TikTok se convirtió en el último tiempo en una de las principales redes sociales a nivel global. Como una gran cantidad de usuarios son adolescentes, un informe de Amnistía Internacional alerta sobre los riesgos que esta plataforma trae para la privacidad y la salud mental de las personas en esta franja etaria.
“Domar el algoritmo”: desafíos para la salud mental y privacidad en el uso de TikTok Argentina se centra en dos ejes: privacidad y datos personales, por un lado, y salud mental por el otro.
Este proyecto etnográfico, el primero de este tipo en Argentina, fue liderado por Martín Becerra y Victoria Irisarri, doctores en Ciencias de la Información y en Antropología, respectivamente. Se desarrolló entre febrero y junio en cinco localidades, y buscó comprender las experiencias cotidianas de jóvenes de entre 13 a 25 años con esta plataforma.
Falta de privacidad
Los usuarios perciben al algoritmo de TikTok como una entidad “con vida propia” que predice, casi mágicamente, los gustos, preferencias y hasta los pensamientos de los usuarios. Daniela, una joven de 15 años citada en el informe, refleja el sentir de muchos: “El algoritmo se dio cuenta de lo que me gusta”.
Por eso, el informe alerta que “la política de privacidad de TikTok es poco respetuosa de los datos personales y de la información generada por usuarios y usuarias”. Porque, por ejemplo, accede a toda a información de las apps instaladas en el teléfono (esta extracción masiva de información no puede desactivarse).
Además, señala que los usuarios son conscientes de esta falta de privacidad y que esto condiciona el uso que le dan a la aplicación. Por ejemplo, en Instagram y otras redes, Constanza sube fotos solo de su rostro, “no en bikini”, para evitar que le lleguen mensajes de personas que no conoce y de muchos hombres (adultos) con fotos desnudos.
Miedos y salud mental
Uno de los hallazgos del estudio fue la distinción entre el “lado malo” y el “lado bueno” de TikTok: los jóvenes generan estrategias para “salir del lado malo”. Por ejemplo, entrenarlo a través de los “me gusta” y también de la elección “no me interesa”; abrir cuentas que “entrenan” para que la programación algorítmica reitere determinados temas y contenidos deseados. A su vez, suelen pedirles a otros usuarios que les envíen links con contenidos “buenos” que ayudan a “domesticar” al algoritmo.
Por otra parte, los usuarios de TIkTok reconocen que es particularmente adictiva: todos aseguran que les cuesta mucho dejar de ver videos. Nociones como “pérdida” del tiempo, de descontrol, e incluso de “abducción” fueron señalados entre los participantes del estudio.
“Aylén, con 14 años, reflexiona que cuando usa TikTok suele entrar en un “bucle”, una sucesión de vídeos continua que, comparado con otras redes sociales como Instagram, solo genera esta app. Malena, en la ciudad de Rosario, 22 años, también considera que TikTok es más adictiva que otras aplicaciones porque su formato en video es ‘más llamativo’ que otros”, señala el informe.
“Las redes sociales deberían combinar entretenimiento, comunicación y servir además como fuente de información, y de hecho han dado muestras de lo beneficiosas que pueden ser para socializar, difundir noticias y conectar. Sin embargo, nuestro estudio enciende algunas alarmas que preocupan no solo a mamás y papás sino a los propios usuarios de TikTok”, alertó Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, durante la presentación del informe.
“Nuestra investigación en la Argentina confirma que los problemas de salud de las franjas más jóvenes de la población suelen tramitarse en forma de autodiagnósticos y consumos de contenidos relacionados con la salud mental carentes de curaduría profesional ni científica. Este diagnóstico, sumado al modelo de negocios de la app, que extrae datos sin consentimiento genera una combinación peligrosa”, advirtió por su parte Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina durante la presentación del informe en el espacio ArtLab, ubicado en Capital Federal.
En el mundo, Tik Tok tiene más de 1.000 millones de usuarios, muchos de ellos de entre 13 y 17 años. En la Argentina, a comienzos de año, había 16,2 millones de usuarios mayores de 18 años registrados a principios de este año.
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