Cuidar de plantas en departamentos, jardines y balcones puede ser toda una odisea. A algunos se les da espectacularmente y otros van ya por el quinto funeral de la pobre planta de albahaca. Pero una cosa es segura: jardinero no se nace, se hace. Te compartimos algunos tips para mejorar la salud de tus plantas con recursos naturales y desperdicios de alimentos (que fueron testeados exitosamente por quien les escribe).
Agua con cáscara de banana
Muchos no tenemos lugar o tiempo para hacer compost, enriqueciendo la tierra con los desechos orgánicos que salen de nuestra cocina, pero eso no significa que no los podamos usar en absoluto. La próxima vez que consumas una banana, en vez de tirar su cáscara podés ponerla en un frasco cerrado con agua (recordá sacarle la etiqueta, si es que tiene). Después de dos o tres días, el agua se verá turbia porque se enriqueció con el potasio, magnesio, fósforo y todos los minerales de la cáscara.
Carozo de palta rayado
El carozo de la palta aporta nutrientes ricos en carbono (también potasio, magnesio y fósforo). Hay más de una forma de usarlo para enriquecer la vida de tus plantas, pero en todas el primer paso es rayarlo. Después, lo podés esparcir directamente sobre la tierra o guardarlo en un frasco con agua para regar. En mi caso, tiré la rayadura en el agua donde están creciendo mis esquejes de potus (te enseñamos como hacerlos en esta nota) y los resultados fueron excelentes.
Café molido
El café molido después de ser usado también se puede reciclar. El único preparativo necesario es reservarlo en un recipiente (yo lo dejo en una taza) y dejarlo secar. Después, simplemente hay que esparcirlos por encima de la tierra en tus macetas. Estos granos son ricos en nitrógeno, calcio, potasio, hierro, fósforo y magnesio.
Un extra con limón
Si tenés una planta de hojas grandes (como las Monstera que están tan de moda en interiores o su versión latinoamericana, la Misionera) puede que junten polvo. Además de su desventaja en un sentido estético, este polvo puede dificultar que tu planta absorba la luz y atraviese correctamente el proceso de fotosíntesis. En este caso, podes pasarles un trapo con unas gotitas de jugo de limón. Además de dejar las hojas brillantes, funciona como repelente para bichos.