Las plataformas digitales ya ocupan a 160.000 trabajadores en Argentina, una cifra que equivale al 1% de la población activa.
Los datos salen de una investigación pionera que hizo la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y CIPPEC. El documento define y clasifica a las plataformas y a sus modalidades de contratación y también describe el perfil de estos trabajadores.
En la cuenta de 160 mil trabajadores se incluyen realidades muy diferentes: productos y servicios que van desde un chofer de Uber, repartidores de Rappi y hasta quien diseña piezas gráficas en su hogar. O la persona que pone en alquiler temporario una habitación en Airbnb.
“Economía de plataformas y empleo. Cómo es trabajar para una app en Argentina”, desmistifica algunos prejuicios:
- El 85% dice estar satisfecho con su trabajo
- Solo 2 de cada 10 eligió trabajar ahí por la dificultad para conseguir otro trabajo. Aunque la mitad no realiza aportes previsionales.
- Casi 4 de cada 5 trabajadores de plataformas digitales son hombres, con una edad promedio de 38 años.
- Los trabajadores tienden a ser más educados que la población ocupada general.
- Para la mayoría de las personas encuestadas (60%), la plataforma es su principal fuente de ingresos y es determinante para sostener sus gastos habituales.
- El nivel de ingresos difiere según el servicio prestado y la plataforma. Incluso, dentro de una misma plataforma, hay fuertes diferencias, ya que el tiempo dedicado y la cantidad de trabajos aceptados varían.
El informe busca generar evidencia y recomendar políticas públicas para aprovechar las oportunidades y mitigar los efectos no deseados de la economía de plataformas en el mercado laboral.
El capitalismo de las apps y la irrupción del trabajador precario es un tema que se tomó la agenda este año a nivel global. Se estima que, de aquí a 2022, desaparecerán 75 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, aunque se crearán 133 millones, lo que obliga a los trabajadores a reinventarse.
Un informe que publicó en abril el Observatorio Social de la UCA reveló que entre 2010 y 2018 los empleos precarios e inestables casi duplicaron su peso en el mercado laboral y son la principal razón de que el desempleo no se haya disparado.
Los economistas y expertos laborales explican que en parte esto se debe a la decadencia sistemática y estructural de la economía argentina, pero advierten que un factor no menor es el gran avance tecnológico y las nuevas relaciones de trabajo generadas por la revolución digital que ha hecho posible la irrupción de empresas como Ube, Rappi y Glovo. La tecnología ha cambiado el modelo de relación laboral tradicional, estable y que venía acompañada de todos los derechos sociales
“Las plataformas están transformando las relaciones laborales: el contrato laboral tradicional se reduce a los términos y condiciones establecidos por las plataformas y la organización y supervisión del trabajo quedan en manos de algoritmos”, explica Christoph Ernst, especialista en Empleo y Desarrollo Productivo de la OIT Argentina.
La economía de plataformas digitales presenta ventajas:
- Democratiza la generación de ingresos
- Flexibiliza cómo y cuándo generar esos ingresos
- Facilita el acceso al trabajo.
Las desventajas pasan por ser trabajos más inseguros, con mayor volatilidad laboral y menos acumulación de capacidades.
“Llevada al extremo, puede desembocar en una élite vinculada al desarrollo tecnológico y trabajadores poco calificados con salarios bajos y derechos laborales limitados”, advierte el estudio.
“Las plataformas desafían el alcance de las normas laborales, fiscales y de protección de los trabajadores. Frente a este fenómeno de incipiente aparición y crecimiento exponencial, es necesario generar un diálogo multisectorial que alimente un proceso de adaptación del marco regulatorio para tomar en cuenta la evolución de las formas de trabajar y obtener ingresos, y garantizar que la regulación proteja a los trabajadores”, plantea en el informe Erika Molina, especialista de BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo.