La Ley de Contrato de Trabajo actual en Argentina establece un máximo de 48 horas semanales. Por día son ocho horas, pero como está permitido el exceso de una hora diaria, la extensión máxima en realidad es de nueve horas por día, es decir, un total de 45 horas semanales. Si además se trabaja el fin de semana, se llega fácil a las 48 máximas de la ley.
La idea de reducir la jornada laboral se viene hablando desde hace tiempo en Argentina, pero esta semana el oficialismo y otros partidos reactivaron la discusión para tratar un proyecto de ley. La Ministra de Trabajo, el diputado Hugo Yasky y la CGT lo comunicaron en los medios, y el senador Mariano Recalde y los diputados Nicolás del Caño y Enrique Estévez, entre otros, presentaron distintos proyectos de ley.
Al momento, existen 11 proyectos diferentes que proponen una reducción de la jornada laboral y según Télam, el oficialismo está buscando consensos para acordar un proyecto que contemple textos de legisladores de distintos bloques. Sin embargo, aún no hay fecha para empezar a tratar el tema y según distintas fuentes Juntos por el Cambio rechazaría la propuesta. Además, hay dudas de que se discuta esta ley antes de las elecciones.
Entre otros proyectos, el que impulsa Mariano Recalde en el Senado busca reducir la jornada laboral de 48 a 36 horas semanales, con el objetivo de promover la semana de 4 días. El de Hugo Yasky en Diputados, en cambio, apunta a 40 horas semanales y un máximo de 8 horas diarias.
La reducción de la jornada laboral es un tema que se viene tratando en distintos países del mundo, sobre todo en Europa. El ejemplo más cercano a nosotros es el de Chile, que el mes pasado aprobó una ley para reducir su jornada semanal de 45 a 40 horas, con el objetivo de que las empresas reduzcan su jornada una hora por año hasta lograr la meta en el quinto año de vigencia de la ley. El pionero en Latinoamérica había sido Ecuador, que puso el límite de 40 horas semanales en 1997.
El límite actual de Argentina de 48 horas semanales es uno de los más altos del mundo, compartido también con otros países latinoamericanos como Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú, México y Venezuela. En Europa, la mayoría de los países ya tiene un límite legal de 40 horas por semana y en los últimos años se viene impulsando la semana laboral de cuatro días.
En Islandia, se realizó una prueba piloto entre 2015 y 2019 para trabajar 4 días a la semana —reduciendo la cantidad de horas de 40 a 35— y, según la BBC, la productividad de las empresas se mantuvo o incluso mejoró. En Reino Unido, en 2022, también se realizó una prueba similar durante seis meses, y el resultado fue empleados menos estresados y empresas con igual o incluso más productividad. En todos los casos, los trabajadores mantienen el mismo salario y responsabilidades.
En esta nota que escribió hace algunos días Lucía Oliverio, Semana laboral de cuatro días: por qué funciona bien en algunos países pero aún presenta muchos desafíos en la Argentina, podés enterarte más sobre las pruebas que se hicieron en distintos países. En resumen, los resultados muestran que se puede sostener o incluso aumentar la productividad de esta manera, pero que para que funcione es necesario cambiar la cultura de trabajo y diseñar nuevas estrategias.