¡Amigos y amigas! Acá estamos otra vez con SIE7E PÁRRAFOS para hablar de libros, de no ficción y de la realidad que cuentan esos libros. Hoy nos vamos a dedicar a su gran fiesta: la Feria de Buenos Aires, que comienza en menos de un mes. Pero atentos, que esta vez voy a contar el lado B, porque no todo es color de rosa en estos campos. Además, esta semana escribieron Mariana Arias, Claudia Piñeiro, Guillermo Ariza, Alejandro Bianchi y Diego Igal.
1. Llega a gran Feria del Libro de Buenos Aires: mucha vidriera, poco negocio.
La Feria del libro es una fiesta para el público, pero del otro lado del mostrador nadie le tiene mucha simpatía. Para las editoriales, los precios de los stands son imposibles de pagar por lo caros, las salas para las charlas también (oscilan entre $13.000 y $80.000), y la duración (tres semanas más la previa) deja al personal liquidado. Demasiada paliza para el mes de abril. También es cierto, y a los números de visitas me remito, que a muchos les encanta.
Están los que van a la Feria como única actividad cultural al año. Infinidad de veces he visto personas en los stands reclamando algo sobre una compra que hicieron el año anterior. Es así, no frecuentan librerías, ni webs editoriales, ni los suplementos culturales de los diarios: solo van a la Feria. Y eso la convierte en una vidriera que es imposible de igualar. Porque ese caudal de público sólo se convoca allí, no se replica durante el año en otras ferias, ni en presentaciones de libros, ni en festivales. También es una oportunidad única para las editoriales de desplegar todo su catálogo (en las librerías no hay espacio para tanto) y para el público de enfrentarse a él. Con suerte, las editoriales salen hechas, cuando no pierden plata. Puede que las editoriales chicas que comparten un mismo stand, no hacen actividades ni contratan personal, ganen algo. Son los mismos dueños de las editoriales independientes los que venden al público y así, por única vez en el año, se saltan la intermediación de las librerías que se quedan con el 50% del precio del libro. Así y todo, muchas veces sigue sin ser negocio.
2. La inauguración, arena de la política
Feria es la palabra perfecta para definirla porque hay de todo. La biblia y el calefón. Coetzee y el booktuber de moda. La política siempre está presente, desde aquella presentación del libro del INDEC de Gustavo Noriega en el 2010 en la que volaron sillas, hubo piñas y salimos con custodia policial, hasta la inauguración del año pasado donde los Institutos de formación docente en protesta por la creación de la Unicaba interrumpieron las bienvenidas oficiales y sólo se apaciguaron ante el inolvidable discurso de Claudia Piñeiro.
Este año se había programado a Horacio González como orador. Muchos sectores pusieron el grito en el cielo y después de varias internas, postularon a Mauricio Kartun. Finalmente la elegida fue Rita Segato y se apaciguó todo. (Abro un paréntesis para recomendarles mucho sus libros y que no se pierdan la oportunidad de escucharla. Este sábado fue entrevistada por María O’donnell en la Asamblea de mujeres en el Teatro Cervantes y fue increíble. Cierro paréntesis). La 45° Feria del Libro de Buenos Aires estará abierta del 25 de abril al 13 de mayo. Horarios y actividades, acá.
Y aquí, lo libros de no ficción de la semana:
3. El papa peronista, de Ignacio Zuleta, comentado por Guillermo Ariza
Para quien pretenda comprender cabalmente la política argentina contemporánea este es un libro inevitable. Sobre el eje de la trayectoria de Jorge Bergoglio recorre las últimas décadas de historia local, relatando los desencuentros, confusiones y acuerdos de una parte sustancial de la dirigencia de un país en desgracia, recuperando protagonistas obvios fuera de su personaje y no pocos actores silenciosos que ayudaron a modelar una sociedad política que disputa el poder –o sus frutos- sin preocuparse por ensanchar los bienes materiales que, según Tomás de Aquino, “son necesarios para el ejercicio de la virtud”. Aquí el comentario completo.
4. Maniobras de evasión, de Pedro Mairal, comentado por Claudia Piñeiro
Leer a Pedro Mairal siempre me resulta placentero. Sus novelas son de las que más he regalado y recomendado de autor o autora argentino. Pero este libro, Maniobras de evasión, va a parar a otro estante, uno destacado, el que reservo para libros de escritores que hablan de la escritura. Dicho esto, Maniobras de evasión podría parecer un libro de nicho, de esos que sólo leen autores. Aquí el comentario completo y la selección de párrafos.
5. La máquina de la corrupción, de Natalia Volosin, comentado por Diego Igal
El anaquel reservado a la temática Corrupción en la gran biblioteca argentina no es todo lo ancho que debiera para erigirse en una tierra del hemisferio sur que cosecha y siembra chanchullos desde la época colonial. Lo publicado hasta hora –de manera más frecuente desde los 90- dio cuenta de (los muchos) ilícitos ya descubiertos y, en menor medida, lo abordó desde la filosofía o el derecho. Muy pocos trabajos buscaron elucubrar y proponer cómo evitar que entre la mano en lata, más que abjurar de los que la metieron. Aquí el comentario completo y la selección de párrafos.
6. China, la edad de la ambición, de Evan Osnos, comentado por Alejandro Bianchi
El periodista estadounidense Evan Osnos vivió y trabajó en China entre 2005 y 2013 y como buen periodista, no se resistió a contar en un libro semejante experiencia. A partir de historias personales, con nombre y apellido, describe la gran dicotomía que hay en el país que se pelea con EEUU por el dominio del planeta. Aquí el comentario completo y la selección de párrafos.
7. La dificultad, de Tomás Abraham, comentado por Mariana Arias
El magnetismo de Tomás Abraham siempre me atrajo. Lo seguí durante un tiempo, casi un año, con la intención de entrevistarlo. Finalmente aceptó cuando publicó su autobriografía novelada La Dificultad. Tomás (Nicolás en la ficción), define este singular libro (el más personal de toda su rica bibliografía) de la siguiente manera: “Escribir sobre una experiencia de la vida que no entendía y que había sido muy importante para mí. Narrar quirúrgicamente una historia propia desde afuera, de manera impersonal, sobre recuerdos vivos. Iluminar cómo uno se enamora, el tiempo de la escuela, los viajes, la relación con el padre (determinante). Mirar, desde afuera, cómo Nicolás resuelve situaciones. Escribir para entender cómo es posible que la vida tome un curso y que, de repente, haya un cambio total, y un día, por un gesto de distracción, uno está afuera del atolladero”. Aquí el comentario completo y la selección de párrafos.
¡Gracias! Espero sigan con ganas de ir a la Feria, comprar libros y, claro, ¡leerlos! Nos vemos la semana que viene con más comentarios. Y si tienen comentarios, ¡son siempre bienvenidos!
Saludos,
Flor.