El sector privado en la Argentina tiene una deuda pendiente con las mujeres. Si bien existen programas que intentan romper el techo de cristal, conciliar la maternidad con el trabajo no es sencillo. Aquí se presentan tres gráficos, que se desprenden de un estudio sobre sector privado y derechos del niño hecho por UNICEF. El trabajo expone los aspectos que se deben mejorar.
Licencia por maternidad
Una de cada diez empresas declaró no respetar lo establecido por la Ley de Contrato de Trabajo sobre la licencia por maternidad (90 días de licencia con goce de sueldo). Según la Organización Internacional del Trabajo, el estándar mínimo es de 98 días y el recomendado es de 191 días.
Las empresas pequeñas tienen un promedio inferior (82,4 días) al establecido en la legislación. La cantidad de días promedio aumenta junto con el tamaño de la empresa. Además, el 40% de las firmas no ofrece flexibilidad horaria para controles prenatales para madres o padres.
“El sistema de licencias en la Argentina es muy fragmentado y heterogéneo. La normativa no contempla otras modalidades de familia”, destaca Carolina Aulicino, oficial de Políticas Sociales de Unicef.
En el caso de la licencia por paternidad con goce de sueldo, en la Argentina la Ley de Contrato de Trabajo define 2 días corridos. Casi la mitad de las empresas ofrece licencias a sus empleados que superan lo establecido por la ley. El promedio de días es de 6,1. Es decir, tres veces lo establecido por la legislación. Promover más días de licencia por paternidad fomenta una participación más activa de los padres en el cuidado.
Si bien a nivel nacional no hay una ley que promueva la licencia por fertilización asistida, un 25% de las empresas ofrece actualmente este beneficio a sus empleadas y un 29% se declara dispuesto a otorgarlo en el caso de presentarse la situación.
“El hecho de que solo dos de cada 10 empresas ofrezcan a sus empleados reducción de jornada laboral para el cuidado de niñas y niños pequeños o la posibilidad de trabajar desde la casa (teletrabajo), demuestra que todavía hay desafíos pendientes en materia de acciones que contribuyan a que las madres y los padres cuenten con tiempo suficiente para acompañar la crianza de sus hijos e hijas”, señala Luisa Brumana, representante de UNICEF Argentina.
Lactancia y trabajo
El estudio dice que el 32% de las empresas encuestadas no ofrece reducción de horario por lactancia, aun cuando en la Argentina, la Ley de Contrato de Trabajo establece que todas las madres disponen, durante al menos un año, de dos descansos de media hora para amamantar o extraer leche para sus hijos durante la jornada.
Alimentar a un niño con leche materna reduce su probabilidad de contraer infecciones, alergias y padecer desnutrición. La lactancia materna establece un fuerte vínculo afectivo entre el hijo o hija y la madre.
A pesar de que la lactancia materna está promovida por ley en la Argentina, nueve de cada 10 empresas indican que no cuentan con un espacio lactario para que sus empleadas puedan amamantar o extraerse leche en su trabajo. Al considerar los espacios de cuidado (que sí son requeridos por ley aunque no haya sido reglamentada), la proporción de empresas que cuentan con uno, es aun menor.
“Existen normativas vigentes, que por algún motivo las empresas no cumplen. Intuimos que no hay suficientes mecanismos de control por parte del Estado. Hay empresas que hacen las cosas mejor de lo que se pide y otras no cumplen con lo básico”, observa Martín Giménez Rébora, gerente de Movilización de Recursos de UNICEF Argentina.
El gerente de Alianzas Corporativas y Responsabilidad Social Empresaria de UNICEF, Pablo Ferreyra, explica que no es necesario que todas las empresas tengan el espacio de cuidado puertas adentro. “Se puede hacer un acuerdo con un jardín maternal de la zona o dar un incentivo en dinero para que los padres puedan pagarlo”, desarrolla.
Entre las empresas que efectivamente ofrecen espacios de cuidado infantil (jardín maternal u otros) en la empresa u otorgando un adicional de dinero o a través de un convenio con otra institución, seis de cada 10 limitan este beneficio a sus empleadas mujeres, mientras que un 40% lo ofrecen tanto a mujeres como a hombres. De esta forma, las empresas que ofrecen este beneficio a ambos promueven el cuidado compartido de los niños y niñas.