¡Hola! En los días que vienen, pensamos que si alguien se queda dormido en la calle y la temperatura baja de 4ºC, puede morir por hipotermia. Hay que llamar la atención de todos y decir: si ves alguien en la calle, avisá. Por eso es tan importante el encuentro que tuvimos entre la ministra de de Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires, su par de la Nación, el director de Cáritas, el director de las iglesias evangélicas de Argentina y las voluntarias y los voluntarios de Red Solidaria.
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La fuerza de un encuentro. Este momento tan especial de pandemia, de catástrofe global y local, sigue ofreciéndonos blancos y negros. Estas líneas son simplemente para aplaudir un encuentro un poco inesperado que surgió desde el Estado. Lo que ocurrió es fácil de describir y emociona un poco: ante el invierno que viene y en nombre de los más postergados, la ministra de de Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires, María Migliore, convocó a su par de la Nación, al director de Cáritas, al director de las iglesias evangélicas de Argentina y nos sumamos nosotros, las voluntarias y los voluntarios de Red Solidaria.
Hicimos un encuentro de cinco minutos aprovechando la entrega de viandas frente a la Catedral de Buenos Aires. Pensamos y celebramos este Encuentro en el que cada uno fue con sus intereses: el Estado, las iglesias y la comunidad. Tenemos muchas cosas para debatir, cosas que miramos desde puntos de vista diferentes. Pero la generosidad de alguien que convocó y la de todos los que fueron cabe ser destacada.
En los días que vienen, pensamos que si alguien se queda dormido en la calle y la temperatura baja de 4ºC, puede morir por hipotermia. El ánimo es llamar la atención de todos y decir: si ves alguien en la calle, avisá. Y tenemos ahora la capacidad de los ministerios y de las iglesias. Todos nos juntamos para ver qué se puede hacer si alguien está en la calle: a dónde puede ir, o que reciba nuestro codazo, que hoy es como un abrazo. Esta es la fuerza que tiene un encuentro, en nombre de los más postergados, en medio de tanta dispersión, de infoxicación y de caos.
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Sabiduría infantil. Gabriela Assef nos escribió. “Te adjunto la imagen de un trabajo que hizo mi hija para la escuela”, puso en su mail, “en el marco de un proyecto especial para contener a l@s alumn@s en estos momentos”.
Y tiene razón: ¡siempre (o casi siempre) debemos buscar una razón para disfrutar! Y si no, pensar…
- Si querés compartir más historias para oxigenarnos juntos, respondé a este mail… Te espero.
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Cooperación en la crisis. Salimos Codo a Codo es un proyecto sin fines de lucro que propone conectar voluntarios con conocimientos en marketing digital, estrategia de negocios, comunicación y diseño, entre otros, con negocios del país que se encuentren en dificultades. Los voluntarios y los comerciantes se pueden registrar de forma gratuita a través de la web.
Pensando en cómo ayudar en esta situación, un grupo de estudiantes (Eugenio Scafati, Juan Manuel Otero, Matías Kahl, Matías Salzman y Vanesa Nahir Costa), empezaron a investigar y decidieron lanzar esta red el 2 de abril del 2020. Habían pasado pocos días desde el inicio de la cuarentena, pero lograron lanzarlo para ayudar desde un inicio.
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Contra viento y marea. Me crucé con la historia de Sebastián Galleguillo, un nadador sordo a quien los padres le construyeron una pileta con maderas, chapas, nylon y una lona gigante en el fondo de su casa, en el barrio La Patriada, de Florencio Varela. “Después de 77 días de trabajos físicos necesitaba meterme en el agua. Lo único que quería era nadar, por más que esté fría”, le dijo a Paradeportes. Tiene 18 años y participó a comienzos de año del Campus organizado por la Confederación Argentina Deportiva de Sordos (CADES).
Tras llenar la piscina con agua de bomba, dice una nota de Paradeportes, sus padres fabricaron una especie de caldera con una serpentina de caño de cobre de tres cuartos por 15 metros con entrada y salida de agua: entra fría y sale caliente. Y un grupo de atletas de triatlón le hicieron llegar dos trajes de baño de neoprene. “Mi sueño es participar en las Sordolimpíadas y representar a la Argentina”, dijo Sebastián.
¡Y seguro que lo logrará!
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Siga el baile. Una bailarina argentina llamada Paloma Ramírez, de 16 años, convocó a otras 40 chicas de distintos países para interpretar la misma variación del ballet Carnaval de Venecia (el solo Satanella), cada una desde sus casas, y luego subió un video a Instagram, Facebook y YouTube que sumó más de 8.000 visitas en los primeros tres días.
“Yo había visto videos así, pero hechos por bailarines profesionales y pensé que podía aprovechar que tengo muchas amigas que fui conociendo en los concursos internacionales y armar algo en versión estudiantes”, dijo Paloma en una entrevista.
Con ayuda de su madre, la ex bailarina brasileña Fernanda Azambuja, Paloma ya tiene una lista de obras: “Pienso en variaciones que sean largas para que todas puedan tener su momento. También considero que puedan ser realizadas en un espacio pequeño y evito las que tienen saltos porque todas tenemos pisos muy duros”.
Respondiendo este mail podés compartir conmigo ideas, vivencias y sensaciones.
Cuídate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mando un abrazo.
Juan.