Un grupo de investigadores de universidades de Alemania y Austria analizó más de 300.000 canciones estrenadas entre 1970 y 2020 y llegó a una alarmante conclusión: el vocabulario de los mejores hits se volvió cada vez más pobre, simple y repetitivo.
Los creadores de este estudio son especialistas en música, computación, inteligencia artificial y percepción emocional. El resultado fue publicado en Nature y la investigación abarcó cinco géneros musicales: rock, pop, rap, country y rythm & blues. Todas las canciones que fueron seleccionadas son en idioma inglés y representan los hits de cada época.
A los 352.320 temas analizados los sometieron a 33 descriptores léxicos, semánticos y emocionales. Además, cruzaron esos datos con la cantidad de escuchas de cada uno en las plataformas digitales y la frecuencia en que los usuarios consultan sus letras en internet. En sus conclusiones, los investigadores resaltaron el empobrecimiento en el léxico y en la sintaxis, las temáticas más concretas y menos abstractas, la menor variedad de rimas y los estribillos más repetidos.
En entrevista con el diario El Mundo, una de las autoras, Emilia Parada-Cabaleiro, explicó que la tendencia hacia lo simple se ve principalmente en el rap, sobre todo en la repetitividad y en el uso de palabras más cortas. “Y no es trivial, dado el papel central que juega la letra en este género musical”, aclaró.
Además, en cuanto a las temáticas, el estudio concluyó que las letras se volvieron más negativas con el tiempo y también más personales. De todos modos, cada género tuvo sus propios resultados: en el rock, por ejemplo, las letras antiguas son más complejas pero también tienen más éxito.
En otro reciente estudio, publicado en Psychology Science, se reveló que el placer que genera escuchar música tiene que ver justamente con la repetición y el sistema de recompensa del cerebro: cuanto más veces escuchamos una melodía, más nos gusta. Por lo cual, la repetición de frases o estribillos podría estar atada también al potencial éxito de una canción.
Según esta investigación, cuando ya conocemos un tema, nuestro cerebro puede predecir el final de la melodía y, al encontrarse con esa “coincidencia”, se reconforta. El estudio se realizó con más de mil personas de Estados Unidos y China que fueron expuestas a música nueva repetidas veces y luego escucharon esas mismas melodías con finales idénticos y diferentes. Este punto, además, podría revelar por qué muchas veces cuando escuchamos una canción por primera vez no nos gusta pero luego, con el tiempo, nos empieza a gustar. Sin embargo, el atractivo de la música para los seres humanos continúa siendo una gran incógnita que seguirá en estudio.