Querido Bilal,
Soy una escritora argentina. Estuve en Italia en diciembre y escuché a muchas personas hablar de historias de mujeres y hombres que se vieron obligados a huir de sus países para buscar una vida más digna en otra parte.
Mujeres que huyeron de China dejando a sus hijos. Jóvenes que escapan de Siria para salvar sus vidas. Hombres que arriesgan todo y atraviesan el desierto y el mar con un destino incierto.
Mientras escuchaba estas historias, pensaba que si yo tuviera que vivir experiencias como esas seguramente no habría sobrevivido. No soy una persona tan fuerte. He sido muy afortunada en la vida.
Desde que volví de Italia no he dejado de pensar en todo esto. Los periódicos y la televisión hablan de los refugiados pero no cuentan los detalles que hacen sus historias únicas y realmente humanas. Empecé a leer todo lo que podía en Internet. Y fue así como encontré el artículo de Bruna donde te menciona. Le escribí a Bruna y ella ha tenido la gentileza de aceptar darte este carta.
Me gustaría escribir tu historia, Bilal. ¿Aceptas? ¿Quieres que intentemos? Claro, si no quieres, si la idea no te gusta por cualquier motivo, yo podré entender. Pero si aceptas, podríamos encontrarnos.
Aquí, en Buenos Aires, ahora es verano. Yo vivo cerca de un gran río y dentro de un rato iré allí a pasear con mi perro. El río es tan ancho que no se alcanza a ver la otra orilla. Parece un mar.
Te deseo mucha suerte. Con cariño,
Mori