El consenso científico sobre la influencia humana en el cambio climático es abrumador, con un 97% de acuerdo entre expertos. Sin embargo, la percepción pública difiere significativamente, especialmente en EE.UU., donde la polarización política influye notablemente en la aceptación de esta realidad.
Cuando una tormenta récord azotó Brasil en 2023, las comunidades tomaron diferentes medidas. Algunas tenían en marcha programas preventivos que redujeron el impacto. Otras reaccionaron demasiado tarde, y esto tuvo como consecuencia la pérdida de vidas. Qué se está haciendo y qué se debería hacer para proteger a las comunidades de desastres cada vez más frecuentes.
Los cambios climáticos recientes han exacerbado problemas como la sequía, la contaminación y la pérdida de biodiversidad, poniendo en riesgo no solo el entorno natural, sino también la salud pública y la economía. La nueva presidenta del país tiene la responsabilidad crucial de implementar políticas efectivas que promuevan prácticas sostenibles y fomenten la conservación.
Con “corredores verdes” que imitan un bosque natural, la ciudad colombiana está reduciendo las temperaturas y podría enfriarse cinco grados más en las próximas décadas.
Estudios paleoclimáticos y la experiencia pasada sugieren que, si bien enfrentaríamos desafíos, nuestra capacidad de adaptación y los avances tecnológicos nos posicionan mejor para afrontar el futuro climático.
Una investigación, inicialmente impulsada por el climatólogo Bert Bolin en 1980, ha revelado una conexión directa entre las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, y el aumento en la concentración de gases de efecto invernadero como el CO₂, CH₄, O₃ y N₂O.
La circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) es crucial para transportar el calor de los trópicos a las latitudes septentrionales. Su circulación se ha ralentizado de forma observable durante las dos últimas décadas, y podría alcanzar un nuevo punto de inflexión a medida que el planeta se calienta y los glaciares y las capas de hielo se derriten.
Nueva tecnología basada en inteligencia artificial y satélites revoluciona la vigilancia de praderas submarinas como la Posidonia oceanica en el Mediterráneo, permitiendo un monitoreo preciso y en tiempo real para proteger estos vitales ecosistemas marinos frente a amenazas ambientales y humanas.
La mayor demanda de China, India e Indonesia impulsaron un 1,4% el uso del energético más contaminante. Según la EIA recién puede esperarse4 un descenso en su utilización para el 2026.
Según la Organización Mundial de la Salud, para el año 2050, el 50 % de la población necesitará usar anteojos. Atentos a esta necesidad en alza, en 2018 nació en la provincia de Tucumán, Argentina, el Banco de Anteojos: una iniciativa de la Fundación Hacer Futuro que reutiliza marcos en desuso donados por personas particulares y otras colectas en distintos lugares del país. Los anteojos se equipan con lentes graduadas fabricadas por ópticas autorizadas aliadas, según las necesidades de beneficiarios que no pueden comprarlos por su alto costo.
