El ajuste que impulsa el Gobierno para el presupuesto 2019 hará que el plan para construir jardines pierda financiamiento y los objetivos que Cambiemos se había planteado para ampliar la cobertura del nivel inicial se diluyan.
Del plan original de hacer 3.000 jardines durante los cuatro años de gestión, el Ministerio de Educación de la Nación reconoció que al término de su mandato habrá podido sumar 877 jardines.
En concreto, el Gobierno apuesta a construir durante 2019 exactamente 768 aulas y aumentar la capacidad de los jardines. Para este año, en cambio, había pautado sumar 3.043 aulas. Estos últimos datos fueron transparentados por el Ministerio de Hacienda en el proyecto de presupuesto que el Senado convertiría en ley el miércoles de la semana que viene.
El ajuste es empujado por una quita de fondos en el programa de “Fortalecimiento Edilicio de Jardines de Infantes”: mientras que para este año fueron asignados $ 6.063 millones, la inversión para 2019 cae a $ 2.528 millones. Es decir, sufre un reducción nominal del 41% y una caída real del 69%, contemplando la inflación del 34,8% que estima el Gobierno en el presupuesto.
“Preocupa la reducción del gasto en estos programas y la ausencia de razones explícitas que la justifiquen, sobre todo en un contexto de profundización de la desigualdad y de las brechas en el acceso al derecho a la educación”, advirtió Julieta Izcurdia, abogada del área de derechos económicos, sociales y culturales de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), que analizó el gasto público en infraestructura y equipamiento escolar.
Otro aspecto preocupante es que de acuerdo a los datos actualizados al 5 de noviembre, de la partida para construir jardines este año sólo se usó un 29%, por lo que en lo que va del año hay una subejecución del programa.
Cómo se ajustó la promesa de los 3.000 jardines
Durante la campaña presidencial y en los primeros meses de gobierno, Mauricio Macri prometió construir 3.000 jardines para alcanzar una “cobertura universal de las salas de tres, cuatro y cinco años de edad”.
Esa propuesta luego se ajustó a crear 10.000 salas, sin contemplar si eran nuevos jardines o ampliaciones de edificios. Pero ahora y según detallaron por escrito fuentes del Ministerio de Educación, el objetivo “alcanzable” es llegar a fines de 2019 con 2.087 salas construidas, lo que equivaldría a “877 jardines promedio”.
De alcanzar ese número, representaría un aumento del 4% de la oferta, ya que en 2016 había 20.428 jardines, según datos de la Dirección de Información y Estadística Educativa.
El principal argumento por el que los objetivos fueron recortados es que hubo incumplimientos de las empresas contratistas que llevaron a rescindir contratos en varios puntos del país, como en La Pampa, por ejemplo.
Por esa razón muchas obras fueron descentralizadas y ahora las llevan adelante las provincias, pero con financiamiento nacional. En el informe escrito, el Ministerio de Educación resalta incluso que “no es bueno que el Ministerio de Educación se dedique a construir (jardines) y distraiga su función esencial”.
El nuevo objetivo, pese a ser menos ambicioso, también aparece difícil de cumplir. De acuerdo a los informes oficiales de ejecución presupuestaria, en 2017 se construyeron 25 jardines. Mientras que en los primero seis meses 2018 se hicieron 121 salas, 47 estaban en obras y 105 habían sido contratadas.
Más allá de ese diagnóstico, el Observatorio Argentinos por la Educación analizó el crecimiento de la oferta de jardines entre 2011 y 2016, y expuso que en esos seis años se crearon 959 jardines, entre públicos y privados. Sin especificar cuántos de ellos son estatales.
La falta de jardines afecta más a las familias pobres
En los últimos cinco años, la matrícula que más creció es la del nivel inicial, principalmente porque en los niveles primario y secundario están mucho más universalizados y en consecuencia hay menos margen para que crezcan: 99% y 88% de los chicos, respectivamente, van a la escuela. En cambio, para el inicial (de 3 a 5 años) esa tasa es hoy del 74%.
Pero más allá de que la cobertura creció casi 7 puntos porcentuales, el Observatorio Argentinos por la Educación señala que los niños y niñas que van a jardines privados son proporcionalmente muchos más que en lo que ocurre en la primaria y la secundario de todo el país, donde tres de cada 10 chicos van a colegios privados.
Eso ocurre principalmente por la falta de jardines públicos. Algunos ejemplos: en la sala de bebés de 45 días a un año, sala de 2 y sala de 3, el 50,2% de los niños matriculados va a jardines privados. En sala de 4 es del 30,1% y en la de 5 es del 28,1%, trayectos que por ley son obligatorios y por eso el Estado ofrece más opciones.
“Lo que dicen estas cifras es que al faltar vacantes en salas de 45 días a tres años, las familias deben recurrir al sector privado”, le explicó a RED/ACCIÓN Rut Kuitca, vicepresidenta de la Organización Mundial para le Educación Preescolar, y remarcó que en las familias pobres no pueden pagar una cuota y desisten de mandarlo a un jardín, lo que “abre una desigualdad de oportunidades a edad temprana”.