En Argentina, la trayectoria educativa de los jóvenes enfrenta significativos desafíos, según los últimos datos del Índice de Resultados Escolares (IRE). Este índice, que evalúa la proporción de adolescentes de 15 años que cursan su educación en tiempo y forma, sin haber repetido ni abandonado y alcanzando un nivel adecuado de competencias en lectura y matemática, expone un panorama preocupante: solo el 22 % de los estudiantes alcanza estos estándares.
Este porcentaje contrasta marcadamente con los resultados de países vecinos como Chile y Uruguay, donde el 38 % y el 36 % de los estudiantes, respectivamente, cumplen con los criterios del IRE. Los datos surgen de un análisis comparativo realizado por el Observatorio de Argentinos por la Educación, que incluyó a ocho países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay) y se basó en las pruebas PISA 2022 y encuestas de hogares.
A pesar de que la asistencia escolar en la Argentina ha mostrado mejoras, pasando del 90 % en 2009 al 97 % en 2022, el análisis de los niveles de desempeño en lectura y matemática muestra una realidad más sombría. La cantidad de estudiantes que logran un recorrido educativo sin interrupciones y con buenos resultados académicos ha disminuido en los últimos años.
El especialista en análisis de datos educativos, Nicolás Buchbinder, señala que aunque la eficiencia interna del sistema educativo argentino ha mejorado, es fundamental aumentar las expectativas de aprendizaje: “Debemos reflexionar sobre cómo otros sistemas con desafíos similares logran no solo mantener a los estudiantes en la escuela, sino también asegurar que alcanzan niveles adecuados de aprendizaje”.
En comparación, la región muestra variadas realidades. Mientras que en países como Perú, Brasil y México los índices de estudiantes que cumplen con los requisitos del IRE son del 28 %, 23 % y 23 % respectivamente, Argentina solo supera a Colombia (19 %) y Paraguay (11 %).
Los expertos argentinos coinciden en que es necesario un enfoque integrado que contemple tanto la asistencia como la calidad del aprendizaje. Irene Kit, de la asociación Educación para Todos, sugiere un cambio en la pedagogía: “Es crucial que desde la educación primaria se incrementen las situaciones de resolución de problemas matemáticos y se fortalezca la comprensión lectora a lo largo de toda la trayectoria educativa”.
En esta línea, Martín De Simone, experto en educación del Banco Mundial, advierte sobre la crisis educativa que vive el país. “Aunque hemos avanzado en la asistencia, el aprendizaje efectivo sigue siendo el gran pendiente. El bajo rendimiento en comparación con otros países revela que es urgente repensar nuestras estrategias educativas para garantizar que la escuela cumpla su función principal: educar”.
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