TeamLab es un colectivo internacional eminente en materia de arte digital y muestras inmersivas. Sus integrantes están detrás de las sedes artísticas más visitadas y googleadas del mundo. La semana pasada inauguraron su última muestra titulada Borderless, en Azabudai Hills, Tokio.
El director de comunicaciones de TeamLab, Takashi Kudo, explicó sobre su título: "Cuando pensamos nuestros proyectos, intentamos crear algo en lo que creemos. Esta vez se trata de un mundo sin fronteras. No está relacionado con Azabudai Hills, ni siquiera con Tokio, sino con la experiencia de la ausencia de fronteras".
El hilo conductor se plasma en una experiencia multisensorial, incluidos el sonido, el olor, y las formas multidimensionales de interacción entre el espectador con las propias obras de arte. Por ejemplo, entre los distintos espacios hay esferas que se mueven sobre rieles o pantallas que reaccionan al tacto.
Kudo explicó que esta sala tiene tres órdenes: "El primero es el de las esferas, que son un mundo en sí mismas. Se mueven a la velocidad que necesitan y se ralentizan cuando tienen que cargar. El segundo orden es el espectador, que al estar en el espacio afecta al entorno. El tercero es el sonido, que lo sintetiza todo. Esta forma de ver la obra también pone de relieve la filosofía de colaboración de TeamLab; el énfasis está puesto en las distintas partes del todo, que no están ni por encima ni por debajo de nadie".
En otras de sus salas, donde hay flores flotantes y cascadas de hilo azul luminoso (acompañadas de sonidos de sintentiazadores), puede que sus aspectos técnicos empiecen a generar curiosidad. Sin embargo, el colectivo de artistas no busca que su público se obsesione con los mecanismos. "Al igual que existe la acuarela y la pintura al óleo, las obras se mueven entre espacios y a través de medios como la proyección y el LED. Para TeamLab, la tecnología es una herramienta, pero no es el mensaje fundamental", comentó Kudo.
Además, la idea de algo sin límites es enfatizada por el hecho de que la muestra no tiene mapa, volviendo casi imposible describir los distintos espacios y diferenciar cada obra de arte. Sin ninguna indicación espacial sobre el espacio, cada espectador puede perderse y vivenciar su propia experiencia.