El plan para darle protección al 10% del Mar Argentino dio un primer paso ayer, cuando la cámara de Diputados aprobó por unanimidad el proyecto de ley que crea dos áreas marinas protegidas frente a Tierra del Fuego.
La propuesta busca que dos áreas oceánicas del tamaño de las provincias de Formosa y Misiones tengan distintos niveles de protección: desde la prohibición absoluta de toda actividad hasta zonas donde se podrá pescar o navegar pero de manera controlada.
Antes de conocer cómo funcionarían estas reservas en el medio del océano, veamos por qué es importante lo que ocurrió ayer en el Congreso.
Desde el punto de vista “formal”, si no se lograba la media sanción, el proyecto iba a perder estado parlamentario y la discusión legislativa debía arrancar de cero el año que viene. Ahora, en 2019 sólo habrá que generar consenso en el Senado para que el plan se convierta en ley.
Además, el país pasaría de tener apenas un 3% de su mar protegido a alcanzar el 10%, un compromiso internacional al que adhirió cuando se suscribió al Convenio sobre la Biodiversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que establece proteger el 10% de las zonas costeras y marinas antes de 2020.
La importancia ambiental. Un informe de la Administración de Parques Nacionales dice que las redes de pesca dejan una huella en el fondo del mar y arrasan con invertebrados, como corales, esponjas, medusas y estrellas de mar. Cuando el daño se perpetúa, hablan de huellas de mar muerto. Y también advierten sobre la pesca incidental de peses que luego descartan y la muerte de aves y otras especies que quedan atrapadas en las redes.
La pesca y la explotación petrolera en el mar atentan contra la salud de los océanos, que a su son determinantes para el planeta: absorben el 90% de la radiación solar, generan el 50% del oxígeno, concentran el 80% de la biodiversidad del planeta y el 40% de la población depende de la variedad de vegetales y animales marinos y costeros.
Sin embargo, la salud de los océanos está en duda: el agua es un 32% más ácida que antes de la revolución industrial, hay 13 mil trozos de plástico por km2 y el 31,4% de las poblaciones de peces de interés comercial están sobre explotadas, según la ONU.
Qué propone el proyecto. Las dos áreas marinas protegidas que se buscan instrumentar por ley son Yaganes y BurdwoodII. La primera estaría 90 millas (144 kilómetros) al sudeste de Ushuaia y abarcaría 69.000 km2, casi la misma superficie que Formosa. La otra se ubicaría al este de la Isla de los Estados y al sur de las islas Malvinas. Tendría 28.900 km2, como la superficie de Misiones, y sería una ampliación de BurdwoodI, la única reserva estrictamente marina que hoy tiene el país, creada en 2013.
Las protecciones que se instaurarían están contempladas por ley y ofrecen distintos niveles, que van de más restrictivos a más permisivos. En este gráfico se entienden fácilmente cuál es el objetivo de esa gradualidad:
Ahora veamos qué tipo de protección le darían exactamente a las futuras áreas marinas protegidas. Yaganes tendría proyectada una zonificación tridimensional.
- El fondo marino constituirá una reserva nacional marina estricta. Es decir, se prohibiría toda actividad salvo la investigación científica y la necesaria para monitorear el lugar. No se puede pescar, explorar el suelo en busca de hidrocarburos, visitar la zona ni hacer ejercicios militares.
- Un amplio sector, el más alejado de la costa, tiene su columna de agua zonificada como parque nacional marino. Ahí no podrá haber actividades pesqueras pero sí educativas y turísticas, pero en armonía con la conservación.
- Finalmente, la columna de agua cercana a Tierra del Fuego sería una reserva nacional marina de usos múltiples, dónde sí se permitiría pescar, pero con métodos menos agresivos, más controlados y limitados en cuanto a períodos estacionales y volúmenes.
Burdwood II se dividiría en dos sectores:
- Al oeste, en el sector proyectado como reserva nacional marina, se contempla el uso sostenible. Es decir que se podrá pescar pero bajo las reglas que se disponga en el plan de manejo. También se habilitarían actividades turísticas y educativas.
- Al este, operaría el sector propuesto como reserva nacional marina estricta. Es decir, de absoluta conservación, pero con la posibilidad de realizar actividades científicas.
Quiénes respaldan la idea. El plan es impulsado por las 16 ONG que conformaron el Foro para la Conservación del Mar Patagónico, como Fundación Vida Silvestre, FARN y Aves Argentinas. También de la comunidad científica y de otras ONG, como The Conservation Land Trust Argentina (CLT), que impulsa la campaña Sin Azul no hay Verde, que justamente hace foco en la necesidad de proteger el mar.