El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó un informe que informa que la brecha de género en el ámbito laboral sigue existiendo en el país. Además, el documento detalla la disparidad de los salarios y las diferencias en el acceso al trabajo.
Durante 2022, la brecha de género fue de un 56,6 %. Esto equivale a 9.489.596 de mujeres trabajando en el ámbito formal, en comparación con los 12.365.814 de varones.
Según el INDEC, la brecha salarial se da en todas las modalidades laborales y la mayor diferencia se visualiza en la jerarquización de los puestos de trabajo que tienden a una predominancia masculina. En detalle, los varones trabajaron un 20,7 % más de horas por puesto que las mujeres.
El mismo informe reveló que los sectores más masculinizados en la economía son: agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca; explotación de minas y canteras; industria manufacturera; electricidad, gas y agua; y construcción.
Por otro lado, las áreas en las que predomina el género femenino son: enseñanza; servicios sociales y de salud; y el trabajo doméstico. Mientras tanto, la equidad de género se da de manera equilibrada en las actividades de servicios de hotelería y restaurantes; servicios financieros; administración pública, defensa y seguridad social.
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— INDEC Argentina (@INDECArgentina) August 2, 2023
En 2022, el 43,4% de los puestos de trabajo estaban ocupados por mujeres; y 56,6%, por varones https://t.co/8Hkl1IFbdt pic.twitter.com/E1BrxL6mCX
La brecha de género en el ámbito laboral incrementa la posibilidad de que tanto mujeres como varones tengan una igualdad de condiciones en la convivencia en sociedad. Esto se traduce en diversas actividades como la economía del hogar, el acceso a la salud y la educación, el desarrollo profesional y personal, y hasta el ejercicio de violencias y micromachismos (en parte producidos por esta misma disparidad económica y de poder).
Si bien el gobierno ha tomado medidas para reducir la brecha de género en el ámbito laboral durante los últimos años, como la Ley de Paridad de Género en los Órganos de Representación Política y la Ley de Igualdad Salarial entre Hombres y Mujeres, aún queda mucho trabajo por hacer. Esto se puede traducir a una mayor promoción e incentivos en la aplicación de estas políticas en el sector privado con el fin de aumentar la contratación de mujeres en las áreas con predominancia masculina y en los puestos jerárquicos.
Por otra parte, cuando se habla cotidianamente de la brecha de género en la sociedad y los organismos estatales se percibe esta estadística o concepto de manera binaria. Por eso, es crucial para el desarrollo social, económico y político incluir a las diversidades y hablar de “géneros” y no de “género” para reducir la desigualdad laboral, tanto en las mayorías como en las minorías.