Abreviaciones, expresiones informales, signos, emojis... ¿Estamos hablando peor que antes? ¿Qué consecuencias trae esto?
Un signo de estos tiempos es la economía del lenguaje; esto es, la tendencia a poner cada vez menos esfuerzo a la hora de hablar o escribir, acortando palabras, simplificando información. Algunas voces de la cultura advierten que las personas (o específicamente los jóvenes) tenemos un uso del lenguaje cada vez más pobre. Pero ¿es verdad esto? Y si es así ¿es algo que debería preocuparnos?