Seis estudiantes argentinos crearon una app para reciclar basura y buscan llevar a la práctica su solución- RED/ACCIÓN

Seis estudiantes argentinos crearon una app para reciclar basura y buscan llevar a la práctica su solución

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Llegaron a una final internacional de innovación, pero van por más. Quieren convertir su idea en una respuesta concreta al problema de los residuos urbanos y domiciliarios: se generan alrededor de 45.000 toneladas diarias de basura en la Argentina, dos tercios de las cuales se desechan inadecuadamente. Incentivos y economía circular para cambiar esta metodología.

Seis estudiantes argentinos crearon una app para reciclar basura y buscan llevar a la práctica su solución

Intervención: Marisol Echarri

Todo empezó como un desafío con miras a una competencia internacional. Un equipo de seis estudiantes argentinos, con el nombre de CeiboTech, presentó el proyecto de crear una aplicación que facilitara la cooperación entre personas y entidades gubernamentales para encontrar una solución al problema de la basura en las calles y a su tratamiento domiciliario. En un concurso llamado Tech4Good, organizado a nivel global por una compañía de telecomunicaciones durante su semana de capacitación Seeds For The Future (Semillas para el Futuro), la idea de CeiboTech fue elegida como una de las diez mejores de todo el mundo y llegó a la gran final en enero pasado en Shenzhen, China.

En la propuesta, la app se llama “Reco”. Este es su simulador. Tiene un mapa interactivo que les permite a los usuarios unirse, compartir e incluso organizar encuentros de recolección de residuos y de reciclaje, mientras aprenden sobre la forma correcta de tratarlos y se instruyen en ecología. Todos los que participan pueden sentirse así cada vez más responsables y solidarios con el ambiente y, además, reciben puntos y cupones de descuento para canjear en tiendas adheridas al programa. 

La app tiene un mapa interactivo, permite organizar encuentros de recolección de residuos y de reciclaje y capacita sobre cómo tratarlos. Los participantes reciben puntos y cupones de descuento para canjear en tiendas adheridas al programa. (Imagen: gentileza Tech4Good)

El 20 de enero se anunciaron los ganadores de Tech4Good. El primer puesto fue para Turning Green, un proyecto de Tailandia. Es una plataforma y aplicación de control de semáforos que reduce los accidentes de ambulancias y las demoras en el transporte de pacientes. Los premios del segundo y tercer lugar fueron otorgados al equipo de Vietnam VNO1 y al de Libia Binary Brains, respectivamente. Por su parte, el equipo de Brasil Digital4People ganó el Premio del Público, con más de 40.000 votos en línea. Hubo un total de 79 presentaciones para la competencia y más de 110.000 personas participaron en la votación final. 

Aunque CeiboTech no llegó al podio, ahora busca convertir su idea en una realidad. Los seis estudiantes necesitan una versión de testeo, usuarios dispuestos a probarla, colaboradores tecnológicos, financiamiento, asesoramiento legal y una buena campaña de marketing digital. Pero van por todo eso.

“Después de la competencia, con los chicos coincidimos en que este era un proyecto muy necesario como para dejarlo colgado, y entonces ahora estamos pensando en dar el siguiente paso”, dice una de las integrantes del equipo, Erika Eleatrice Laskouski, que tiene 24 años y está en la mitad de la carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Nacional de La Plata.

“Nos gustaría que el proyecto tuviera una aplicación lo más abarcadora posible en el país porque la mayor parte de la gente cuenta con un teléfono celular y conexión a internet. Sería interesante que la población y los negocios se coparan con esto; apuntamos a un sistema donde podamos mantenernos con las colaboraciones de los usuarios”, dice. Todavía tienen en estudio las alternativas para instrumentar ese sustento.

Además de Laskouski, los otros miembros del equipo son Facundo Lautaro Costarelli, de la Universidad Nacional Tecnológica (UTN) de Buenos Aires; y Franco Montanari, Pedro Tealdi y Fausto de Arriba, los tres de la Universidad Nacional de Rosario. Todos ellos son estudiantes de Ingeniería Electrónica. El sexto integrante es Lucas Pérez, un estudiante de Ingeniería en Computación de la Universidad Nacional de Tucumán. 

Fueron seleccionados aleatoriamente por Huawei entre quienes participaron de las capacitaciones de Seeds For The Future para formar un equipo que primero se midió en una competencia regional y que desde ahí logró pasar a la global.

Los seis integrantes del equipo argentino están abocados a conseguir financiamiento, una versión de testeo, usuarios dispuestos a probarla, colaboradores tecnológicos, asesoramiento legal y una buena campaña de marketing digital. (Imagen: gentileza Tech4Good)

Los estudiantes se juntaron por Google Meet una vez por día mientras duró el proceso de idea y desarrollo de Reco, en septiembre. A la hora de prepararse para la competencia global, en diciembre, mientras terminaban la presentación en inglés, se reunieron una vez por semana. 

Laskouski tiene expectativas centradas en Reco porque piensa que todavía no somos demasiado conscientes, como sociedad, acerca del destino de nuestra basura. “Es un proyecto importante porque, antes que nada, no existe algo así”, dice. 

“Aunque haya campañas de separación de residuos, mucha gente no sabe a qué hora pasa el recolector, no sabe dónde tiene el tacho verde más cercano o tira toda su bolsa en un solo lugar. Los métodos que se están usando no están cumpliendo su objetivo: no dejo de ver gente que tira botellas de plástico en las bocas de tormenta, y creo que esas botellas pueden tener un mejor destino. Este proyecto”, explica, “se retroalimenta con los mismos usuarios, que pueden organizar eventos de recolección, como lo hacen algunas asociaciones que se dedican a eso. Toda la gente que recolecta puede conseguir algo a cambio y así tiene un incentivo”.

Cada argentino produce 1,15 kilos de residuos por día y se generan alrededor de 45.000 toneladas diarias. Según el Banco Mundial, se juntan 2.010 millones de toneladas de desechos sólidos cada año en todo el planeta. La ONU informa que en la Argentina solo un 6 % se recicla. El 54 % de la población recibe en el país el servicio de recolección en forma tercerizada y el restante 46 %, como prestación municipal directa. La frecuencia de recolección diaria es superior al 70 %. Un 35 % de la población ejerce una disposición final inadecuada de los residuos: 9,9 % en vertederos controlados, 24,6 % en basurales a cielo abierto.

Una de las necesidades que detectaron los estudiantes es la de capacitar acerca de cómo clasificar y disponer adecuadamente los residuos. (Imagen: gentileza Tech4Good)

Seeds For The Future es un programa de capacitación en TIC (tecnologías de la información y la comunicación) para universidades públicas y privadas. Además de aprender sobre tecnologías de la Nube, inteligencia artificial o 5G, en el proyecto grupal Tech4Good (impulsado por la empresa de telecomunicaciones Huawei) los miembros son elegidos al azar.

“Nos pidieron definir un nombre para el equipo, una misión y una visión. Elegimos trabajar sobre residuos porque es un problema que afecta a todo el país, a cualquier clase social, y también a la comunidad internacional. Habíamos evaluado otros temas, como violencia de género, pero ya había otras soluciones planteadas”, explica Costarelli. “Tuvimos que optar entre una de las problemáticas que la ONU quiere resolver para 2030”, agrega.

Convertir basura en energía

A pesar de la deficiente disposición final, según el Banco Mundial, “en comparación a las tendencias mundiales, la cobertura de recolección de residuos es bastante alta para América Latina y el Caribe. A nivel urbano, alrededor del 85 % de los desechos se juntan y la mayoría de los sistemas lo hacen puerta a puerta. En países como Uruguay o Colombia, la cobertura alcanza el 95 % en sus ciudades. Este número dista de la situación en áreas rurales, donde la cobertura de recolección de residuos es del 30 %”.

“Ninguno de nosotros había encarado nunca algo así; fue un gran desafío”, dice Costarelli. Mientras en la Argentina este grupo de estudiantes busca sumar una solución al tema de la basura con una app, otros países han implementado otras ideas originales para mitigar el impacto ambiental de la basura. 

Por ejemplo, Copenhague, la capital de Dinamarca, abrió Copenhill, una planta de generación de energía a partir de desechos, que está cubierta con una pista de esquí artificial. Shenzhen, en China, y Hanoi, en Vietnam, también buscan transformar la basura en energía.

“Encontramos que había soluciones, pero no se dejaba en claro cómo hacer la separación”, dice Costarelli, de la UTN, quien observa potencial económico en el proyecto a nivel local. “Reducir la basura en los espacios públicos —dice— contribuye a la salud. Por otra parte, las empresas también se beneficiarían con el modelo de economía circular de Reco al ser parte de sus descuentos y vender más”.

En algunas ciudades de Europa y Asia se trabaja ya en convertir la basura en energía. (Imagen: gentileza Tech4Good)

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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones para América Latina, una alianza entre INFOBAE y RED/ACCIÓN, y fue publicada originalmente el 9 de febrero de 2022.

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