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Los mayores avances de la humanidad se produjeron, casi siempre, por haber sabido combinar lo que estaba separado. En el palacio de Lorenzo de Medici se armonizaban todas las artes y las ciencias de la época, y el resultado fue el Renacimiento. De la misma manera, los profesionales de la comunicación y los asuntos públicos tienen la oportunidad de dar un salto cualitativo con la tecnología. Las búsquedas laborales del futuro parecen ir en ese sentido
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La intersección como futuro. “Desaparecerán muchos trabajos, pero también se crearán otros nuevos que hoy ni imaginamos”. Así hablan, sueltos de cuerpo, decenas de conferencistas de todo el mundo, quizá con la tranquilidad de que ellos mismos son profesionales consagrados con bajas chances de perder sus trabajos por culpa de las nuevas tecnologías. El asunto suena menos tranquilizador para los que recién entran en el mercado laboral, aunque tampoco hay razones para el pánico. Quizá hasta se trate de una oportunidad.
No hace mucho, LinkedIn compartía información basada en las más de 20 millones de ofertas laborales posteadas en esa red social en los meses de junio y julio de 2020. Aunque se trata de una foto de ese momento, es consistente con lo que los expertos observan desde hace tiempo en relación a las habilidades más requeridas:
- Comunicación, lo más importante. Nadie dudaba de la obvia relevancia de la capacidad de relacionamiento en posiciones de comunicación corporativa, marketing o recursos humanos. Pero crece ahora el convencimiento de que la habilidad de influencia y colaboración es clave en todos los ámbitos, también los más duros. Se esperan cada vez más skills de comunicación en expertos en finanzas o en científicos que investigan en laboratorios. Una oportunidad.
- Administración de empresas, en segundo lugar. Hay consenso en que las habilidades técnicas son imprescindibles en los niveles inferiores de las organizaciones, pero resultan insuficientes para crecer. Las posiciones de más responsabilidad requieren de soft skills relacionados con la capacidad de empatizar, motivar, persuadir, resolver conflictos y valorar variables emocionales. Otra vez, comunicación.
- Tecnologías aplicadas. Según LinkedIn, del tercer al sexto lugar entre las habilidades más requeridas, se suceden la resolución de problemas, la ciencia de datos y el almacenamiento de la información: un mundo habitualmente lejano a los profesionales de las comunicaciones y los asuntos públicos, pero que abre oportunidades infinitas si se supera la barrera psicológica con el mundo tech. A cada taxi le llega su Uber, también en esta profesión.
La enumeración de LinkedIn sigue: Liderazgo, Manejo de Proyectos, Digital Literacy y Entrenamiento de Talento completan el olimpo de los skills requeridos. De nuevo, son combinaciones de habilidades blandas de comunicación con tecnología.
Cuentan que Miguel Ángel pudo alcanzar la perfección porque, además de trabajar obsesivamente en la técnica de la escultura, dedicó días enteros a estudiar el cuerpo humano para poderlo representar. Su arte fue la síntesis. Una inspiración para comunicadores que se pasean cómodos por las tecnologías o expertos digitales que desarrollan skills de comunicación.
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Tres preguntas a David Timis. Es un conferencista experto en el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en el futuro del trabajo. Con estudios en Administración de Empresas y Políticas Públicas, ha sido invitado a exponer en algunas de las universidades más importantes del mundo.
- ¿Qué impacto tiene en nosotros la IA? ¿Es una amenaza?
Hay que mirar los pros y las contras de todo, pero si se parte del miedo, nunca se llega a buenos resultados. La historia dice que los avances tecnológicos permitieron una mejor calidad de vida. A veces se produjeron momentáneas pérdidas de trabajos, pero pronto se crearon nuevos, en ambientes más seguros y la gente tuvo una vida mejor. Y miremos los datos: de acuerdo con una investigación de McKinsey, menos del 5% de nuestros trabajos pueden ser automatizados, al menos en un futuro cercano. Es un número bajo. Pero el mismo estudio muestra que más del 60% de nuestros trabajos tienen un tercio o más de actividades que pueden ser automatizadas. O sea, nuestros trabajos están seguros, al menos por ahora, pero el modo en que lo ejercemos tendrá que cambiar. Ojalá para mejor.
- ¿Cómo puede combinarse la IA con el talento humano?
Creo que la revolución tecnológica no puede ser una carrera entre máquinas y humanos, sino una oportunidad de colaboración. Muchos trabajamos con números. Es inimaginable un escenario en el que tengamos que hacerlo sin Excel o Google Sheets. No podemos competir con la tecnología en acciones muy repetitivas o que involucran grandes volúmenes de cálculos. La IA es muy buena para predecir porque administra gran cantidad de datos. El ser humano, en cambio, gracias a los miles de años de evolución, es bueno para improvisar, para resolver problemas complejos que no vimos antes. Por eso en el futuro van han seguir habiendo humanos detrás de las mejores campañas de marketing o las estrategias de negocios de las empresas.
- ¿Cómo hay que prepararse para ese futuro?
Según un estudio del Foro Económico Mundial, alrededor del 50% de lo que aprende un alumno de primer año de una licenciatura estándar está desactualizado cuando llega a cuarto. Y más interesante: el 65% de los chicos que hoy están en primara van a tener trabajos que todavía no existen. Cómo manejar eso. Nadie podía saber que subir videos en YouTube y crear una comunidad podía ser una carrera para alguien, y hoy hay jóvenes que viven de eso. La educación va a ser la clave para enfrentar la incertidumbre. Necesitamos transformarla completamente. No enfocarnos en las respuestas a los alumnos, sino enseñarles a hacer mejores preguntas. No buscar que sean mejores estudiantes o empleados, sino mejores líderes, innovadores o políticos. Así transformamos el mundo en el que vivimos.
Las tres preguntas a David Timis son un extracto de una presentación que hizo en 2019 en el contexto de TEDxLuxembourgCity. Para acceder al video completo, podés hacer click acá.
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Perspectivas para 2021. The Economist publica una carta de Tom Standage, con 10 tendencias a las que prestarle atención en este año del que ya recorrimos un mes. Cada una de ellas merece un artículo aparte, así que tiene links para el que quiere profundizar.
La lucha por las vacunas contra el covid encabeza el listado, y le siguen la desigual recuperación económica, el “parche” al nuevo desorden mundial, la continua tensión entre Estados Unidos y China y su impacto en las empresas son algunos temas inevitables para los próximos meses, entre otros temas. Imposible aburrirse con lo que viene.
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Academia. No basta con “ser buenas personas” para ejercer éticamente las tareas de un comunicador o responsable de asuntos públicos. Cada profesión tiene su deontología: ese conjunto de prácticas y criterios que sirven como guía para actuar, que es (o debería ser) parte de los planes de estudio de las carreras universitarias.
Un artículo publicado por el Journal of Public Relations Education hace un análisis comparado de currículas y propone contenidos y enfoques que no deberían ser ignorados.
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Agenda. Se lanzó USINApr, un espacio para conversar sobre comunicación y asuntos públicos, que editan Facundo Etchebehere y Juan Pablo de Santis. Además de una publicación, es una comunidad para generar conexiones entre colegas en Twitter, LinkedIn y Médium. Comparte casos, reflexiones, opiniones y preguntas que surgen ante los desafíos que presenta el ejercicio de la profesión. Se los puede seguir en:
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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