Hace siete años, la isla caribeña de Redonda, ubicada en Antigua y Barbuda, se encontraba completamente desértica y árida. Sin embargo, gracias distintas políticas ambientales aplicadas en el último tiempo se convirtió en un ejemplo en mundial en la materia.
De hecho, la isla fue declarada Reserva del Ecológica por sus tierras repletas de vegetación que abarcan praderas de pastizales marinos circundantes distribuidos en 30.000 hectáreas y un arrecife de corral.
Pero ¿cómo sucedió esto?
El panorama no era bueno. Unos cuantos años atrás las ratas negras habían invadido distintos territorios del país y se habían alimentado de la mayor población de reptiles y huevos de pájaros del lugar. A a su vez, las cabras que introdujeron los primeros colonos devoraron toda la vegetación dejando a la isla con un suelo poco fértil y desértico.
Sin embargo, en 2016 un plan elaborado por la ONG Enviromental Awareness Group (EAG) en conjunto con Fauna y Flora Internacional (FFI) y el Gobierno local reubicó las cabras en otros sitios y eliminó a los roedores para que la vegetación volviera a crecer y que las distintas especies de aves comenzaran a regresar para reproducirse en Redonda.
De esta manera, la alianza ambientalista logró recuperar la vegetación total de la isla y, actualmente, se encuentra trabajando en diversos estudios de viabilidad para reintroducir nuevas especies que antes habitaban en el lugar, como por ejemplo el pájaro mochuelo llanero. A su vez, están implementando distintos mecanismos tecnológicos para evitar que las ratas vuelvan a aparecer en la zona.
Entonces, ¿por qué está recuperación vegetal se denomina un ejemplo mundial?
La vegetación autóctona de la isla Redonda cumple con el objetivo 30x30 establecido a nivel global para proteger el 30 % del planeta para 2030. Además, 15 aves nativas terrestres regresaron al territorio como así también otros mamíferos en peligro extinción. Todo este trabajo contribuye a reducir las emisiones de dióxido de carbono y brinda un pequeño pulmón de aire más en este mundo al borde del colapso ambiental.
