El proyecto se llama La Combi y fue creado por Cristian Balestro y Agustín Truccone. Ya realizaron más de 40 proyecciones en Córdoba y se preparan para llevar el proyecto al resto de las provincias. Quieren pasar un año en la ruta proyectando cine en distintos pueblos que no tienen sala.
Algo del orden del destino fue el primer paso. Los cordobeses Cristian Balestro y Agustín Truccone estaban de vacaciones en Cachi, Salta. Era una tarde tranquila, el comienzo de una noche silenciosa. Agarraron el equipo de cine con el que viajaban y proyectaron una película en el paredón de una capilla. Eso solo fue el primer paso: estar en Cachi y querer ver una película.
Lo que siguió les indicó el camino. “Se acercaron unos niños y tímidamente nos preguntaron si podían quedarse a verla, y los invitamos con total confianza”, cuenta Cristian. Vieron juntos la película, o más que la película, una serie de cortos animados. Al día siguiente los chicos volvieron a pasar por ahí, ya no de casualidad sino para preguntarles qué iban a pasar ese día.
¿Y qué iban a pasar ese día? No lo sabían porque no lo habían pensado. Sin embargo, los citaron a una hora como si estuviera todo previsto. Esa misma noche aparecerían no solo los chicos sino también sus padres, sus abuelos, vecinos… Una pequeña comunidad que con empanadas, pan y mates improvisaron una especie de picnic alrededor de la camioneta. Pasaron Esperando la Carroza y, con la troupe de Mamá Cora haciendo reír al pueblo, entendieron lo que tenían que hacer: “nos dimos cuenta de que debíamos hacer todo lo posible para llevar el cine a aquellas localidades que no cuentan con sala o a espacios no convencionales”.
Entonces surgió el proyecto La Combi. ¿Protagonistas? Cristian Balestro, Agustín Truccone y ella: una combi hippie Volkswagen modelo ‘86, tal como la definen sus dueños.
“Todo comenzó con las ganas de viajar y de hacer un aporte para estar un poco mejor como sociedad. La idea de viajar en una Combi siempre estuvo presente, y ante todo la idea de conocer nuestro país. Primero pensamos en llevar la propuesta de biblioteca móvil pero luego de la experiencia en Cachi supimos cuál era nuestro objetivo para un proyecto social”, explica Cristian, que en esta primera etapa del proyecto ya recorrió escuelas, hogares de ancianos y centro culturales de distintas poblaciones de Córdoba. Muchas de esas experiencias las cuentan en su web.
Estuvieron en El Diquecito, Río Ceballos, La quebrada, Unquillo, Villa Allende, Coronel Baigorria, Alcira Gigena, Río cuarto, Alpa corral, Achiras y La Carolina el Potosí. Aunque recién están en la prueba piloto, ya realizaron más de 40 proyecciones en tres meses, a las que asistieron más de 1300 personas.
“Cada presentación, cada proyección tiene su anécdota. Viajar en una Combi trae consigo innumerables historias. En los hogares de ancianos luego de la película ahora pasamos también clip musicales de la época de nuestros abuelos, y siempre hay quienes salen a bailar, inclusive en sillas de ruedas. Y como muestra de agradecimiento uno se va del lugar con besos y abrazos de casi la mayoría de los abuelos”, cuentra Cristian, que igual que Agustín renunció a su trabajo para dedicarse a este proyecto.
Su plan es salir de Córdoba y recorrer todo el país, armando un plan de ruta de acuerdo a los pedidos que reciban de los distintos poblados. Para esto, lo único que piden es difusión para poder llegar a más lugares posibles, y apoyo para achicar al mínimo los gastos, dado que se autofinancian. “Solo requerimos abastecimiento de energía eléctrica para los equipos y tal vez alguna colaboración para alivianar nuestros gastos”, explica Cristian. Si querés ayudarlos podés hacerlo acá o ponerte en contacto con ellos.
La solución del Estado
El INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) tiene un proyecto parecido que cumplió este año dos décadas de vida. Se trata del programa Cine Móvil, que lleva películas a lugares recónditos del país. El sistema es parecido: una camioneta, un chofer y un proyectorista viajan con el equipamiento (pantalla, proyector, parlantes), a distintos pueblos.
Para que sea realmente federal, el INCAA entregó dos camionetas con equipamiento completo a cada provincia, y es justamente la provincia quien decide el calendario de proyecciones.
Al día de hoy hay 24 camionetas en funcionamiento en todo el país. En cada función proyectan películas y documentales nacionales. Los chicos de La Combi se pusieron en contacto con el INCAA, que les envió cincuenta películas en DVD. Como el espacio de carga es limitado, tuvieron que digitalizar las películas para poder tenerlas y proyectarlas.
El catálogo de La Combi tiene 400 títulos entre películas y documentales. Qué proyectar en cada función se elige en conjunto con la institución donde va a suceder la proyección. “Hemos presentado películas en centros de atención terapéutica donde niños con multidiscapacidades pudieron disfrutarlas. En una pequeña población serrana al sur de Córdoba llegamos para los festejos de los 80 años de la fundación y estuvo todo el pueblo con sus reposeras. Muchos chicos nos han dicho, luego de ser la primera vez que veían una película proyectada, que querían estudiar cine. Nos preguntan cómo deben hacer y si es factible. Es todo muy gratificante”, cuenta Cristian desde Unquillo. Entonces, al tiempo que agradece la difusión, le hacemos una última pregunta:
-¿Qué le pasa a la gente que asiste a sus proyecciones?
-Cuando armamos los equipos, las caras de asombros de los niños al ver que de un aparato sale una imagen es indescriptible. En los hogares de ancianos nos suelen decir que la última vez que fueron al cine fue hace más de 15 años. Y ahí siempre comienzan relatos de anécdotas y chistes y uno queda sensibilizado. Esto nos hizo entender que además de un arte, el cine es una herramienta de transformación social en toda su amplitud.