El 28 de marzo de 2023, los Servicios de Seguridad Federal de Rusia detuvieron a Evan Gershkovinch, un corresponsal estadounidense de The Wall Street Journal. A un año de su arresto y con un anuncio oficial de que permanecerá detenido hasta junio, las voces e instituciones internacionales levantan la voz exigiendo su libertad y cuestionando la libertad de prensa y la seguridad de los profesionales en zonas bajo regímenes autoritarios.
Nacido el 26 de octubre de 1991 en Nueva York e hijo de inmigrantes rusos, Gershkovich forjó una carrera distinguida en el periodismo, colaborando con The Wall Street Journal desde enero de 2022. Su detención en Rusia, bajo acusaciones de espionaje, marcó un precedente alarmante: fue el primer periodista estadounidense detenido en el país desde el fin de la Guerra Fría. Nicholas Daniloff fue el último en 1986.
Según un artículo de The Vox, el periodista de 32 años ya cubría hace cinco años el país y en ese particular momento estaba en una misión en Ekaterimburgo, una ciudad de los Urales a casi más de 1000 kilómetros al este de la oficina del Journal en Moscú. Allí fue donde se lo acusó de tener documentos con información clasificada de forma infraganti. Ahora, el periodista está a la espera de un juicio en el que podría ser condenado a una pena de 20 años.
A partir de su arresto, la respuesta del Gobierno de Estados Unidos fue rápida. En un comunicado oficial señaló que “el periodismo no es un crimen” y condenó la represión del Kremlin hacia las voces independientes en Rusia así como “su continua guerra contra la verdad”. La administración de Biden intentó por canales diplomáticos abogar por su liberación.
Emma Tucker, editora en jefe de The Wall Street Journal, confirmó que no hay ningún tipo de tarea de espionaje relacionada con el periodista: él solo iba a cubrir un tema específico por un par de semanas. “Está claro que Evan fue retenido con la idea de hacer un intercambio”, explicó Tucker para la BBC. “Evan es un rehén. Putin lo está usando como moneda de cambio”, afirmó.
"Las autoridades rusas aún no han aportado ninguna prueba creíble que corrobore las atroces acusaciones de espionaje contra Gershkovich", afirman en un comunicado dos expertas en Derechos de Libertad de Expresión de las Naciones Unidas. "Nos preocupa profundamente que, incluso después de un año, Evan Gershkovich no haya sido llevado a juicio”, agregan.
En Rusia, el trabajo periodístico se volvió más peligroso después del inicio de la guerra con Ucrania. De acuerdo con un nuevo reporte publicado el pasado 5 de diciembre, entre 1.500 y 1.800 periodistas rusos se vieron obligados a exiliarse. "La detención de Gershkovich es indicativa de una tendencia preocupante en Rusia, que ha visto un aumento sin precedentes del número de periodistas -tanto ciudadanos rusos como extranjeros- encarcelados por su trabajo", confirman las externas de la ONU.