Un hogar que deja atrás la soledad de los adultos mayores y los dignifica - RED/ACCIÓN
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Un hogar que deja atrás la soledad de los adultos mayores y los dignifica

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Se viene el Día Internacional de las Personas Mayores. Una fecha en la que necesitamos despojarnos de prejuicios y mirar a modelos que logran darles las herramientas para vivir intensamente.

Un hogar que deja atrás la soledad de los adultos mayores y los dignifica

Fotos: Asociación Civil Padre Pablo Tissera. Intervención: Victoria Guyot.

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¡Buenos días! Se viene el Día Internacional de las Personas Mayores. Una fecha en la que necesitamos despojarnos de prejuicios y mirar a modelos que logran darles las herramientas para vivir intensamente.

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Fotos: Asociación Civil Padre Pablo Tissera. Intervención: Victoria Guyot.

Cuando nos imaginamos el universo de las personas mayores (mayores de 50, 60 ,70, 80, 90 o 100) lo hacemos a partir de ciertos estereotipos. Pero hay un lugar en Florida, partido de Vicente López, una casa de personas mayores que fue conformada con la idea de un sacerdote, que rompe con cualquier preconcepto. Allí viven varones y mujeres de entre 60 y 97 años de edad. Lo definen como una comunidad de pares, todos con capacidad de movilizarse por sus medios. Es una suerte de comodato o alquiler gratuito: cada persona tiene un departamento allí y aporta lo que puede.

Se trata de la residencia de la Asociación Civil Padre Pablo Tissera. Este lugar mágico y quizás único, fue copiado del modelo del padre Troncoso, famoso sacerdote de Tandil. Y brinda la posibilidad de que jubilados, con una economía limitada, tengan un lugar para vivir y tejer relaciones.

Con el tiempo se formó una verdadera comunidad que minuto a minuto derrotan múltiples pesares que podrían tener estas personas. Primero la soledad, que dejó de ser un problema. Además de vivir juntas, las personas cuentan con un jardín y una cancha de bochas en común. Y actividades como un radio teatro en el que participan todos o casi todos. A la manera de sus tiempos de infancia y juventud.

Este lugar es un verdadero desmitificador: echa por tierra esa idea de que cuando las personas se ponen grandes se van quedando quietas. Aquí hay nueve departamentos llenos de vida e independencia.

El hogar de los mayores de la calle Melo, en Florida, es un modelo para replicar, para mirar, para celebrar. Un lugar que dignifica a las personas mayores y las mantiene el lugar que les dio la vida. Y les permite ser familia y con tantas cicatrices que uno tiene pasada cierta edad. También hablan de sus cicatrices y pesares, claro.

Maravilloso, fantástico, increíble. Se agotan los adjetivos positivos para describir y festejar un lugar en el mundo donde nueve departamentos alojan a nueve personas mayores, jubiladas solamente en el papel: no han jubilado nada más en su vida. Al contrario, las siguen viviendo tan intensamente como siempre. 


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Intervención: Victoria Guyot.

Cuatro preguntas a Laura Slafer, coordinadora del área de adultos mayores de la Comunidad Amijai, una organización judía del barrio porteño de Belgrano. [Por David Flier]. Amijai lleva adelante el programa Contá Conmigo, que busca mitigar la soledad de personas mayores mediante voluntarios que se contactan. Ahora capacitan a voluntarios adultos mayores para que ellos mismos establezcan redes son sus pares que se sienten solos (a propósito de la colectividad judía, un cordial saludo en este Rosh Hashaná). Laura trabaja desde hace 15 años en el desarrollo y gestión de proyectos recreativos/educativos para personas mayores.

—¿Cómo fue la experiencia de capacitar a adultos mayores como voluntarios para participar del programa Contá Conmigo?
—La experiencia fue y sigue siendo maravillosa. La oportunidad de que personas mayores se capaciten para acompañar a otras personas mayores que se encuentran en situación de soledad no deseada es una posibilidad de revisar el propio proceso de envejecimiento, desarmar prejuicios sociales y obtener herramientas prácticas y conceptuales para la tarea de acompañamiento. Además, el dispositivo de formación grupal, que implica una participación crítica y activa, genera un fuerte marco social de referencia. El grupo funciona como motor para llevar adelante las ideas y propuestas que surgen de los propios participantes durante los encuentros de capacitación. Muchas de las propuestas surgen en los encuentros y son llevadas adelante con el apoyo de la institución. Así, los voluntarios se convierten en transformadores sociales

—En una nota previa, me contaban que la idea del proyecto era que entre adultos mayores tejieran redes, porque ellos son quienes saben mejor que nadie qué necesitan. ¿Qué vínculos e ideas se están generando?
—Pasan cosas muy interesantes cuando se les da el protagonismo a las personas mayores: las escuchamos, reflexionamos juntos, y abrimos un “espacio semillero” para que sus ganas, ideas e intereses se logren capitalizar en proyectos. Actualmente, están desarrollando un podcast con un grupo de estudiantes de la escuela ORT donde, a través de varios encuentros, han producido diferentes guiones que logran visibilizar la temática de la longevidad extendida y la soledad no deseada en personas mayores. Por otra parte, la primera camada de voluntarios, que ya está realizando los acompañamientos, se ha conformado como un grupo muy fuerte y activo dentro de la Comunidad. Quincenalmente se reúnen, en un espacio de orientación, acompañados de tres tutoras, donde comparten sus logros y desafíos del voluntariado. Es decir, la formación no es el único espacio grupal, sino que, una vez finalizado les facilitamos encuentros quincenales para que sigan fortaleciendo los vínculos entre ellos y que puedan contar con un espacio de apoyo institucional.

—La pandemia puso en agenda el tema de la soledad de personas mayores. ¿Creés que ahora puede perder visibilidad?
—Al contrario, creo que es este presente es una oportunidad para empezar a escuchar y poner en valor las experiencias de las personas que pasaron por esa situación y construir así, junto a ellas, diferentes estrategias para abordar la problemática de quienes aún tienen que permanecer aislados o no tienen redes sociales de apoyo. La propia voz de las personas mayores, hablando de sus sentires, es muy potente. Creo que desde las instituciones que trabajamos con mayores tenemos la misión de habilitar espacios para que sean escuchados y lograr generar juntos nuevas oportunidades para armar lazos sociales, expresarse, encontrarse y especialmente seguir luchando para que esta problemática continúe siendo parte de la agenda de los gobiernos.

—¿Qué fue lo más importante que aprendiste en los años que llevás trabajando con adultos mayores?
—Aprendí que vivimos con muchos prejuicios sociales y culturales que nos nublan la posibilidad de valorar y disfrutar del proceso de envejecimiento y, especialmente, de la posibilidad de entablar vínculos de amistad y aprendizaje con las personas mayores. También que debemos desandar lo aprendido y comenzar a aprender de la mano de los mayores. En un mundo donde se privilegia la juventud y la cultura antiedad esta población queda invisibilizada. Debemos devolverles el protagonismo de sus vidas y que se hagan escuchar en sus propios ámbitos y en los espacios públicos, para que éste también sea un mundo para ellos.

Un mensaje de

Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus 140 programas, la compañía alcanzó a más de 400.000 personas.

Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad

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A propósito de los adultos mayores, el sábado primero de octubre es su Día Internacional, establecido por la ONU. Se trata de una jornada para concientizar sobre los derechos de esta población, que se prevé que se duplique a nivel mundial en las próximas tres décadas, llegando a más de 1.500 millones en 2050.

Este año, la ONU quiere hacer foco en la resiliencia y las contribuciones a la sociedad de las mujeres mayores. “La intersección entre la discriminación basada en la edad y el género agrava las desigualdades nuevas y existentes, incluidos los estereotipos negativos que combinan discriminación por edad y sexo”, explica el organismo.

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Una de las organizaciones que más trabaja por las personas mayores es la Fundación Navarro Viola. Recientemente, la fundación presentó en alianza con Ashoka Argentina el libro “No hay edad para transformar la realidad. Relatos de Jóvenes agentes de cambio”. Se trata de una obra que contiene 20 cuentos escritos por jóvenes agentes de cambio de Argentina, Uruguay y Paraguay. Y en estas historias el protagonismo lo tienen personas mayores en acción.

“La capacidad de ponernos en acción para transformar aquellas cosas que nos duelen, nos molestan o no nos gustan de la sociedad no tiene edad”, dice la contratapa. Podés descargar el libro, gratuitamente, acá.

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Intervención: Victoria Guyot.

Septiembre se acerca a su fin. Pero acordate que todavía estamos en el mes en el cual, desde RED/ACCIÓN, queremos difundir la importancia de la alfabetización en Argentina. Entrá a nuestra campaña del mes, donde vas a encontrar distintas maneras de colaborar para que más personas aprendan a leer y a escribir y a generar conciencia sobre la necesidad de estadísticas al respecto.


Queremos escuchar tus sensaciones, ideas, experiencias y sugerencias, para construir cada edición de OXÍGENO entre todos. Escribinos a [email protected].

Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.

Juan y David