Este contenido contó con la participación de lectores y lectoras de RED/ACCIÓN
¿Cuándo fue la última vez que hiciste una consulta médica no relacionada al nuevo virus?
Hace más de un año, el COVID-19 tiene el monopolio de la atención en el campo de la salud. Es difícil pensar o preocuparse por otra cosa. Al inicio de la pandemia, el personal de salud se concentró en las urgencias y muchos profesionales fueron reasignados a "tareas COVID".
En una segunda instancia, los pacientes no quisieron acercarse a los centros de salud a consultar o realizar chequeos por miedo a contagiarse. Luego, cuando las restricciones en la circulación bajaron, fue difícil conseguir turnos con los especialistas.
Y ahora, con la segunda ola, parece que todo vuelve a comenzar. De esta forma, quedan consultas y controles pendientes, que uno no sabe cuándo va a realizar.
¿Las consecuencias? El 50% de los pacientes sufrió un empeoramiento de su estado de salud por la falta de acceso a los tratamientos, a consultas con profesionales médicos y a información clara. El dato surge de una encuesta desarrollada por la Asociación para el Cuidado de la Diabetes en la Argentina junto a otras asociaciones de pacientes con enfermedades crónicas, cáncer y enfermedades poco frecuentes.
Esta situación ocurre tanto entre quienes se atienden en hospitales como aquellos que tienen prepagas y obras sociales. Y lo que es aún más preocupante es que cuando el sistema de salud se encuentra abrumado y la gente no puede acceder al cuidado necesario, tanto la mortalidad directa por la pandemia como la indirecta por enfermedades prevenibles y tratables, aumentan dramáticamente.
Gabriela Munoha tiene 36 años y vive en San Miguel. En febrero de 2020, se hizo su control ginecológico anual, pero nunca llegó a retirar los resultados. Cuando retomó el contacto con el centro donde se los hizo, le comentaron que habían archivado sus estudios por el tiempo transcurrido. Y que la única opción era hacerlos de nuevo. Ahora está buscando un turno para repetir los controles.
Munoha tiene dos hijas y el año pasado no pudo hacerles chequeos anuales. Según una encuesta realizada por IPSOS, el 67% de los encuestados confirmaron que pospusieron o cancelaron la cita médica de rutina de su hijo durante la pandemia. La hija mayor de Munoha necesitaba atenderse con una odontopediatra para hacerse una extracción de una pieza. Tenía un turno en abril 2020, pero se lo cancelaron. “Swiss Medical suspendió la atención de odontopediatría y me fue imposible conseguir otro turno hasta enero de este año”, señala.
Otro episodio del año pasado muy estresante para Munoha fue cuando tuvo a su hija de ocho años engripada. “Llamé a emergencias de la prepaga para no llevarla a la guardia. Me ofrecieron atención virtual y me negué porque me parecía imposible que pudieran mirarle la garganta por una pantalla. Tras reclamar un montón de veces porque mi hija tenía fiebre, mandaron a una pediatra”, cuenta.
El año pasado, Agustina Heb decidió postergar su control con la odontóloga. "Hace unos meses empecé a llamar y a escribir mails al consultorio para conseguir un turno. Tras varios intentos, finalmente pude comunicarme y me dijeron que sólo atendían urgencias. No están haciendo tratamientos como limpieza bucal por el grado de exposición a las bacterias. Es más, me dijeron que la situación es más complicada que 2020. Que llame más adelante para ver si hay cambios. Otro año más sin poder hacer el control bucal. ¿Acaso esto no es dañino para nuestra salud?”, se pregunta.
Heb también tuvo que consultar el año pasado con un gastroenterólogo. Pero en un principio solo la atendieron virtualmente. “Yo no me quedé tranquila recién cuando pude verlo en un consultorio”, dice.
La Defensoría del Pueblo de la ciudad de Buenos Aires indica que, desde enero 2021 hasta hoy, recibieron 150 reclamos por demoras en la asignación de turnos, tanto en el sistema público como en el privado. En el mismo período en 2020, hubo 62 reclamos.
De los reclamos que se reciben, las mayores dificultades se presentan en la obtención de turnos en los hospitales públicos porteños. En general, los turnos se gestionan a través de línea 147, sin embargo los operadores, refieren estar abocados a la vacunación por lo que no estarían brindando turnos de atención hospitalaria. Por su parte los hospitales, en su mayoría, informan que no brindan turnos espontáneos y derivan a los usuarios al 147 para obtener un turno programado. Respecto de las obras sociales y prepagas, los reclamos en ese sentido son menos frecuentes y se refieren a la demora en el turno obtenido y no a la imposibilidad de conseguirlo.
En octubre de 2019 Noelia Brignola se quedó sin trabajo y por lo tanto sin obra social. Hace dos años que no se hace sus controles ginecológicos porque tiene miedo de ir a un hospital en medio de la pandemia. “En cuanto pueda juntar algo de plata voy a sacar turno con una ginecóloga de forma particular. Hace un tiempo, empecé a vender hamburguesas veganas y bombones, pero con lo que ganó fui saldando temas más urgentes”, comenta la mujer de 39 años, que estudia psicología social y vive en Palermo.
El año pasado, Paulina De Cesare también postergó todos los estudios ginecológicos. “Ya no puedo seguir esperando porque tengo que controlarme unos quistes. Es importante que siga su evolución”, cuenta la comunicadora de 26 años.
A ella no le funcionaron las consultas virtuales porque le resulta muy difícil hacerse entender. “Hice una consulta ginecológica virtual y me pareció caótica porque no teníamos buena conexión”, comenta.
En febrero consiguió un turno con su ginecóloga. Si bien le daba un poco de nervios ir a un consultorio, se sintió cuidada. “Había alcohol en gel en todos lados, la secretaria limpió mi credencial con lavandina antes de devolvérmela y había mucha distancia”, recuerda.
Los protocolos sanitarios en los centros de salud eliminan la posibilidad de dar sobreturnos y duplican el tiempo de cada atención para poder sanitizar el espacio de atención entre paciente y paciente. Al irse de la consulta, De Cesare tuvo que coordinar un nuevo turno y le dieron un horario para principios de mayo.
La lectora de RED/ACCION Malena Adorno Cardoni cuenta que fue muy difícil obtener atención médica de su obra social, IOMA en este tiempo. “Mi mamá se tiene que hacer una operación por un problema vesicular. La tenía programada para 2020 y se la suspendieron. Este año sintió molestias y en la clínica le dijeron que no era una operación prioritaria”, cuenta la joven de 20 años, que vive en Ituzaingó.
Un estudio que Adorno Cardoni no consigue turno para hacérselo es la ergometría de 12 derivaciones. La necesita para presentar el apto físico al club. “Centros que antes lo hacían, ahora no lo están haciendo”, dice.
El desgaste del personal de salud
El director del Hospital de Clínicas, Marcelo Melo, señala que por la llegada de la segunda ola tuvieron que suspender las consultas presenciales a especialistas y las derivaron a la modalidad virtual. También se suspendieron las cirugías programadas, con excepción de las oncológicas y cardiovasculares. La alternativa que aparece para atender pacientes con patologías que no son urgentes es a través del departamento de telemedicina. Se brindan los turnos telefónicamente.
Desde la Defensoría del Pueblo de CABA señalan que todos los hospitales van a tener que organizar un sistema de consultas por videollamada. En este momento están haciendo un seguimiento para ver como se implementa.
Si tenés problemas para acceder a los turnos podés contactarte con la Defensoría
“Los profesionales de la salud son los más castigados de esta pandemia. Estamos cansados y nos toca seguir enfrentando esta segunda ola. Lo bueno es que la totalidad del personal del hospital está vacunado”, opina Melo.
El oncólogo Santiago Bella es jefe de servicio en una clínica privada de Córdoba y su equipo estuvo destinado a guardias COVID gran parte del año pasado. “Fue muy desgastante tanto a nivel físico como anímico”, expresa el vicepresidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).
El día a día de un médico que lucha contra el COVID-19
Si bien Bella considera que es positivo que ganen terreno las consultas virtuales, en su caso señala que no puede explicar un tratamiento oncológico por Zoom a un paciente. “Esta información no se puede dar de forma brusca. Es importante ir acompañando al paciente en las distintas etapas”, opina el especialista.
En relación a enfermedades cardiovasculares, el presidente de la Federación Argentina de Cardiología Eduardo Perna comenta que hubo un descenso significativo en las consultas médicas. Calcula que la disminución llega al 70%. “Se acercan pacientes que ya están muy mal. Vemos cuadros más severos que antes no veíamos por las intervenciones precoces”, señala Perna. En este sentido, Bella calcula un incremento del 5% en la mortalidad general por la reducción de controles en los centros de salud.
La medicina que casi no se promueve y es de las más efectivas
El cardiólogo señala que todo aquel paciente que tenga un síntoma nuevo, como dolor en el pecho o falta de aire, no debe postergar la consulta. Lo que sí pueden esperar son las evaluaciones de pacientes que ya tienen un diagnóstico y se encuentran estables. En esos casos se puede recurrir a la telemedicina.
La atención en barrios populares
En los centros de atención primaria de los barrios populares se replica esta misma dinámica de tensión entre evitar el centro de salud por miedo y la necesidad de realizar controles.
Betina Freidin y Matías Ballesteros son especialistas en sociología de la salud y a partir de entrevistas observaron que la pandemia generó un deterioro muy grande en la salud de mucha gente. Por ejemplo, un problema bucodental que en otro contexto se hubiese solucionado con un arreglo, por la postergación termina en la extracción de la pieza.
“La pandemia aumentó las desigualdades en materia de acceso a la salud. Quienes menos pudieron acceder a controles son los sectores más vulnerables”, reflexiona Ballesteros.
Los Centros de Atención Primaria de la Salud tuvieron algunas limitaciones para dar respuesta a través de la telemedicina. “Se desarrollaron experiencias con recursos precarios. No todos los centros tienen internet y tampoco todos los pacientes tienen los recursos para hacer la consulta por telemedicina”, señala Freidin.
Un gran desafío en este momento es reconstruir la demanda de la salud preventiva. Consultas que antes eran de rutina, ahora no se hacen. Ballesteros enfatiza: “Todo el sistema de salud está trastocado. La gente se tiene que revincular con cuidado y la atención”.
_____