El Quilmes Rock, que se podrá disfrutar este sábado 9 y domingo 10 de mayo vía streaming, tiene otro fin además del de hacer vibrar al público desde el sillón de su casa. Es que el motor de esta edición del festival es pura y exclusivamente la solidaridad, porque todo lo que se recaude durante el evento se destinará a aquellas familias que están sufriendo los efectos de la crisis provocada por el coronavirus.
A través de la Asociación Conciencia, todo lo que se reciba de donaciones se destinará a dos causas. Por un lado, un 50% del fondo se empleará para ayudar a una gran cantidad de familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Éstas recibirán bolsones con comida y productos de limpieza e higiene. La otra mitad de lo que se recaude tendrá como fin entregar becas económicas y de formación profesional para los trabajadores de la industria de la música.
REDACCIÓN, como medio aliado de esta versión solidaria del Quilmes Rock, conversó con representantes de dos comedores que asisten a familias vulnerables y que funcionan bajo el ala de Conciencia. Estos establecimientos necesitan, más que nunca, de nuestra ayuda.
Un empujón para quienes más lo necesitan
Candela Rodríguez es referente del Comedor Centro Cultural Los Chicos de Azul, de Villa Azul, Quilmes, y cuenta que allí se sirven, por día, 200 raciones para 80 familias en total. Si bien el foco ahora no está en cocinar, por temas sanitarios, su rol es distribuir los bolsones que reciben de Conciencia para sostener a las familias.
En relación a la crisis que generó la pandemia, comenta: “Afectó demasiado. Las familias se ganaban la vida día a día. Y ahora que no pueden salir, están desesperadas por llevar un plato de comida a casa”.
El contexto duplicó el número de quienes solicitan y retiran los bolsones, dice Candela. Y al agradecer a los colaboradores, señala: “Con $750 se llegan a comprar artículos para una semana, para una familia de seis miembros”.
Las alternativas que establece Conciencia para donar antes, durante y después del festival parten desde bolsones de 250 pesos, que incluyen artículos de limpieza e higiene, otros de 500 pesos, con alimentos, y otros de 750 pesos que combinan productos de los dos bolsones mencionados anteriormente.
“La gente acá está muy preocupada por comer. Andan de comedor en comedor buscando un plato de comida”, concluye Candela sobre un panorama que urge una mano de aquellas personas que pueden darla.
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El rol clave de Conciencia
El caso del Comedor y Merendero Tino, en Las Tunas, Tigre, también expone la urgente asistencia solidaria que los sectores más vulnerables requieren. Daniela Alfonso, referente del establecimiento, relata que los solicitantes son cada vez más: “Hasta el lunes estábamos sirviendo a 150 personas, y hoy tenemos 180 personas. No damos abasto”.
Por eso, destaca que todo lo que allí se recibe es de gran ayuda. “Así sea una leche, un fideo, un puré”, aclara, y continúa: “Si no hubiesen aparecido los de Asociación Conciencia no sé qué hubiese pasado. Puede que haya tenido que cerrar el comedor. Antes era un caos”.
Su vocación por ayudar a los demás es admirable. “A mí me encantaría ayudarlos a todos, pero no puedo. A veces compro las cosas para el comedor con el salario de mis hijos”, expresa.
Lo que cuentan Daniela y Candela muestra, una vez más, que la solidaridad es indispensable, sobre todo en momentos de crisis. Aunque el coronavirus está afectando a una gran porción de la sociedad, los más vulnerables son siempre los que más sufren. De ahí la importancia de no olvidarnos de ellos y darles, como podamos, una mano.