A partir del próximo 1 de julio (el lunes que viene) las recetas médicas deberán comenzar la transición de las manuscritas a las electrónicas, según lo establecido en el decreto 345/2024 publicado en el Boletín Oficial a fines de abril. Se trata de una adecuación de la reglamentación de la ley 27.553 (de 2020). La medida afecta tanto a la prescripción de medicamentos como a las órdenes de estudios y prácticas.
“La receta electrónica y/o digital es el medio obligatorio para la prescripción de medicamentos, órdenes de estudios, prácticas y cualquier otra indicación que los profesionales de la salud consideren pertinentes para sus pacientes, en todo el territorio de la República Argentina, en la medida en que las jurisdicciones locales adhieran”, precisa el texto del decreto. De momento, ambos formatos son válidos. Pero la implementación contempla un plazo de adhesión de 180 días, hasta diciembre de este año.
De todas maneras, la receta en papel se seguirá usando cuando la nueva modalidad no esté accesible, por ejemplo, en zonas de difícil acceso o sin conectividad, según afirmaron fuentes del Ministerio de Salud de la Nación a Infobae.
Romina Takesya (@farmaceutica_ro en Instagram) es farmacéutica y divulga en redes sociales sobre buenas prácticas sobre el consumo de medicamentos. “En principio debemos aclarar que si bien a partir del 1 de julio comienza a regir la reglamentación, esto no va a afectar al paciente, ya que tenemos 180 días para su adecuación. Muchos prescriptores ya trabajan con este formato”, asegura en diálogo con RED/ACCIÓN.
Además, contextualiza que “desde la pandemia venimos implementando el uso de recetas electrónicas, el WhatsApp y ya estamos acostumbrados a adaptarnos a las circunstancias, creo que la pandemia fue la prueba de fuego. Lo veo como un cambio positivo, esto va a ayudar a los farmacéuticos en cuanto a una mayor legibilidad de la receta y así evitar errores en la prescripción”.
Sobre los beneficios del cambio, Takesya opina: “Como va a tener un único código que va a verificar la autenticidad, se evitará la adulteración de recetas. Ya lo vemos actualmente que mejora la calidad en la prestación de servicios de salud, es más ágil. Facilita la identificación de los profesionales que prescriben medicamentos, ya que muchas veces los sellos no son legibles. Si está todo registrado va a permitir un seguimiento del tratamiento de los pacientes, de esta manera colaboramos con la trazabilidad de medicamentos hasta su entrega”.
Finalmente, recomienda: “Que esté bien escrito el nombre y apellido del paciente, los datos de la obra social. Que el medicamento que le prescriban tenga el nombre del principio activo, con la forma farmacéutica y la cantidad”.