¡Hola amigos! Bienvenidos una vez más a SIE7E PÁRRAFOS, nuestro encuentro semanal de libros. Hoy vamos a hablar la semana más cultural del año. Entre la Bienal y el FILBA, Buenos Aires volvió a ser el faro de Latinoamérica y logró que 800 personas hicieran cola en el Cervantes para escuchar a una escritora.
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Diario de días que sí. Terminó el fin de semana más cultural del año en la Ciudad de Buenos Aires. Por supuesto, podría pensar en lo maravilloso que fue pero pienso en la pena de salir del modo fiesta para volver al estándar.
- La Bienal estuvo muy buena pero, digámoslo, estoy grande y me encontré recorriendo el Recoleta y Plaza Francia buscando la diversión de mi primera Bienal, que fue la primera Bienal y de la cual ya pasaron 30 años. 30 años es un montón. Esta edición me encontró un poco más grande pero igual de divertida: escuché a Federico Falco y Fernanda García Lao hablando de literatura y me compré las tres novelas que ganaron la Bienal: Esto que me pasa (Editorial Notanpuan), Chau, chau, chau (Editorial Conejos), Bajo lluvia, relámpago o trueno (Editorial Entropía). Ya les contaré qué tal. Para cerrar fui al recital de la banda mendocina Alejo y Valentín, liderada por dos chicos de 18 años, donde la pasé bomba bailando y tomando tragos.
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Ahora pasemos a mi preferido: el Filba. La literatura está primero, a quién quiero engañar. El festival estuvo increíble. Siempre lo que más disfruto es escuchar a los autores y tomar nota de qué leen ellos, para ir a leer o releer lo mismo.
- El festival empezó con un discurso hermoso de Fabián Casas que mientras hablaba se ponía una careta de Gombrowicz al que yo desde la última fila del Malba veía igual a Palpatine de Star Wars. Estoy grande, ya lo dije. Me resulta imposible transmitir lo que dijo, fue poesía. Casas fue, además de todo, una máquina de tirar referencias, yo rescaté estos autores mencionados: Alberto Girri, Alejandra Pizarnik, Juan Gelman y Mariano Blatt.
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Luego, Lorrie Moore. Oh, Lorrie, cuánto te veneramos. Somos una banda. Se llenó el Cervantes para ver la entrevista pública que le hizo Santiago Llach, que fue maravillosa. Sus autores destacados: Alice Munro, Samanta Schweblin, J.D. Salinger y John Updike.
También vinieron invitados al festival Jonathan Lethem y M. John Harrison. Además de querer sumergirme más en sus obras, Lethem contó que es fanático de Julio Cortazar, Henry James, Doris Lessing y Philip Dick; Harrison elogió mucho a Mariana Enriquez y también mencionó a Borges, aunque reconoció que no ha leído a tantos argentinos, porque no hay tantos traducidos al inglés.
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Más allá de los nombres y de los autores… el Filba estuvo divino porque la literatura sucedió y nos sumergió en su poción mágica: discutimos horas sobre las diferentes traducciones al español de ¿Quién se hará cargo del hospital de ranas? (de la ya mencionada Lorrie), nos subimos ocho a un autito para llegar a tiempo a una charla, fuimos del Malba al CCK como posesos, lloramos con textos conmovedores, nos embolamos con otros, descubrimos nuevos autores y libros, saludamos y evitamos a cientos de conocidos y abrazamos a amigos. Mis perlitas: me colé en una comida íntima con Lorrie Moore e intenté convencer a un grupo de escritores cincuentones de que se hagan una colonoscopia a la que no se animan. En fin, de todo un poco.
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Postdata inclusiva. Estoy leyendo el libro Vikinga bonsái de Ana Ojeda (Eterna cadencia), que es la primera novela que leo en lenguaje inclusivo. Me parece muy interesante lo que hace y creo que vale la pena leerlo. ¡Recomendado!
Y aquí, los libros de no ficción de la semana:
Primera persona, de Margarita García Robayo, comentado por Malena Higashi. "Leer no ficción es como espiar de manera descarada en la vida de quien escribe. Con ese guilty pleasure voyeurista se puede leer las crónicas de Primera persona. Son textos que vieron la luz en distintas publicaciones (Orsai, Piauí, Telar, Anfibia) y que reunidos se parecen bastante a una autobiografía. Están los padres (el Edipo con el padre, la locura de la madre), el amor (en pasado y en presente), la maternidad (el puerperio) y el feminismo (aquí los textos aparecen narrados en forma de “apuntes desordenados” y de “folletín adolescente”)". Aquí, el comentario completo.
Macaneos, de Sara Gallardo, comentado por Laura Galarza. "“Pero seamos sinceros: ¿no es un alivio que alguien se olvide alguna vez de las reflexiones sesudas? ¿No es la cosa que más se puede agradecer?”, dice Sara Gallardo en una de sus columnas de Confirmado (semanario de noticias de los 60). Sarcástica, aguda y de una lucidez impactante es esta Sara. Para quienes hemos disfrutado de su ficción en tono seco y climas opresores (mis preferidas Enero y Pantalones Azules) descubrir a Sara Gallardo periodista, no sólo sorprende sino que ilumina. “Mientras la Argentina se hunde, sus pedazos flotan por los mares del mundo”. “¿Nos merecemos que una medialuna esté costando dieciséis pesos?” “Subo al taxi y está Guerrero Marthineitz”. Además de darnos cuenta de que estamos como entonces, leer todas estas columnas compiladas es como charlar con una vecina lúcida y desfachatada. Sólo que la anécdota o la noticia, terminan convirtiéndose en una verdad reveladora sobre nosotros y el mundo. Sobre lo que fuimos y seremos. Y esa verdad siempre es política. Porque como dice Sara, tenemos una mala opinión de la alegría pero lo cierto es que el chiste tiene relación con el inconsciente. Y el inconsciente con la verdad. Así que déjense macanear". Aquí, el comentario completo.
¡Gracias amigos! Nos volvemos a encontrar la próxima semana. Sigan leyendo, comentando y participando de esta fabulosa colonia de la literatura.
Saludos,
Flor.