Desde hace veinte años, la International Surfing Association, máxima autoridad del deporte del surf en el mundo, impulsa las alianzas de las asociaciones de surf con las organizaciones conservacionistas. En la Argentina, el producto de esta iniciativa fue la creación de la versión local de la ONG internacional Surfrider, para trabajar en la preservación de las costas y el océano a través de jornadas de participación ciudadana, programas educativos y divulgación científica. El alcance y la eficacia de sus acciones se apoya en algo obvio: la presencia permanente de los surfistas en las playas y el hecho de que ya fueran, por su pertenencia al deporte, una nutrida y muy conectada comunidad internacional.