunidad reclamaba que se cubriera esa vacante.
De su arribo a Reta, Goldbaum recuerda: “Con mi mujer llegamos el 30 de abril, y el primero de mayo ya estábamos trabajando. Venía de sufrir varios hechos de inseguridad en Buenos Aires, más un ritmo diario recorriendo varias clínicas de Quilmes, Lanús, Avellaneda, Ezeiza, Lomas de Zamora, de lunes a viernes de 8 a 21. El cambio de vida fue drástico. Además puedo continuar con mi actividad vía internet, que es el diagnóstico mediante tomografías y resonancias”.
Durante el largo y frío invierno pasado, Goldbaum se dedicó a conocer en detalle a la población estable del lugar, unas 850 personas. Realizó un relevamiento de cada historia clínica para conocer patologías o enfermedades prevalentes.
“A medida que fueron pasando los días, fui conociendo el estado de salud de los pobladores. Hicimos un historial de todos los habitantes y no vimos una patología prevalente especial, sino las comunes a cualquier comunidad, como presión arterial, enfermedades comunes de los niños y problemas de adultos mayores. Vamos individualizando a gente que necesita una medicación especial para que no le falte. Al igual que un riguroso control del calendario de vacunación para los niños y niñas. De diciembre a marzo hacemos atención a turistas que luego se van, pero archivamos la historia clínica de todos los pacientes porque siempre vuelven”, detalló Goldbaum.
El cambio de vida no fue sólo para él. Su esposa, Haydeé Gómez, es licenciada en psicología y creó en el mismo centro sanitario un departamento de Salud Mental.
La vida en Reta
Ir hasta Reta puede parecer un viaje hacia el fin del mundo. Al dejar la Ruta Nacional 3, a la altura del kilómetro 533, se toma la ruta provincial 72. Solo el pueblo Copetonas le recuerda al viajero que hay vida en la región. Reta se hace desear en medio de campos e innumerables formaciones de árboles. Pronto, ese olor inconfundible de agua salada y arena húmeda avisa que el mar está cerca.
En temporada de verano, por las calles y playas de Reta pueden convivir hasta 15 mil personas. “Eso es una ciudad entera que te llega de repente”, señala Alejandro Goldbaum.
Sin embargo el ahora médico titular del pueblo asegura que el principal problema que existe en el lugar son los accidentes laborales. “Actualmente en Reta hay muchos emprendimientos en la construcción, y los trabajadores no utilizan los elementos de protección que exige el oficio. No usan casco, ni guantes y los accidentes ocurren con las moladoras u otras máquinas que se utilizan en las obras. Ya pensamos en que debemos hacer campaña para evitar esos accidentes”.
“La llegado del doctor Goldbaum fue providencial” asegura la secretaria de Salud de Tres Arroyos, la doctora María Isabel Tarchinale. “Teníamos a Reta en llamas por la falta de un médico, y en eso nos llega su mail. Rápidamente se pudo instalar y hacerse cargo del centro de salud. Fue la solución a un problema que veníamos acarreando desde hacía meses”. Y enseguida agrega: “La falta de médico es un problema que afecta a todo el país y se ha agravado con el correr de los años”.
La funcionaria arriesga una hipótesis sobre este fenómeno: “La soledad, entre otros factores, puede ser una de las causas. En esos sitios sos médico las 24 horas todos los días del año, sumado al maltrato de los pacientes. En las grandes ciudades también ocurre, pero allí los médicos se sienten más acompañados y contenidos por sus pares. En los lugares alejados, el médico está solo frente al paciente y su angustia. Por suerte ahora tenemos cubiertas con médicos a todas las localidades de departamento de Tres Arroyos. Ha sido un logro muy importante”.
El arribo de Alejandro Goldbaum llevó tranquilidad a la población de Reta. “Ahora la gente sabe que puede ir al centro de salud y allí va a encontrar a un médico que te atiende y te escucha. Era algo que la comunidad estaba reclamando”. Así lo asegura Silvia Spata, una habitante de Reta de 60 años, que suele visitar seguido la sala, no solo para hacer una consulta, sino para charlar un rato.
Es que, según ella misma destaca, el Centro de Salud se ha convertido en un punto de referencia para los pobladores.
Con una mirada similar, Walter Bereiro, dueño del Parador Walter, celebró que haya un médico fijo en la villa balnearia y aseguró que “durante la temporada de verano siempre suele haber incidentes en la playa y es necesario contar un con médico para atender a los turistas”.
Es víspera de año nuevo y las calles de Reta son un páramo, con 35 grados de temperatura. Goldbaum asegura que “el problema de acá es la distancia con un centro de alta complejidad. Cuando la patología requiere un estudio se debe derivar al paciente a Tres Arroyos. Aquí hay una ambulancia disponible pero muchas veces la gente no cuenta con los recursos”.
Pueblos sin médico
¿Cuáles serían las causas de la falta de médicos en zonas alejadas de las grandes urbes? Para Goldbaum: “por lo general, muchos médicos optan por refugiarse en la comodidad de tener a mano todas las herramientas y posibilidades de estudios y análisis para brindar un diagnóstico”.
Mientras que cuanto más alejado de las ciudades está un médico “debe apelar a una medicina más básica, más en contacto con el paciente y saber escucharlo como hacían los antiguos médicos rurales. Por eso digo que acá lo que sobra es tiempo para hablar con el paciente, conocer detalles de su vida y sus costumbres”.
Poco después explica que “en la actualidad, al paciente se lo escanea y luego se lo diagnostica. Ir a ejercer la medicina a lugares inhóspitos implica tomar riesgos. Cuando decidí instalarme acá pensé en devolverle a la sociedad la oportunidad de haberme formado como médico”.
En el marco de la secretaría de Salud de la Nación, funciona el Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud. Y uno de sus objetivos es relevar la proporción de médicos en relación con la población de cada provincia.
De allí que según los últimos datos disponibles, que son de 2016, Santiago del Estero es el distrito con menos profesionales, con sólo 1,96 cada mil habitantes. Mientras que en Capital Federal hay 13,12 médicos cada mil habitantes y en la provincia de Buenos Aires esa proporción es de 2,90.
Los datos revelan una marcada inequidad en la presencia de médicos en las distintas regiones del país. Sin embargo, no hay precisiones oficiales a nivel nacional acerca de las demandas puntuales en cada distrito.
La hipótesis del médico Alejandro Goldbaum coincide con los argumentos de la Confederación Médica de la República Argentina (COMRA). El presidente de esa entidad, Jorge Alberto Coronel, señala que desde hace tiempo se advierte que “la carencia de recursos humanos en salud se debe, en primer lugar, a la falta de capacitación de los profesionales que egresan de las universidades en Atención Primaria de la Salud y salen orientados hacia las especialidades de mayor complejidad. Esto sucede porque no se actualizan las currículas en la formación de recursos humanos”.
En segunda instancia, agrega Coronel, “en los ministerios de salud de las provincias no se elaboran planes a mediano y largo plazo para la radicación de profesionales en los lugares donde más necesita la población. Además, falta que se implementen leyes de carrera médica que les permitan tener salarios dignos para permanecer con sus familias en zonas alejadas. Y a esto se suma que no existen estímulos ni valoración de la profesión en Atención Primaria como primer nivel de contención en salud”.
El presidente de COMRA señala que “el ex Ministerio de Salud ahora convertido en Secretaría, debería disponer de cifras y datos precisos para atacar este problema, porque -agrega- si el Estado no aporta los recursos no habrá solución”.
En Reta, el final de la entrevista con Goldbaum lo marca el ruido de la puerta de entrada del Centro de Salud que que se abre y se cierra de golpe. Una mujer, con un pequeño en brazos, pide por el médico.
Alejandro Goldbaum ya sabe el diagnóstico. Con una sonrisa dice: “Es el agua, no es que esté contaminada, pero tiene distinta concentración de sales y eso afecta a algunos organismos”, e invita a la mujer a pasar al consultorio.
Nuestro horario de visita termina.