El virus del ébola es transmitido al ser humano por animales salvajes y se propaga de persona a persona. Es una enfermedad grave, tal es así que la tasa de letalidad es de aproximadamente 50 %, informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ahora, a 10 años del brote más mortífero en África Occidental en el que murieron más de 11.000 personas, Médicos Sin Fronteras (MSF) advierte que los tratamientos existentes no están disponibles donde y cuando se los necesita. De hecho, solo un tercio de los pacientes recibieron una de las dos terapias existentes en cinco brotes desde 2020.
Una de las principales razones por las que las personas afectadas no acceden a los tratamientos es porque “actualmente, están bajo el control de sólo dos compañías farmacéuticas, ambas estadounidenses. A la fecha los tratamientos se mantienen y reservan para seguridad y biodefensa para uso de Estados Unidos”, explica a RED/ACCIÓN María Fernanda Méndez Baggi, médica gineco-obstetra y actual presidenta de MSF en la Sección LAT, que cubre a los países de América del Sur de habla hispana.
Las farmacéuticas a las que alude son Regeneron y Ridgeback Biotherapeutics, puntualiza un comunicado de la organización. La especialista agrega que los medicamentos en cuestión son RegN-EB3 (atoltivimab/maftivimab/odesivimab) y mAb114 (ansuvimab), ambos validados y recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) e incluidos desde 2022 en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Esenciales.
Aunque hoy estén disponibles, durante casi medio siglo no hubo tratamientos específicos para la enfermedad. Recién en 2014 los países más ricos financiaron investigaciones para el desarrollo de tratamientos y vacunas porque se vieron amenazados con la posibilidad de que el brote llegara a sus territorios. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó las dos terapias en 2020, tras una inversión de más de 800 millones de dólares.
Por eso, desde MSF llaman a crear una reserva internacional de emergencia que esté gestionada por el Grupo Internacional de Coordinación (ICG) para el Suministro de Vacunas. “El grupo se conformó en 1997 para la mayor epidemia de meningitis en África. Es el organismo responsable de asegurar el stock suficiente de vacunas y medicación sobre todo en situaciones de epidemias. Como tal, gestiona la reserva mundial de dosis. La reserva, que es la primera de este tipo para las vacunas contra el ébola, permitirá a la OMS, los países y otros asociados contener futuros brotes de ébola garantizando el acceso equitativo y oportuno a las vacunas para las poblaciones con mayor riesgo durante los brotes”, aclara Méndez Baggi, quien trabajó durante 22 años con MSF en países como República Democrática del Congo, Angola, Uganda, Bolivia y Colombia en proyectos enfocados en el cólera, marburgo y otras infecciones.
Hasta el momento, en las Américas se han registrado dos casos importados y dos casos de transmisión local de ébola, todos en Estados Unidos, según la OPS. Pero el tema debería importarnos a todos “porque la falta de acceso al tratamiento del ébola es una clara muestra de la desventaja en acceso para otros productos farmacéuticos. El ébola mata si no se accede al tratamiento y en el momento de la historia que vivimos, unirnos a la causa del acceso a medicamentos universal debe ser algo que nos ocupe a todos y todas”, reflexiona Méndez Baggi.
En esta línea, el médico Márcio da Fonseca, asesor de Enfermedades Infecciosas de la Campaña de Acceso de MSF, opina: "Una clara lección aprendida de los últimos diez años es que confiar sólo en la buena voluntad de las empresas privadas o de los Gobiernos no es la solución al problema del acceso a los medicamentos".