Te dicen que te van a llamar en 15 minutos. ¡No llegaste a investigar la empresa, ni pensar en las mejores cualidades para el puesto, ni leer todas las ediciones de Tu próximo trabajo! Que no cunda el pánico. La experta en recruiting Madeline Mann recomienda una fórmula de tres partes para prepararnos en un día o incluso una hora, que consta de las tres preguntas y respuestas más importantes, las tres cosas que necesitamos investigar y los tres elementos para causar una buena impresión (ya sea por teléfono, videollamada o en persona).
Preparar dos respuestas y las preguntas
Las principales preguntas para las que tenés que estar preparado son:
1- Contame sobre vos
Esta pregunta puede adoptar la forma de "hablemos sobre tu currículum" o un vago "¿cuál es tu historia?" . Lo importante a tener en cuenta, según Mann, es que esta entrevista no es el evento principal sino solo una entrada en calor, por lo que su respuesta no debería durar más de dos minutos. Sin embargo, tampoco deberíamos menospreciarla; está incluida en este listado porque marca el tono para el resto de la entrevista. Deberíamos enfocarnos, entonces, en por qué nuestra experiencia es relevante y adecuada para el puesto (Mann cuenta con una hoja con herramientas para responder a esta pregunta a la perfección, que se puede descargar acá).
2- Salario pretendido
La segunda pregunta que es tan importante como inevitable es la expectativa salarial o remuneración pretendida. Creas o no, es posible responder a esta pregunta sin decir un número específico (y es lo más recomendable, según la experta en recursos humanos). Puede que respondamos que somos flexibles y estamos buscando el mejor acuerdo en general (en cuanto a carga de responsabilidades, salario y agenda). Si nuestro entrevistador insiste, podemos preguntarle por su presupuesto. En última instancia, si no podemos esquivar a la pregunta, lo mejor no es decir nuestro salario anterior, sino un rango de lo que queremos para el futuro. Para profundizar en este tema, hay disponible un video en el blog de Mann titulado "Self Made Millenial".
Por último, tenemos la parte en la que al candidato le toca preguntar:
3- Preguntas al entrevistador
En micro-entrevistas a varias personas del área de recursos humanos, la gran mayoría respondió que considera esto incluso más importante que las respuestas a las preguntas, ya que muestra que el interesado está bien preparado, tiene confianza en sí mismo y proactividad. Si bien esta parte requiere de una buena investigación sobre el puesto y la empresa (que vemos a continuación), hay algunos básicos que no fallan, como "cómo se mide el rendimiento/performance en este puesto" o "cuáles son los principales objetivos del cargo". Como para muchas secciones de entrevistas, Mann también tiene un video en el que desarrolla sobre cómo hacer buenas preguntas al entrevistador.
Investigar la empresa
En primer lugar, es importante saber qué hacen y para quién. Aunque pueda parecer algo un poco obvio, no lo es en algunos casos, por ejemplo, si se trata de un mercado de nicho o alguna tecnología nueva con la que no estamos tan familiarizados.
En segundo lugar, es útil anotarnos una razón por la que queremos trabajar en esa empresa y encontrar la forma de mencionarlo ―ya sea si nos preguntan directamente o no―. Puede tratarse de cómo el puesto encaja con nuestras aspiraciones profesionales, lo que nos gusta del producto o la cultura de trabajo en esa compañía. Podemos encontrar algunas pistas en sus redes sociales o en su página web.
El fundamento de esta parte es simple: quien está entrevistando quiere que vos quieras el trabajo. A lo largo de su historia profesional, menciona Mann, vio cómo se descartaban algunos candidatos en favor de otros que demostraban un poco más de interés, pasión o motivación.
Por último, tenemos que conocer el tamaño de la empresa: ¿cuántas personas trabajan en ella? ¿cuánta ganancia hacen? ¿en cuántas ciudades está?. "Tu tiempo de entrevista no debería desperdiciarse con dudas que se pueden buscar en internet", comenta Mann. Podemos usar estos datos para discutir la oportunidad de forma personalizada (en términos de la empresa). Si, además, encontramos alguna información reciente, como que la empresa se mudó, lanzaron un nuevo producto o acaban de pasar a un modelo híbrido de trabajo remoto y presencial, que ayuda a deslizarlo en la conversación, puede ser un gran punto a favor.
Preparación de material
Si tenemos una entrevista virtual, lo mejor es asegurarnos de que la cámara va a estar a la altura de nuestros ojos. "Está psicológicamente demostrado que tener la cámara a la altura de los ojos ayuda a que te vean como a un igual", explica Mann. Otros detalles útiles son apagar las notificaciones del teléfono u otras que aparezcan en la pantalla de la computadora y conseguir buena iluminación (idealmente, si es durante el día, podemos ponernos frente a una ventana para tener luz natural). En persona, otro detalle útil es llevar una copia impresa de nuestro currículum vitae.
Si bien lo importante son nuestras habilidades y formación, no está de más pensar en qué vestimenta nos ponemos. Idealmente, las empresas no juzgan por nuestro aspecto a la hora de contratarnos, pero puede que piensen en cómo vamos a representarlos ante otras empresas, clientes o colegas. En cualquier caso, lo mejor es que podamos vernos profesionales, que sea acorde a la identidad de la empresa en cuanto a formalidad (quizás haya que ponernos un saco arriba de la camisa), y que nos haga sentir confiados.
Por último, un tip que puede que te sorprenda: aunque la mayoría de las personas creen que al entrevistador le parece algo desprolijo que un candidato tenga notas en mano, la mayoría lo prefiere. "Es un halago", "me hace pensar que la persona realmente se preparó para la entrevista y tiene foco, quiere concentrarse en lo importante", "demuestra que se prepararon con antelación" son algunas de sus respuestas. En definitiva, no se trata de un examen donde tendrás que saber las cosas de memoria. Además de las que tengas preparadas, tomar notas in situ puede destacar tu interés.