Si estás en una relación de muchos años, es probable que tu pareja te moleste de vez en cuando. Es completamente normal, incluso saludable, sobre todo si conviven o pasan mucho tiempo juntos, según sugieren algunos estudios.
"Aunque sea horrible sentirse así, no significa que tu relación está condenada al fracaso. Estás irritado por algún motivo y es necesario que descubras cuál es", comenta Anabel Basulto, terapeuta matrimonial y familiar de California (Estados Unidos) a la revista Self.
Otra buena señal para no alarmarse son los desarrollos de Ed Tronik y Claudia Gold en The power of discord (El poder del desencuentro). Tal como te contamos en esta nota, los doctores en Psicología hallaron —a partir de una serie de experimentos que analizaban las interacciones entre padres e hijos— que no es la conexión perfecta lo que caracteriza a las relaciones sanas, sino un ciclo de desencuentros y reencuentros.
¿Cómo surge la irritabilidad con la pareja?
La mayoría de las parejas tienden a empezar con un período en el que todo es fantástico, también conocido como "luna de miel". En esta nota vimos que suele ser un momento que dura alrededor de 15 meses. En él, liberamos las hormonas comúnmente llamadas “hormonas de felicidad” que nos hacen sentir alegres y satisfechos. Después de un año o un año y medio de enamoramiento, las hormonas empiezan a volver a su normalidad.
Sólo con el correr del tiempo empiezan a aparecer los temas delicados: quizás sea estrés financiero, distintos estilos de maternidad/paternidad o dificultades para lograr nuestros objetivos a largo plazo. Lo más probable es que sean este tipo de problemas (y no el ruido cuando mastica, que deja la toalla de manos hecha un bollo o el volumen de su teléfono mientras chequea las redes) los que causan irritabilidad en la pareja, explicó Basulto.
¿Cómo podemos afrontarlo?
Hacer una lista de pros y contras
Es fácil quedar atrapado en un ciclo en el que te centras en todas las cosas molestas. Algunas investigaciones sugieren que las asociaciones negativas tienden a reforzarse a sí mismas en nuestro cerebro (fenómeno conocido como "el sesgo negativo").
Para contrarrestar este efecto, el mero hecho de hacer esta lista puede desvelar sentimientos que, de otra forma, son difíciles de verbalizar porque dan miedo o intimidan. "Al escribir, estás a solas con tus pensamientos. Por eso los ejercicios de escritura son tan eficaces para analizarse: nos ponen en contacto con nuestro yo interior y sus sentimientos", aseguró Basuldo. Además, una lista de pros y contras puede ayudarte a ver que tu pareja no es del todo mala y que, aunque tenga algunas tendencias molestas (como todos), aquello bueno es superador.
Trabajar en los problemas de comunicación
Puede que hayas escuchado hablar de los "lenguajes del amor". Este término (ahora algo de moda) fue acuñado por Gary Chapman en su libro Los cinco lenguajes del amor y se refiere a los modos en los que las personas interpretan que están dando o recibiendo afecto.
Por ejemplo, puede que alguien exprese cuánto le importás limpiando, cocinando y sacando a pasear al perro. Si, en cambio, su pareja asocia el contacto físico con el amor en vez de estas tareas de cuidado, puede que piense que solo está ocupándose de quehaceres domésticos.
"Aprender cómo tu pareja demuestra su interés en la relación (aunque no sea exactamente lo que vos crees que es amar a alguien) puede ayudarte a sentirte más apreciado y a eliminar parte del resentimiento. Además, comprender cómo expresan su amor puede ayudarte a encontrar nuevas formas de conectar", desarrolló Basulto.
Saber cuándo reccurrir a un profesional
Si después de todos estos intentos las actitudes de tu pareja todavía te hacen saltar de nervios, puede ser un buen momento para considerar la terapia en pareja. "Un profesional puede ayudarle a navegar por la conversación y evitar que se produzcan más daños por falta de comunicación o malentendidos sobre cuáles son los verdaderos problemas", recomendó Basulto.
Cuanto antes aceptemos que es el momento de recurrir a alguien por fuera de la relación, mejor. Por último, date un respiro; siempre vale la pena recordar que los conflictos son una parte intrínseca de las relaciones humanas. Como comenta la periodista Julia Ries: "Aunque tu compañero esté acaparando las sábanas todas las noches, hay más de una razón que te llevó a enamorarte de esa persona".
