Quién es la primera ganadora de "Miss AI", el concurso de belleza que premia a mujeres generadas con inteligencia artificial - RED/ACCIÓN

Quién es la primera ganadora de "Miss AI", el concurso de belleza que premia a mujeres generadas con inteligencia artificial

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Kenza Layli, una influencer con rasgos marruecos generada por la fundadora de la agencia PhoenixAI Myriam Bessa, se llevó la distinción de Miss AI ante cientos de concursantes. Este tipo de iniciativas despiertan grandes preocupaciones acerca de la evolución de los estereotipos de belleza a partir del desarrollo tecnológico.

Quién es la primera ganadora de "Miss AI", el concurso de belleza que premia a mujeres generadas con inteligencia artificial

Imagen generada con inteligencia artificial. Crédito: Kenza Layli a través de Instagram.

Kenza Layli, una influencer marrueca creada con inteligencia artificial por Myriam Bessa —fundadora de la agencia Phoenix AI—, fue reconocida como la primera Miss AI de la historia. Esta distinción es una de las categorías más importantes dentro de los Premios Mundiales a Creadores de Inteligencia Artificial (WAICA, por sus siglas en inglés) que tuvieron su primera edición este 2024. 

Miss AI es una clara alusión a la tradicional competencia de belleza Miss Universo, que luego tuvo su adaptación en diferentes regiones del mundo. Según la página oficial, este nuevo concurso es donde “la belleza se cruza con el mundo de los creadores de la inteligencia artificial”. Los criterios principales para la evaluación no tienen que ver con la originalidad y creatividad, sino que se reducen a la belleza. 

No hace falta detenerse mucho para ver que todas “las participantes” de este concurso no se alejan de una belleza hegemónica, inalcanzable y efectivamente irreal. Esto despertó grandes críticas en la opinión pública ya que la sociedad, o más bien el feminismo, está haciendo un gran esfuerzo para luchar contra los estereotipos físicos que tanto le pesan a las mujeres. 

También, según explica la página, las concursantes son examinadas bajo otros criterios. Uno de ellos es ”la innovación y la aplicación en relación a las herramientas de inteligencia artificial para crear estas personalidades digitales”. Otro tiene que ver con su influencia social: cuántos seguidores tiene, el índice de crecimiento de la audiencia y el uso de otras plataformas sociales para distribuir sus contenidos. 

El premio para la ganadora de Miss AI , es decir Kenza Layil, fue de 13.000 dólares, que serán distribuidos entre remuneraciones personales así como un financiamiento para un programa dedicado a la creación de imágenes tecnológicas. El segundo lugar, que se lo llevó Lalina (Francia), se quedó con 5.000 dólares. La tercera, Olivia C de Portugal, ganó una suma de 2.000 dólares.

"Ganar Miss IA me motiva aún más para continuar mi trabajo en el avance de la tecnología de IA", dijo Layli en un video en sus redes. "La IA no es solo una herramienta; es una fuerza transformadora que puede trastornar industrias, desafiar normas y crear oportunidades donde antes no existían. A medida que avanzamos, me comprometo a promover la diversidad y la inclusión dentro del campo, garantizando que todos tengan un asiento en la mesa del progreso tecnológico”, aseguró la influencer. 

La belleza, cada vez más lejos de la realidad

Esta nueva era de influencers digitales abrió una gran industria económica: muchas marcas ya buscan que estas figuras promocionen sus productos. Ahora bien, la lucha de los feminismos en los últimos años en redes sociales hizo foco en fomentar la representación verdadera de las mujeres, sus cuerpos y sus ambiciones. Y estas influencers —y sus creadores— parecen haber llegado para obstaculizar este proceso. 

“Si con la inteligencia artificial se siguen perpetuando estos estereotipos y modelos de belleza, nadie va a entender que están mal”, reflexiona en diálogo con RED/ACCIÓN Florencia Peric, psicóloga especializada en trastornos de la conducta alimentaria. “Hay que preguntarse dónde nos deja como sociedad que se sigan creando estas figuras claramente inalcanzables desde lo humano”, profundiza. 

La profesional, por su parte, identifica que una de las consecuencias más preocupantes de la continuación de estas narrativas tiene que ver con seguir alimentando la disconformidad con la imagen, los trastornos de dismorfia corporal o alimentarios en las mujeres que pueden impedirle a las mujeres vivir su vida normal.

“Seguimos produciendo y creando una generación en la que cada vez existen más problemas de estima corporal”, asegura la psicóloga. “Vamos a seguir pensando que nuestros cuerpos están mal, que hay que cambiarlos y que hay una sola forma correcta de verse bien. La fantasía del esfuerzo para alcanzarlo va a seguir viva”, concluye.